Dicen que a la Madre Teresa de Calcuta le pasó en los últimos tiempos que se llenó de dudas, que dejó de ver, que quiso parar, que no tenía ánimo más que para reproches y blasfemias. Y que estaba asustada, muy asustada. Aburrida, cansada, asqueada, inútil y estéril.
De todos modos no paró. No lo hizo. Continuó aunque la confianza la había abandonado. Continuó aún cuando no encontrara ningún motivo personal (ni “cósmico”, seguramente) para hacerlo. Un día y otro y otro más a lo mejor creyendo que lo importante no es lo que uno siente sino lo que hace y regala.
Dicen que de tanto sufrimiento con el que se rozaba perdió la fe en el Espíritu y que “harta ya de estar harta ya se cansó”. Dicen que sufrió de sinsentido y desesperanza. Y que gritaba en sus cartas pidiendo consuelo, socorro y certezas a sus confesores que no sabían qué hacer por ella.
Y después murió y no fue la muerte de una santa aunque lo pareciera. O tal vez sí porque fue fiel mucho más allá de la fidelidad serena y deliciosa de los bendecidos por la gracia de la Fe.
8 pensamientos +:
Los problemas entre los cristianos y su dios son extraños y a mi se me escapan, están "más allá" de lo que soy capaz de entender. Pero lo que es seguro es que este Musgo (tras unas vacaciones :)ha "renacido" de nuevo entre nosotros, "mas aca".
mi abuela y maestra siempre me decia este koan:
"els cansats fan la feina"
En castellano "son los cansados los que hacen el trabajo"
Toni
Para mí una gran mujer.
Besitos Ane
Me he informado un poco sobre lo de Teresa, y creo se trata de lo que llaman acidia (o acedia) los místicos cristianos (los padres del desierto hablaban también de la tristeza del mediodia).
El cristianismo es una religión que, de entrada, presupone el dualismo: yo/Dios, pecador/juzgador, baja condición humana/altísimo bien a alcanzar, el más acá/el más allá, le realidad/el Ideal, el bien/el mal, etc.
Ese dualismo, que es un punto de partida completamente contrario al del budismo zen, creo que es en buena medida fuente de ese malestar, que es, al parecer, parte del proceso entre aquellos espirituales que se mueven en el "marco" (creencias y metodos) de la tradición cristiana. De ello nos habla Juan de la Cruz en sus "Comentarios a la noche oscura", describiendolo como una fase purgativa y necesaria en el proceso espiritual... solo que al parecer a Teresa de Calcuta se le prolongo 50 años.
Si bien el camino del zen es distinto y con frecuencia opuesto a lo que el cristianismo propone, también aquí nos encontramos (yo por lo menos) con nuestras propias "noches oscuras", con la diferencia, en cambio, de que por lo que se apenas existe nada escrito y que nos pueda aportar luz (por lo menos en lenguas romances). Lo más parecido que he encontrado, si acaso, sería la la "gran bola de duda" del zen Rinzai.
La propuesta de Juan de la Cruz es perseverar en la práctica; yo, humildemente y a falta de mejor consejo, es lo que intento hacer día tras día.
Los practicantes de zazen a veces parecemos más bien publicistas empeñados en vender un producto y nos resistimos a señalar las dificultades y los malos momentos.
Puse el ejemplo de Teresa de Calcuta pero podríamos ser cualquiera, de eso estoy segura. Porque hay días vacíos, fríos, sucios y oscuros. Hay que saberlo.
Ane, esta entrada me llega mucho y quería manifestarlo, acompañándote con mi presencia, con mis comentarios. Delante de la Mahatma que entrega su vida por los demás, solo cabe el silencio y un enorme GASSHO. Cualquier palabra huelga, nunca podría estar a la altura.
Pero también me llega que esta mujer se quedó atrapada en el dogmatismo y la maraña teológica del catolicismo. Y me sugiere también aquello de:
"De noche iremos, de noche,
que para buscar la fuente,
solo la sed nos alumbra".
O también:
"Caminar en la foscor, el mateix caminar es torna llum" (o no).
Un abrazo muy fuerte.
Roberto, acabo de ver ahora tus comentarios. Estoy muy de acuerdo, como puedes ver por los comentarios que yo mismo he hecho. La experiencia de la Noche Oscura se da en todas partes, pero creo que en el zen lo tenemos mejor resuelto desde un punto de vista intelectual, lo tenemos mas claro (después, en la práctica, cada uno hace lo que puede....). La teología cristiana es esencialmente dualista y egoísta, ya de partida, y de ahí vienen los problemas. El zen procura trascender el dualismo. Si no creas separación entre tu y tu acción, no hay lugar para la fe o la no-fe. Solo cuando hay egoísmo se crean dualidades y expectativas. Y pasa lo que pasa. Y la persona más abnegada, altruista, generosa y entregada puede estar ofuscada por el egoísmo (i.e.,la ilusión de ser una entidad separada). El mismo San Pablo, en una epístola lo reconocía: "si yo me entrego como esclavo para ofrecérselo a los demás, pero no "tengo Amor", no soy nada". Que es "tener Amor"? Vivir en la conciencia de Unidad. Y eso como se consigue? Bien, ahora hacemos un intermedio para la publicidad. Seguirá. (A mi me ayuda la práctica zen ...gassho).
Un abrazo.
Por cierto: bienhallados de nuevo y "más acá" Roberto, Toni, muiso, Xaro, Siddharta, Claudio, unsui, Estrella, Isa, Como, los de los mil nombres, kyosaku y lo anónimos. Y todos los demás que escriben y discrepan y concuerdan.
De vuelta de unas vacaciones más bien tirando a desastrosas excepto por el compañero de viaje y un lugar al que quiero volver y en donde quise quedarme: Mont Saint Michele.
bss
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