es que no es casualidad que en el zen no se hable de Dios. El resto de formas tradicionales también evitan nombrarlo. Seguramente porque hacerlo supone limitar lo que no tiene límites, reducir lo que es inabarcable, disminuirlo...
Shunryu Suzuki señalaba (por ahí está escrito en alguna entrada): "Mucha gente dice que el budismo es ateo porque no hay una idea particular de Dios. No ignoramos que existe un Absoluto pero no hablamos mucho de ello pues sabemos que está más allá de los límites de nuestra mente."
Y Dôgen: "Hay Alguien en lo que no es del orden del pensamiento y ese Alguien es el que me sostiene. Pero ese Alguien no tiene ni forma, ni color, ni sustancia."
No hablamos mucho de ello pero no ignoramos que hay más de lo que se puede ver y tocar. Con la práctica de zazen accedemos, si o sí, a zonas que pertenecen a lo que en la Tradición se denomina "el mundo intermedio" y por donde el zen recomienda pasar con cuidado, de puntillas. De hecho advierten que es un obstáculo en la Vía, uno de los grandes aunque no el único, porque despista y hace muy grande el ego y por lo tanto aumenta el sufrimiento pero sobre todo la separación. Eso no es Dios aunque también lo sea, como todo.
Creo que Dios no es alguien; creo que es sólo que de alguna forma tenemos que referirnos a ese principio que es el Principio, quienes tenemos gusto por investigar este tipo de cosas... que no tienen por qué ser todos los caminantes de la Vía y los compañeros de vida. Ni mucho menos. Hay gente que declina hacerlo. Depende de la naturaleza de cada cual. No tiene importancia para lo que de verdad nos ocupa.
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2 pensamientos +:
Es muy grato leer a un practicante Zen tan coherente. Suelen haber algunos quienes comparar al Zen con una religión atea y realzan esta idea con entusiasmo. Enhorabuena, ¡muy buena entrada!
Y es muy grato encontrar acuerdos, la verdad.
Saludos, Jasso :)
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