Mocos


Dentro del planeta espiritual hay espirituales y espirituales. Los hay que consideran que bastante tienen con su sombra, conocerla, manejarla o invitarla a quedarse calladita cuando procede y los hay que se dedican siempre que pueden y por el loable motivo de ayudar y sanar (una palabra muy querida para ellos) la sombra ajena, a señalarte lo muy mal que estás haciendo las cosas y que claro así luego pasa lo que pasa y no te quejes que es que te la has buscado. Que ya te lo dije, para resumir rápido.


Un espiritual es alguien que cuando le cuentas que tienes un trancazo del diablo, te mira desde sus altas alturas del conocimiento y la sabiduría energética informándote, sin que le hayas preguntado nada, que lo que te sucede no son mocos y fiebre de los normales y corrientes de toda la vida y por todo el mundo conocidos, no; que el origen de tus mocos no es que se te haya colado un aire frío por los pies, sino que estás repleto de emociones verdes y viscosas (como los mocos) a las que no has dado salida y que lo que sucede en realidad, aunque ni lo sepas ni lo compartas, es que tu cuerpo intenta soltar por esa vía incómoda lo que tú, rebelde o cobarde, no has querido o no te has atrevido a hacer como es debido (que es una de las cosas que uno nunca sabe cómo es, lo de “como es debido”, digo).  Total y en definitiva, que hace un juicio sumarísimo y te condena con cara de bondad infinita. 

Que no digo que no tengan razón sino todo lo contrario pero, vaya, que podían ponerse menos por arriba del resto de humanos que nos manejamos como podemos con nuestra humanidad. Que es que parece que cuando te instruyen de esa forma lo que están recalcando es tu imbecilidad. Me parece. Claro que a lo mejor proyecto o cualquier otra cosa de esas que uno hace sin saber que está haciendo. 

No sé, el caso es que al final, donde tenía mocos y punto, nada grave, nada que no se pase con un poco de tiempo y reposo, cositas que tiene el vivir, ahora tengo un problema vital de estructura profunda. Ay!

Karma




Que digo yo que igual no siempre es tan lineal la cosa pero que llega y vuelve, sea en la forma que sea y por los medios que sean.

Aún así: nunca hacer o dejar de hacer por miedo sino (en todo caso) por sentido de la simetría y el justo Orden.

Nada personal, vale, pero muy íntimo y cercano.

Los amos del mundo

 
por Arturo Pérez-Reverte en El Semanal 577, el 15 de noviembre de 1998. (si es que estaba "cantado")

El Zen no es ajeno a nada de todo lo que constituye la vida ya sea sublime o asquerosamente miserable. Este artículo debería estar en otro lugar, por ejemplo en el blog que dedicamos a las cosas de la política-economía: SentidoComún  pero hoy he decidido dejarlo aquí sin más razón que porque sí.

Lo hace llegar unsui a través de... el cual lo recibió de... a través de... hasta remontarnos al autor, un cascarrabias con muchas razones para serlo.


Usted no lo sabe, pero depende de ellos.

Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del ordenador, su futuro y el de sus hijos.

Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.

Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nobel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, y meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, oh prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recae directamente sobre las espaldas de todos nosotros. Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia, con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros y a veces con su puesto de trabajo Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.
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Transcripción íntegra del articulo de Arturo Pérez-Reverte publicado en El Semanal 577, el 15 de noviembre de 1998.

Examen Zen tipo test de elección múltiple

  
repetimos por si hemos aprendido algo desde que empezamos.

