Dos hombres habían compartido injusta prisión durante largo tiempo en donde recibieron todo tipo de maltratos y humillaciones.
- ¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?
- No, gracias a Dios ya lo olvidé todo – contestó- ¿Y tú?
- Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas – respondió el otro.
Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo:
- Lo siento por ti, todavía te tienen preso.
Fotografía Flickr “prisión”: Paula
2 pensamientos +:
No permitamos que lo obvio deje de ser UNA VERDAD COMO UN TEMPLO, porque sea obvio.
Un abrazo muy fuerte querida amiga.
Buena recomendación, Siddharta. Solemos tener cierta ceguera (¿o tal vez debiera decir desprecio?)para lo obvio. Tendremos que "hacérnoslo mirar" :)
Otro abrazo, grande, para ti.
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