Es curioso que hablemos tan poco del perdón, que apenas nos
ocupemos de hacer ese simple gesto por la noche, el simple gesto de morir; ni al
despertar en la mañana, el simple gesto de nacer. Es una de las recomendaciones
más hondas y bellas que he recibido: morir con la noche, nacer con el día.
Implica tanto en tan poco! Y si cada noche muero un poco consintiendo voluntaria
y deliberadamente en abandonar al ayer, no la memoria, sino los resabios de una
memoria torpemente utilizada, tal vez en
el nacer de la mañana ella me cubra como una ligera capa protectora en vez de aplastarme como una losa.
Y por eso, porque dicen que se puede y yo lo creo (qué gran
cosa este estilo de fe si es que lo es y no se le llama de otra manera), exploro
la forma de vivir con la memoria sin culpa, miedo, rabia ni rencor. Aquí y Ahora que no se me ocurre ninguna razón decente para esperar a mañana.
El perdón es una opción y luego una decisión, una actitud,
un proceso. Miro a ver si es una opción para mí, porque a poco que lo mire a lo
mejor me doy cuenta de que no señor, no estoy dispuesta de ninguna manera a
perdonar aquello que sufrí. Tal vez porque equivocadamente pienso que perdonar
equivale a hacer como si nada hubiera pasado y que todo va bien, pero sí, sí
que pasó y no, no va bien. O que implica justificar y aceptar cualquier
comportamiento.
Pero perdonar no es nada de eso. Perdonar es negarnos a
alimentar la mala experiencia, abandonar la rabia, el dolor, el miedo o la culpa
en aquel día, que ya es historia, en que sucedió.
Habrá que dedicarle una mirada lenta porque dependiendo de lo que crea que es el perdón, abriré o cerraré posibilidades a una bonita forma de pequeña-gran liberación.
Tengo la sensación de que padre-buda perdonó mucho a muchos y mucho
se tuvo que perdonar a sí mismo. Y creo que esos actos los hizo en privado, a
solas y sin testigos. Tal vez antes de su iluminación hizo un completo gesto de
perdón sin exclusión.
Claro que esto solamente lo pienso yo y son cosas mías. En
definitiva: “un suponer”. Y que ya sé que no hay nada que perdonar ni nadie para
hacerlo pero estamos hablando entre párvulos y de nuestra pequeña realidad. Viene
a ser como los kai: No mates. No hay nada que pueda ser matado pero de todos
modos, no mates. No robes. No hay nada que pueda ser robado pero de todos
modos, no robes.
Antes de perdonar tal vez haya que saber qué en concreto ya
que estamos situados en el plano de lo concreto y condensado.
Otro día :)
2 pensamientos +:
Bello, Ane. Muy bello
Abrazos muchos
Claudio
Se me había olvidado recordar esta práctica preciosa, simple y perfumada como una violeta.
Bss, Claudio
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