A lo mejor no es obligatorio hacer todo lo que se nos ocurre, ni todo lo que dicen que hay que hacer, ni todo lo que se puede hacer y a lo mejor no hay que hacerlo ahora mismo.
A lo mejor hay que hacer lo que hay que hacer y una cosa detrás de la otra como un pie le sigue al otro cuando camina.
Puede que no haya prisa después de todo.
Lo que veo es que el universo se toma su tiempo para producir un encuentro, una oportunidad, un milagro.
Y entonces a lo mejor la cuestión es conocer los tiempos adecuados, más que forzarlos...... o algo así.
Lo voy aprendiendo despacio en zazen: un tiempo para entrar, uno para la quietud, otro para moverse.
Uno más para salir.......
10 pensamientos +:
Gracias por esta entrada. Me reconforta en mis preguntas sobre la quietud, sobre la velocidad que pretenden coger todas las vidas.
Parece que si no te mueve rápido, estás parado. Que no exísten dos velocidades, o infinitas.
Cada vez tengo más claro que a 50 km/h se ve el paisaje mejor que a 180 km/h.
Cuídate Ane.
La velocidad, parece que sea el mal de estos tiempos, tenemos muchas cosas que nos hacen que el trabajo sea más cómodo, más rápido y sin embargo siempre nos falta tiempo...
Las horas de meditación al menos son intocables.
Un abrazo querida Ane
Parece que lo importante es la cantidad de cosas que se hagan y no la calidad de cada una.
Somos acumuladores de situaciones valorándolas cada vez menos y menos..o las valoramos, si, pero de una manera tan rápida que al final no las almacenamos en la memoria y pierden todo el interés.
Gracias por recordarnos estos pequeños detalles.
Salud y III,
Mar ^^
Con tu permiso me lo copio-y-pego para mi blog, me ha gustado, es de esas cosas que aparecen en el momento oportuno en el lugar oportuno.
Hacer o no hacer, he ahí la cuestión! :)
Es un espectáculo delicioso ver cómo las entradas se completan y agrandan con cada comentario. Cómo las riegan de luz, cómo se llenan de los colores y matices que les faltaban.
abrazos, salud y III (que diría Mar)
¡Que palabras tan sabias, Ane! Cuanta impaciencia hay por ahi. Aprender a esperar, aprender la paciencia. ¿Pero como saber el momento oportuno? Bueno supongo que hay que rendirse y confiar. La vida pone el resto (usando, por ejemplo, la propia intuición y también la mente racional).
Y si uno se equivoca, no pasa nada. Si te has rendido ¿de quien es el error?
Un abrazo muy fuerte.
Rendición incondicional. Que así sea, Siddharta. Después de todo me doy cuenta de que ése es el Trabajo.
Y gracias por tu reflexión. Llenita de enjundia.
bss
La prisa sólo surge de proyectarse en el futuro, luego no estás en el presente, quieres estar ya allí o con aquello acabado y olvidars el ahora. Nada menos zen que la prisa.
¿Acaso algún animal aparte del ser humano tiene prisa?
Gracias por la entrada
Es verdad. Aunque tengo que reconocer que me divierte mucho viajar en el tiempo voy a probar a viajar con el tiempo :)
un abrazo
Totalmente de acuerdo. Nada menos zen que la prisa ... y puestos a viajar, mejor con el tiempo. Besos.
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