Jurozu es uno de los pocos bodhisattvas del dojo (y menos que va a haber porque seguro que cualquier día de estos se hace con un kesa y muta a monje)... bueno, que Jurozu tiene un amigo que es su Amigo y este Amigo tiene un hijo normal y corriente si no fuera porque, pese a que estudia informática como casi todo el mundo joven, también entrena poesía y presenta a concurso sus letras bien cosidas en palabras.
Por ejemplo al de microrrelatos de Ávila.
Y va y gana, hale, por hacerlo bien!
Total, que Jurozu lo envió al musgo como regalo de Año Nuevo y al musgo le parece que éste es de los nuestros, o sea, que va a terminar sentado.
LUZ DE VIDA
Cada paso era hermoso, caminaba descalzo y no tenía prisa, mi destino no dependía del espacio ni del tiempo.
Sentí paz, y me sentí bien, así que dejé de caminar y me limité a sentir. Sentí cómo la brisa acariciaba mi rostro con ternura, meciéndome en la infinitud del instante eterno. También sentí cómo mi cuerpo se encendía y rebosaba luz de vida.
Aquella luz era parte de mí, maravillado la contemplé, y por primera vez pude ver.
¡Amigo... Qué belleza oculta descubrí!
Así, sintiendo entendí, y sin buscar me encontré.
Javier Dapena Velázquez
2 pensamientos +:
Siempre enriqueciendo este espacio con cosas frescas. Así da gusto.
Cuídate.
Gracias, Ladrón.
Amabilidad por amabilidad (y no mera cortesía), el mismo gusto que da pasearse por tu blog. Ea!
bss y III
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