Ya advertimos que éste era el círculo interno y algunas veces se pone un poquitín ácido (lo justo, nada de faltas de respeto que eso no es divertido) para compensar el almíbar de ane que cuando se pone dulzona... cómo hace subir la glucemia! (ya lo digo yo misma y así me duele menos, o nada, que si lo señalan los amigos y compañeros, uf!)
.¿Qué haces cuando comes?
- comer
- leer un periódico
- comentar las cosas del telediario
- deprisa si trabajo de tarde, sin hambre cuando he trabajado de mañana o no como si estuve de noche.
.¿Y cuando duermes?
- dicen que ronco
- soñar
- tengo insomnio
- dormir, ¡qué otra cosa si no?!
.¿Cómo se llama el cocinero zen?
- pues... ¡cocinero! digo yo, vamos!
- Juana, Toño, María... yo qué sé, depende de las sesshines!
- tenzo. Lo pone en el cuento del otro día
.¿Qué funciones tiene el godo?
- ¿godo?
- ¿no era “Kodo” Sawaki?
- no caigo en nadie que se llame así
- ns/nc.
.¿Cuáles son los preceptos?
- no robar, no mentir, no matar... mmmh, me parece que me falta alguno
- ser “buena gente” todo el tiempo que pueda
- creo que no puedo jugar a la lotería
- salvar a todos los seres aunque no quieran
.¿Qué lugares no se pueden ocupar en el dojo?
- se puede ocupar cualquier lugar
- el que llega casi-tarde ocupa lo que queda
- me parece que hay que dejarle sitio al maestro
- en el pasillito de acceso al altar no se puede!
.¿Con qué pie se entra en el dojo?
- todo el mundo lo sabe...
- con el izquierdo...
- porque entro descolocado...
- y salgo ¡¡genial!!
.¿Con cuál se sale?
- todo el mundo lo sabe...
- con el derecho...
- porque salgo colocado...
- ¡¡y genial!!
.¿Hacia dónde tienen que mirar mis zapatos cuando los dejo en el gaitán?
- gaitán... me suena que a la derecha
- ¿o era a la izquierda?
- ¿a la derecha o a la izquierda de dónde?
- listos para meter los pies según sales y... a la fiesta final!!!
.¿En qué idioma está escrito el hannya?
- el Hannya de toda la vida o el de Dokushô...? El de Dokushô me han dicho que en castellano
- en chino, a mí me parece que en chino mandarín.
- son kanjis ¡so bobo! y...
- los kanjis no se escriben, se dibujan
.¿Cuántas puntadas tiene un kesa?
- pues... no las he contado!! ¿Había que contarlas?!!!
- muiso me ha dicho que una media de quince mil tirando por lo bajo
- perdí la cuenta después de la segunda banda
- muchas
.¿Qué distancia máxima tiene que haber entre una y otra? ¿Y mínima?
- poca en ambos casos
- espera que mido el mío que sí lo dieron de paso
- como pasitos de hormigas la máxima y que quepa un pelo la mínima
- depende de sanghas. Lo sé de buena tinta
.¿Lo miden todo para darlo por bueno o vale que sea “más o menos”?
- suelen tener compasión
- solamente miden las puntadas que “sale de ojo” que están muy separadas
- miden más bien las bandas y eso
- pero no os han dicho que el zen es exacto!!!
 .¿Vale usar tela de cualquier color para el rakusu o el kesa?
- pues no
- pues no
- pues no
- los estampados están prohibidos
.¿Por qué nosotros no tenemos anillo en el rakusu, es que somos negros? (con perdón, tan solo es una expresión. Si eres negro puedes preguntar: ¿es que somos blancos? Si eres amarillo o rojo puedes preguntar por el color que te dé la gana.)
.Qué es mejor ¿ser soto o rinzai?
- es zen de todos modos
- los rinzai son más intelectuales
- depende...
- los rinzai se iluminan despacio y los soto tenemos suficiente con sentarnos!
.¿Por qué es malo ser hinayanna?. A todo esto, ¿sabías que eres mahayanna, no?
- los mahayanna somos como más solidarios
- los hinayanna van en un coche pequeño, monoplaza
- si eres tímido, mejor te haces hinayanna
- sí, sé que me he apuntado a un autobús muy, pero que muy, grande y ¡tan feliz de compartir!
.¿Puedo ser asesor del presidente si practico zazen? ¿Y presidente de un banco? ¿Y tener una cadena de discotecas?
.¿Se puede coser un rakusu para otro?
.¿Y un kesa a máquina?
. ¿Y si algún voto no me gusta ¿puedo saltármelo o tengo que firmar todos obligatoriamente?
- todos
- no es cuestión de gustos
- yo lo digo y luego hago lo que puedo
- nunca he firmado nada pero si hay que firmar se firma y punto.

 Si tienes otras respuestas o conoces las auténticas... cuéntanoslo, por favor, nos reiremos todos.


¡¡Nos gusta tanto reírnos!!

También estaremos encantados de recibir ese tipo de preguntas, ya sabéis, un poco... "así"...

