Una gente curiosa
Hay pocas cosas más secas que el zen. No muchas que sean más correosas y libertad es un término que parecer serle ajeno. Por otro lado, amable no es una palabra que lo defina bien, según opinión generalizada.
.Y sin embargo es el auténtico y genuino arte de amar y la experiencia de la auténtica libertad en mayúsculas doradas.
Se le puede calificar de todo excepto de divertido.
.Y sin embargo un estilo especial de carcajada, no del todo inocente, es el indicador fiable de la Comprensión según afirman los maestros.
La gente del zen no es buena como se espera de quienes siguen las huellas del Espíritu, más bien son “¡buenas piezas!”.
.Y sin embargo adquieren con el tiempo una inconsciente y natural delicadeza, exquisita, que se manifiesta en gestos láser: mínimos, precisos y de intensidad demoledora. Tan mínimos que muchas veces son casi inapreciables si no se comparte la precisa percepción de la belleza y la armonía que resultan de la práctica. Tan demoledores que uno solo de esos detalles tiene el poder de hacer girar una vida y orientarla definitivamente.
Proclaman la Unidad, impermanencia y relatividad de todas las cosas
.y sin embargo afirman radicalmente que “no todo vale” y sacuden lo incorrecto sin compasión ni remordimiento.
Servidores de lo Absoluto y en Él incluidos, saben del miedo y de la osadía, de rabias y ternuras, de ignorancia y sabiduría... tanto o más que cualquier humano no entrenado en la vieja y querida práctica de estudiarse a sí mismo, olvidarse de sí mismo, ser certificado por todas las existencias.....
Tal vez la única diferencia sea que acogen la debilidad y ni se abandonan en ella, ni la fuerzan, ni la detestan; que sujetan el empuje de la ira haciéndose sus dueños y señores, cabalgando el tigre; que con la práctica van y vienen del caos al orden y del orden al caos siguiendo el ritmo natural de las cosas, sin inmutarse, impecables, sin miedo.
Muchos templos zen se llaman así: castillo del no-miedo. La fortaleza del no-miedo. El único lugar donde puede habitar el Amor, el huésped más exigente.
Hablaremos del no-miedo muchas más veces porque a lo mejor es la palabra clave. ¿O la clave es la fe? ¿O es lo mismo o parecido? ¿O no-miedo equivale a Amor?
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reflexiones,
Zen
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12 pensamientos +:
La fe es "primera"
La "quinta" es el amor
En relación con las marchas de un coche.
Besos
Me ha parecido magnífico, justado y acertado. Gracias.
gasshô ante los dos...
y ;) de complicidad.
Me recuerda a aquellos tipos duros de las buenas películas, callados, reservados, misteriosos, pero a la vez con un código tan férreo que nada puede moverles, salvo el amor y el honor, que para mi es lo único que tenemos propiamente nuestro.
Me ha gustado la entrada.
P.D: Sé que mi respuesta no es muy zen, pero soy un occidental al que le cuesta mucho entenderlo de otra manera.
Coincidimos. Versiones occidentales. De lo que sea pero occidentales sin remedio y personalmente con poquitas ganas de remediarlo :)
Además como ya se sabe que algunas cosas son iguales tanto para los arapahoes como para los de a saber qué tribu!
Por cierto, unsui, que la fe me cae bien pero la quinta marcha... ay la quinta marcha! eso es la "directa" ¿no? :))
A veces, compañera parece que sabes lo que dices jajajajajajajaja
Me ha encantado el texto, gracias. :)
A veces, muiso, a veces... no te confíes XD
Pues tu icono -(?)- que no sé cómo lo has hecho, es una maravilla!!!
¿Te refieres al símbolo del Tao?
Bueno, busca Tao en google y cuando veas el símbolo escrito, simplemente corta y pega donde quieras... :)
Idem con cualquier otro ideograma, incluso el de Zen : 禪. Queda bonito ¿verdad?
Tao es el nombre de mi gato. Y dicen los sabios que algunas cosas más, pero esas me importan menos... :) :)
Un abrazo
Al del zen, si. Aquí queda como una interrogación recuadrada y me ha gustado mucho.
Aprovechando la ocasión me he pasado por tu wordpress un poco y lo voy a hacer un mucho en estas vacaciones :)
un abrazo también para ti.
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