Un regalo del Comando Dharma para todos los del musgo
Su Dongpo (Su Shi)
El musgo recomienda
click en la imagen para descargar el libro
La Vía Libre
Gracias a la traducción de Roberto Poveda. Click y te lo descargas desde Budisqué. Gracias a ellos también y a todos los que lo han hecho posible.
La rosa que nos regaló Siddharta por Sant Jordi
si haces click vas a su blog
La peli de Dôgen
Pulsa sobre la imagen
La senda de la nube
Este vídeo relata la experiencia de un monje de la tradición Son (zen coreano) llevando a cabo su característico período de entrenamiento manhaeng que consiste en un peregrinar donde el monje “baja a la plaza del mercado”, esto es, sale de los muros del templo mezclándose con la vida ordinaria. O sea, lo que hacemos tú y yo cada día, pero más oficial…Gasshô al dojo Nakama.
Pulsa en los patriarcas "verdes"para ver sus cosas. (gasshô a http://www.sotozen.cl/)
Cuando se han caminado muchos senderos se termina apreciando la importancia del linaje.
¡Buena pregunta! ¿Y quién es ese "yo" que hace la pregunta? José Hierro lo contesta así:
Después de todo, todo ha sido nada, a pesar de que un día lo fue todo. Después de nada, o después de todo supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!». Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!». Ahora sé que la nada lo era todo, y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada. (Era ilusión lo que creía todo y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada si más nada será, después de todo, después de tanto todo para nada.
Curiosamente esta poesía se llama "Vida" y se la dedicó a su nieta. Se podía recitar perfectamente después de zazen A mi, personalmente me emociona... y me la recito muchas veces al cabo del día... bs
2 pensamientos +:
¡Buena pregunta!
¿Y quién es ese "yo" que hace la pregunta?
José Hierro lo contesta así:
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
Curiosamente esta poesía se llama "Vida" y se la dedicó a su nieta.
Se podía recitar perfectamente después de zazen
A mi, personalmente me emociona... y me la recito muchas veces al cabo del día...
bs
Qué buena, qué buena, qué requetebuena!
No la conocía y la voy a memorizar ahora mismo (me encanta memorizar. Reminiscencias de la tradición oral, supongo).
Te la debo, unsui.
Publicar un comentario