Aclaración


   

Claro que, por la misma regla de tres, no me queda más remedio que hacerme responsable de lo que entiendo. Que a lo mejor lo procesé demasiado deprisa o apliqué mis sesgos particulares...

Y si no, preguntar antes de decidir que no estamos de acuerdo. Por si acaso fueran innecesarios los malos entendidos que no hacen más que separar lo que,de natural, está junto y unido.


Deshimaru y Sawaki, murieron......

 
... y tantos otros......

Y entonces, cuando se nos mueren los maestros, habrá que hacer lo que caiga de nuestra parte, aunque carguen  nuestros hombros; cosas que alumbren nuevas vidas que mantengan y cuiden lo antiguo, tan querido, tan  de veras. Tan imprescindible.

Habrá que terminar lo que empezaron................


Ésta, también, te la debo, Mar :)

El corazón manda


   
Cuando a él se le hizo una herida grande en el corazón, tan grande que casi lo mata, lo asistieron todas las brujas, sanadoras y curanderas de la zona. Unas le prestaron su fuerza, otras le limpiaron el aura y otras le auguraron una larga y feliz vida a pesar de todo o precisamente por eso. Acertaron todas. Por sanadoras o por casualidad.

A ella, testigo impotente de esta aventura sólo hasta cierto punto ajena, le pasó que pasó a sentir la vida como desconocida; que le parecía que los días se desgranaban cada uno con sus pequeños acontecimientos, risas y sonrisas de siempre y todo parecía que seguía igual, y sin embargo todo era distinto, como si estuviera hecho de una materia más leve y ligera a la que no terminaba de acostumbrarse.

Y comprendió algunas cosas y no del todo.

Comprendió, por ejemplo, que la vida y la muerte eran algo para ser observado despacio y sin juicios ni previos ni posteriores. Porque desde siempre le habían dicho (y lo había creído como creía todo cuanto la decían, mujer de mucha fe) que la muerte era mala y a ella, ahora, le parecía que a lo mejor no era para tanto. No quería decirlo en alto porque en cuanto se lo decía a sí misma el pensamiento se le volvía angustia. Pero si se callaba y dejaba que hablaran sus sensaciones, entonces le parecía que morir no era más que un paso (como él le había confesado cuando estaba a medias tintas) y que lo malo de irse era que los de verdad compañeros de vida lo hacían difícil llorando y desesperándose y sumiéndose en esa soledad triste que no es la soledad normal y corriente.

Comprendió un poco de lejos -porque después de todo la muerte finalmente no se lo llevó- la importancia de saber despedir, hasta la vista, a quienes se ama. 

Aún con todo y con eso, sus propias sensaciones la asustaban porque pensaba que no tenían la veracidad completa y obvia de la tormenta que llueve, por ejemplo. Y pensaba que, de todos modos, no tenía ninguna intención de que él muriera antes que ella, ni después, si a eso vamos, mejor juntos para echarse una mano en los mundos desconocidos. Y sospechaba que si se ponía un poco arrogante con eso de que al fin y al cabo la muerte no era tan espantosa, igual a los dioses se les ocurría ponerla a prueba y ella tenía mucho miedo a los dioses cuando se ponían en ese plan, que bien se sabe que pueden ser crueles hasta decir basta. 

Sin embargo y a pesar de todos esos sentimientos encontrados y mezclados como si fueran un puzzle antes de empezar a montarlo, a ella le seguía pareciendo que el mundo, el tiempo y las cosas habían cambiado de sustancia y estaba sorprendida, confusa y como demasiado ligerita para su gusto. Porque además, claro, eso lo decía ella que después de todo no había pasado rozando la muerte como él. Y, claro, así es muy fácil hablar y filosofar, ¿no?, que ya lo decía una vieja frase de una vieja poesía que  había aprendido hacía mucho tiempo: “... porque ser hombre obliga compañero a que lo dicho lo tengas que hacer luego verdadero”. Y ahí estaba la madre del cordero, o la cuestión fundamental, vaya. Que hablar es fácil, pero hacer… o sea lo que se dice que la palabra se haga carne... eso ya es harina de otro costal. Y entonces lo miraba con ternura porque en ese tiempo su compañero estaba lo que se dice pero que bien tocado en el centro mismo de su ser: el corazón. O, como él decía, el Emperador, que es que tenía la costumbre de hablar de las cosas como hablan los chinos y su medicina y ellos decían que las enfermedades del Emperador no se ven hasta que estallan. 

