El paro no es el enemigo, el enemigo es el trabajo

fuente: http://anarcochan.blogspot.com/

Una de las consecuencias más nefastas de la crisis económica que hoy arrasa el mundo capitalista es la definitiva deificación del trabajo como el bien más alto, como el ideal absoluto, como deseo máximo, como causa última de felicidad. Cuanto más escaso es el trabajo como medio de garantizar la subsistencia diaria, más se lo identifica con un fin metafísico de la existencia humana. El resultado de esta operación mental no es otro sino la parálisis de la voluntad, del pensamiento y de la imaginación del cuerpo social, que electrocutado por las connotaciones religiosas que ha revestido el acto de la pérdida del trabajo (condenación o gracia eterna) no es capaz de inventar, intuir o desear otro orden de cosas en el que esta angustia sencillamente no exista.

En otras palabras: el tiempo de ocio forzado del parado podría convertirse en tiempo de ocio rescatado si el planteamiento, en vez de "¿Encontraré trabajo hoy?", se convirtiera en "¿Qué me apetece hacer hoy?" considerando aquellos bienes materiales que necesite no como algo prohibido sino como algo que en justicia le pertenece en virtud de su condición de ser humano, más aun, de ser humano humillado. Conducta delincuente si la acción es individual o de unos pocos, acción revolucionaria si es compartido por la mayoría.

El punto central se traslada así del trabajo a la vida, y la una niega al otro. El desprestígio del trabajo debería empezar a ser absoluto, y con él la ética del sacrificio, la esclavitud, la obediencia y la servidumbre. El lema sería: "¡TRABAJAR NUNCA!, y su aplicación inmediata, "¡EN ESTAS CONDICIONES, MENOS TODAVÍA!"

Así, ejércitos de objetores del trabajo, ocupando las calles y los sueños, improvisando nuevos comportamientos y nuevas realidades sociales, supondrían una amenaza mucho más temible que cualquier huelga.

Declaración del Grupo Surrealista de Madrid
Los días en rojo
Ed.(pepitas de calabaza)

2 pensamientos +:

Kyosaku dijo...

Utopías , las justas.

Que ya sabemos que si el trabajo fuera bueno, dignificara al hombre y fuera salud, los ricos se lo quedarían pá ellos.
Pero que digo yo que aquí, en España toda, no puedes ir con el cuenco esperando que alguien caritativo te lo llene por tu cara de monje.
Que llegan las facturas ,te cortan la luz, te embargan la casa y bla bla bla...
Pero se me acaba de ocurrir; Si hay por ahí alguna persona con poder de convocatoria , sea sindicalista o no,
en vez de tanta manifestación con voces , personalidades y carteles,
hagamos una sentada todos los parados y malpagados , en silencio y con los brazos cruzados ocupando todas las plazas de las ciudades.
A ver si a los "gobiernos" se les cae la cara de verguenza.
Si somos anarcos , vamos a serlo de verdad , no solo ante el papel en blanco.

( Yo tambien vivo de utopías.)

mikaela dijo...

Lo que sí sé (de momento) es que hay trabajos que se hacen para subsistir y pagar la luz y el agua y no está mal, seguro que no está mal.
Hay otros que hacemos porque corresponden a nuestra función y talentos. Creo yo que esos son mejores, nos hacen más felices, hacen más felices a todos... ya os sigo contando lo que pienso-siento sobre este asunto. Vital.
bss

Publicar un comentario