(Recordad que no es una "adivinación" ni un augurio, es más bien algo que podemos "trabajar"y observar durante este mes en las ocasiones que se nos presenten)
23, Po (La Desintegración)
"Cuando se lleva demasiado lejos el adorno, se agota el éxito.
Desintegración significa descomposición y alude al nexo entre putrefacción y resurrección porque el trazo luminoso de arriba se presenta como invencible ya que en su caída engendra nueva vida, como el grano que se hunde en la tierra.
Lo blando modifica lo fuerte mediante un imperceptible influjo paulatino.
El noble observa con cuidado el cambio entre mengua e incremento, entre plenitud y vacío; pues ese es el curso del Cielo"
La duda y el temor ya nos han hecho desviar del camino o amenazan con hacerlo. La duda principal es si vamos a conseguir nuestro objetivo siguiendo el camino de la "no-acción", de si seremos capaces de aceptar que al adherirnos al poder de la verdad acatándola, se podrá corregir la situación. Creemos que tenemos que alterar los acontecimientos a través de una acción o de un plan. Incluso contemplar la posibilidad de intervenir es una forma de desviarse del camino. Cuando nos desviamos del camino, ponemos los asuntos en manos de nuestros deseos más inferiores.
A menudo recibimos este hexagrama cuando anticipamos que hemos de ponernos en guardia frente a una situación que será embarazosa, que comprometerá nuestros principios o que nos creará nuevas dificultades. Tomar medidas preventivas, incluso pensar en hacerlo, es una forma de desviarse del camino.
Tenemos que confiar en que recibiremos la protección que necesitamos porque mientras insistamos en protegernos a nosotros mismos, nos veremos abandonados a nuestros propios recursos. Al no confiar, nos aislamos de toda ayuda. Lo que hagamos con nuestros propios recursos demostrará ser inadecuado e ineficaz; en el peor de los casos obtendremos un resultado destructivo; en el mejor, habremos impedido que la situación progrese. "Ir con la corriente", "no empujar el río" (wu wei), facilita la obra de lo creativo. >>>
El hexagrama también se refiere a las veces que perdemos nuestra conciencia y nos dejamos llevar al abandono de nuestras responsabilidades. El abandono tiene lugar cuando nos desligamos de las personas, pero no con benevolencia, cuando les volvemos la espalda por ser incapaces de salvarse ellos mismos o cuando pensamos que nunca se relacionarán correctamente con nosotros.
También es posible recibir este hexagrama cuando acabamos de volver al camino correcto después de habernos desviado.
Por otro lado también puede referirse a otra gente desviándose del camino. Durante estos periodos debemos limitarnos a no actuar o a asumir un único papel. Deberíamos ser "dóciles", seguir nuestro camino y dejar que el mal sucumba por sí mismo. (No siempre el I Ching recomienda la vía de la "no-acción" pero sí cuando se recibe este hexagrama). Hay que saber que a aquellos que sufran adversidades, ellas mismas les proveerán de la oportunidad que necesitan para aprender lo que necesiten. El noble o el hombre superior (en el lenguaje del I Ching, aquello más noble que existe en nosotros) no teme la adversidad; comprende que muchas veces es el único medio por el cual puede desarrollarse y corregir las actitudes decadentes. Es por esa razón por la que la vida y la adversidad son el escenario para desarrollar la conciencia. Esto no quiere decir que invitemos a la adversidad o que nos alegremos cuando otros la sufren. La adversidad debe ser evitada en lo posible y si es posible pero, cuando se presenta, debemos observarla con cuidado y calma y sacar de ella todas las lecciones posibles.
Parece que de una forma u otra, tal vez nos encontremos en alguna situación de desprotección en la que perdamos (momentáneamente) la seguridad y confianza en nuestro entorno ya sea por un exceso de orgullo, arrogancia o vanidad (el "adorno" del que habla al principio), ya sea como consecuencia de cambios en los que nos vemos involucrados y que no dependen de nosotros.
Pero una situación de desprotección, al margen de las causas que hayan podido originarla, siempre se caracteriza por colocarnos en unas circunstancias sobre las que nuestra posibilidad de acción y capacidad de influencia es limitada.
Es el momento de ejercitar cualidades muy interesantes para afrontar de forma eficaz y positiva las situaciones "negativas" (al menos ante nuestros ojos) ante las que nada se puede hacer:
- la capacidad de "no-hacer" algo que pueda empeorar las cosas (quedarse quieto, no intervenir sin que sea cobardía es una lección difícil de aprender y sin embargo una herramienta sumamente eficaz y útil)
- la flexibilidad y no aferrarnos rígidamente a nuestros puntos de vista.
- la capacidad de apartarnos y desvincularnos de todo lo que no ayude o no contribuya a afrontar y solucionar la situación que hemos reconocido como inevitable.
- la evitación de sentimientos de culpa e ineficacia cuando realmente no se puede hacer nada.
- la aceptación de este tipo de situaciones sin que mermen nuestra esperanza y confianza.
- la capacidad de ver el lado positivo y extraer las enseñanzas que mejor nos alimentan.
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