Y es verdad, pensaban los dos sin saber que lo estaban pensando al tiempo, que cuando el corazón dice “me aburro”, que es lo que viene a ser un infarto, hay que hacerle caso y empezar (y seguir) a cambiar cosas para que no se repita la tontería si es que uno no quiere que se repita.

El caso es que él salió a los no muchos días y aparentemente normal del todo, tanto que parecía que no había pasado nada, pero sí que había pasado y durante un tiempo largo se lo pasó cuajadito de miedo y sin apenas fuerzas para moverse no fuera a ser que le pidiera demasiado al motor de su vida y se le volviera a atascar. Hasta que dale que dale, terco, a mirar en dónde se había equivocado, lo descubrió. En fin. Que no fue un final sino un principio. Ahí fue que empezó a vivir como su dios de dentro le mandaba y hasta hoy.
  

caracol(a)


   
Dios mío, dame paciencia... Pero dámela ¡YA! (Les Luthiers)

He decidido convertirme en caracol.

No puede ser ver tan deprisa las entradas de los blog, apenas olfatear el aire que tienen y hacer un click rápido en el “me gusta” sin haberme parado a pensar que vale que puede que sea resultón y hasta espiritual o políticamente correcto pero que más allá de eso es una solemne tontería inaplicable o incluso falsa o que no estoy de acuerdo de momento. O sí... sin apreciar tampoco el esfuerzo que alguien hizo de pensarlo, escribirlo y maquetarlo.

He decidido escuchar completamente un argumento, una experiencia o incluso una y mil quejas si fuera necesario y darme un minuto lento para pensar y responder. O no hacerlo y dejar las palabras suspendidas en el aire por toda la eternidad.

Y hablando de eternidad, he decidido que es mi casa y que la voy a llevar a cuestas y como todo lo puede la voluntad soberana porque para eso la voluntad es soberana...

He decidido ser lenta, yo precisamente (qué cosas!), que tengo a mercurio por dios regente, el más rápido de cuantos haya por el universo conocido, tanto que dicen que una vuelta de mercurio al sol (o sea un año) es más rápida que una vuelta sobre sí mismo (o sea un día). Curioso.

Y ya puestos a divagar, me doy cuenta de esta cosa maravillosa y contradictoria (porque le he dedicado su tiempecito a darle vueltas -ventajas de estar convirtiéndome en caracol-) que es que los mercurianos (dicen) seamos rapidísimos en todo: en llevar y traer, en ir y venir, en descubrir lo que no cuadra, en inventar soluciones y tener ideas a millones y sin embargo seamos los más lentos en evolucionar. Tal vez sea por eso que tardamos tanto en completar una vuelta alrededor de nosotros mismos que viene a ser tanto como decir:  desarrollarnos y cuajar en actos... o algo así.

Me he ido por las ramas, cosa que nos encanta a los caracoles (sobre todo si además somos caracolas) igual que nos encanta sacar los cuernos al sol y regodearnos en el aparentemente estúpido hecho de recibirlo sin más nada que recibirlo que para eso alumbra y calienta.

He decidido tener pocas cosas que hacer y para eso también me he puesto a pensar con calma de cuáles puedo prescindir sin llamar la atención excesivamente que tampoco es cosa de ser la rara del barrio. Pongamos por ejemplo el cálculo de beneficios de los intereses de mis múltiples cuentas en los diferentes bancos por si acaso el corralito y el estudio de las ofertas y productos de todos ellos... una carrera, hace falta tener una carrera de economista...! o la ropa que tengo que cambiar todos los días porque no se me puede ver siempre con el mismo atuendo, o todas las películas que hay que ver... no sé, últimamente la multiplicidad se me está haciendo excesiva y excesivamente rápida. Así que........ caracol(a)

... y continuar



aunque sea con tu propia naranja a cuestas y habiendo hecho de la coraza un buen instrumento de transporte de todos los aromas.

A través de Maribel P. Gil 


Que hay que darse cuenta de la cantidad, hasta excesiva, de bellezas y verdades que circulan en la red, de perfil en perfil, de alma en alma.

