Defender la Vida en la propia vida
Dicen que enfermó de una enfermedad de esas que amenazan con terminar con todo y antes de tiempo.
Y dicen que hizo todo tipo de cosas desde las convencionales hasta las más extravagantemente alternativas en todo su amplio recorrido.
Y dicen que esa cosa, dañina y destructiva, continuaba haciéndose grande sin alterar lo más mínimo (ni siquiera por compasión) su agenda de muerte estúpida.
Y dicen que entonces ella, mujer de rompe y rasga tan sólo de vez en cuando, se dijo algo, no se sabe qué pero con el tono rotundo de quien ya no tiene nada que perder y por lo tanto, y por poco que sea, algo que ganar. Por ejemplo, la dignidad.
Y como no sabía qué de lo que había ido consintiendo en su vida andaba tan mal, por si las moscas, lo cambió todo: casa, ciudad, comida, familia, amigos, trabajo, ropa y hasta maquillaje, perfume y corte de pelo.... todo.
Y olvidó los recuerdos. Todos. No dejó títere con cabeza.
Se desmemorió de la cabeza a los pies y desmemorió todas sus células cada día abandonándolas en zazen en el suelo junto con la mirada.
Dejó huérfanas las convenciones. Enmudeció las mentiras. Retiró saludos y parabienes.
Amó y alentó la Vida de los budas que habitan al fondo de los seres pero defendió su propia vida de los seres que recubren a los budas...
Y dicen que la enfermedad se fue sin sitio donde asentar y la muerte le llegó, mucho después, a su tiempo. Alegremente. Serena. Sin dolor y sin miedo. Como debe ser y está prometido.
Buen final.
Etiquetas:
Historias de dojo,
recomendaciones,
reflexiones
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
8 pensamientos +:
No me extraña.... Si hay alguien capaz de tomar esas decisiones,yo de la muerte me lo pienso...dos veces
Y dicen que como no solamente tomó la decisión sino que la hizo cierta, la muerte se lo pensó dos veces. La primera vez presentó su respeto ante la Vida y se retiró. No era el tiempo. La segunda vez se acercó con el mismo respeto pero sí era su momento. Seguramente por eso le regaló el viaje sin dolor y sin miedo.
No lo había pensado así hasta que leí tu comentario.
Te mereces un gasshô por ello.
:-) Si somos nosotros los que llamamos a la muerte en vida, también podemos decirle que se vaya a dar un paseo hasta más tarde...
Qué linda historia Ane :-)
Cuando nos llegan las consecuencias de nuestras actitudes en forma de enfermedades o desgracias es cuando nos planteamos el hacer lo que sea con tal de salir de tal destino.
A mi me parece que hay muchas trampas para continuar con dicho destino y una de ellas es el desapego, otra de ellas es buscar las soluciones al problema, otra de ellas es la renuncia y aceptación de lo que sucede... sin embargo parece que la vida nos muestra una puerta abierta por donde salir airosos si somos capaces de comprender que lo que nos sucede no es distinto de nosotros mismos.
Gracias por esta historia, un abrazo.
eso Mar :), que se vaya a dar una vuelta, que estamos en plena luna de mayo, ea!
bss
Hola, Goyo. He pasado por tu blog :
(http://goyo-amoralaverdad.blogspot.com/)
y he leído y releído la entrada sobre las enfermedades. Una visión muy interesante sobre eso y otras cosas que también he descubierto por allí :)
un abrazo
antes era el infierno, el llanto y el crujir de dientes, ahora se ha puesto de moda eso de las enfermedades, de como surgen de nuestro espíritu enfermo, de curaciones milagrosas si sanamos nuestro espíritu.
Antes el castigo divino, ahora el castigo de nuestro espíritu enfermo, de nuestro karma maldito, nuestra mente racional no puede soportar que nos muramos sin mas explicación.
Basicamente enfermamos, envejecemos y morimos porque hemos nacido. Eso es todo.
Yo por mi parte voy a dejar de culpabilizarme si enfermo, si envejezco o si muero.
Y harás muy bien en no culpabilizarte. Nos sobra a todos, creo.
Con el envejecer y el morir, ningún problema. Es cmo es y punto.
Ahora que con según qué enfermedades y sufrimientos, con esos que no vienen a cuento de nada, con los que son por pura estupidez propia o ajena, pues verás, sin piedad y... sin culpa, como bien dices.
Un saludo sho gu, buena puntualización :)
Publicar un comentario