Dios mío, dame paciencia... Pero dámela ¡YA! (Les Luthiers)
He decidido convertirme en caracol.
No puede ser ver tan deprisa las entradas de los blog,
apenas olfatear el aire que tienen y hacer un click rápido en el “me gusta” sin
haberme parado a pensar que vale que puede que sea resultón y hasta espiritual
o políticamente correcto pero que más allá de eso es una solemne tontería
inaplicable o incluso falsa o que no estoy de acuerdo de momento. O sí... sin apreciar
tampoco el esfuerzo que alguien hizo de pensarlo, escribirlo y maquetarlo.
He decidido escuchar completamente un argumento, una
experiencia o incluso una y mil quejas si fuera necesario y darme un minuto lento
para pensar y responder. O no hacerlo y dejar las palabras suspendidas en el
aire por toda la eternidad.
Y hablando de eternidad, he decidido que es mi casa y que la
voy a llevar a cuestas y como todo lo puede la voluntad soberana porque para
eso la voluntad es soberana...
He decidido ser lenta, yo precisamente (qué cosas!), que
tengo a mercurio por dios regente, el más rápido de cuantos haya por el
universo conocido, tanto que dicen que una vuelta de mercurio al sol (o sea un
año) es más rápida que una vuelta sobre sí mismo (o sea un día). Curioso.
Y ya puestos a divagar, me doy cuenta de esta cosa maravillosa
y contradictoria (porque le he dedicado su tiempecito a darle vueltas -ventajas
de estar convirtiéndome en caracol-) que es que los mercurianos (dicen) seamos
rapidísimos en todo: en llevar y traer, en ir y venir, en descubrir lo que no
cuadra, en inventar soluciones y tener ideas a millones y sin embargo seamos los
más lentos en evolucionar. Tal vez sea por eso que tardamos tanto en completar
una vuelta alrededor de nosotros mismos que viene a ser tanto como decir: desarrollarnos y cuajar en actos... o algo así.
Me he ido por las ramas, cosa que nos encanta a los
caracoles (sobre todo si además somos caracolas) igual que nos encanta sacar los cuernos al sol y regodearnos en el aparentemente estúpido hecho de recibirlo sin más nada que recibirlo que para eso alumbra y
calienta.
He decidido tener pocas cosas que hacer y para eso también
me he puesto a pensar con calma de cuáles puedo prescindir sin llamar la
atención excesivamente que tampoco es cosa de ser la rara del barrio. Pongamos
por ejemplo el cálculo de beneficios de los intereses de mis múltiples cuentas
en los diferentes bancos por si acaso el corralito y el estudio de las ofertas
y productos de todos ellos... una carrera, hace falta tener una carrera de
economista...! o la ropa que tengo que cambiar todos los días porque no se me
puede ver siempre con el mismo atuendo, o todas las películas que hay que
ver... no sé, últimamente la multiplicidad se me está haciendo excesiva y
excesivamente rápida. Así que........ caracol(a)
7 pensamientos +:
Le he dado a me gusta... pero lo he leído despacio antes.
En efecto prescindir de cosas es una maravillosa idea, te vuelves más ligero... aunque es a veces (por lo menos para mi) más difícil de lo que parece.
Jejeje, yo tambien le he dado a me gusta y te diré por qué, primero por que llevas razón con las prisas y la comodidad del me gusta sin más implicaciones en segundo lugar sigo de acuerdo contigo ya que deberiamos prescindir de algunas cosas y en tercer lugar y no menos importante Que hay que tener una carrera para lidiar conn los bancos. Gracias por el rato de lectura, de razonamiento y de aprendizaje. Buen finde
No es fácil, no. Todo empuja en un dirección perversa por aburrida, alienante y cutre (en mi opinión y después de probarla).
Que no, que me sienta mal, que me deja "seca".
Y... que me apetece más sumarme al ritmo natural de las cosas ya sea lento o rápido.
Por algún sitio leí que las cosas se preparan despacio Y suceden en un instante glorioso y eterno. Lo tengo comprobado aunque se me va por momentos, se me va....
^^
Los tiempo nos agotan por falta de tiempo, podríamos decir.
Una entrada casi tan grande como su autora.
Cuídate.
Seamos caracoles en algunas cosas, pero liebres en otras, por si nos pisan la roulot.
Aquí me inspiró este haiku
Cómo buen nómada,
Caracol por las ramas
Roulot a cuestas.
Un abrazo Ane, me ha gustado mucho este post
Buen haiku!
Ojalá la roulot tenga tan poco que apenas pese y nos podamos ir por las ramas.
bss, Xaro La
jaja, ya verás que sí que somos muy prácticas y apañadas.
Besitos
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