Mutando a vieja


La foto es de Muiso

Estoy mutando a vieja. Aquí es donde casi todo el mundo dice: "qué va! Si tienes una pinta de joven!" Eso, tengo pinta de lo que les dé la gana, pero no soy la pinta que tengo y además no comprendo por qué semejante comentario tendría que “animarme” negando la evidencia de una edad que me ha costado cincuenta y tres años conseguir. 

No sé dónde pone que lo bueno sea ser siempre joven o parecerlo (esto último penoso, penoso). Que pienso yo que más bien a lo mejor lo bueno es ser joven cuando se es joven y viejo cuando se arriba a viejo. Que resulta que hay cosas de las que disfruto ahora y de las que no podía disfrutar cuando tenía treinta y dos o veintiuno. Es verdad, como diría Reverte, que a veces uno sabe más cosas de las que quisiera saber... bueno él añade palabras que no me gusta pronunciar ni aunque sean ciertas, a saber: en esta puta vida. Y eso, también, sucede según se van acumulando años..

Lo de estar empezando a ser vieja tiene múltiples ventajas. Por ejemplo puedo decir lo que pienso-siento sin miedo. Puedo adular a un joven guapo sin que se piense que me lo quiero llevar a la cama. Resulta que con la vejez comienzo por fin a ser libre.

He aprendido que no es necesario tener marido, cosa que suponía imprescindible. Que no tengo la obligación de ser alguien porque “ser alguien” no hace falta para ser. Lo de ser viene de fábrica según uno nace. Lo de ser vieja enseña en propias carnes (que es tanto como decir que lo sabido encarna, nivel bien distinto del saber a secas) que un hermano vale de poco si no es un compañero del que te puedes fiar; que es posible decir no sin perder el derecho ni a la vida ni al aprecio; que no hace falta ir deprisa para llegar donde quiero y que incluso no llegar también vale; que por hacer lo que puedo ya se puede dar el buen dios por contento y si no que me hubiera hecho ángel o dios menor...

Estoy mutando a vieja y lo sé porque es el momento en que empiezo a darme cuenta de que soy otra cosa distinta de la que parezco (y dicen los que saben que “nosotros, los espíritus, somos más de lo que parecemos ser"). El cuerpo que habito se desmorona despacio y tiernamente. Se arruga, se descuelga buscando sin prisa la tierra de la que está hecho. Sin embargo lo que soy en serio y en el fondo (en ese fondo del que todavía no he conseguido enseñorearme) continúa sin tener edad ni tiempo, y el espíritu vuela cada vez más alto, cada vez más comprensivo, más y más menos severo. En todo caso va siendo lo que ya era desde el principio. Eso me alegra.
  

Hokyo Zan Mai (Taisen Deshimaru)






Hokyo Zanmai.
El samadhi del espejo precioso.

Nyoze no ho busso mitsu ni fusu nanjiima kore o etari yoroshiku yoku hogo subeshi

Ginwan ni yuki o mori meigetsu ni ro o kakusu rui shite hitoshi karazu konzuru tokinba tokoro o shirukokoro koto ni ara zareba raiki mata o momuku dozureba kakyu o nashi tagaeba kocho ni otsu haisoku tomo ni hi nari taikaju no gotoshi tada monsai ni arawaseba sunawachi zenna ni zokusuyahan shomei tengyo furo mono no tame ni nori to naru ochiite shoku o nuku ui ni arazu to iedomo kore go naki ni arazu hokyo ni nozonde gyoyo ai miru ga gotoshi nanji kore kare ni arazu kare masani kore nanji yo no yoni no goso gangu suru ga gotoshi fuko furai fuki fuju baba wawa uku muku tsuinimono o ezu go imada tadashi kara zaru ga yueni juri rikko hensho ego tatande san to nari henji tsukite go to naru chi so no ajiwai no gotoku kongo o no cho no gotoshi shochu myokyo kosho narabi agu shu ni tsuji to ni tsuzu kyotai kyoro shakunen naru to kinba kitsu nari bongo subekarazutenshin ni shite myo nari meigo ni zoku sezu innen jisetsu jakunen toshite shocho su sai niwa muken ni iri dai niwa hojo o zessu gokotsu no tagai rirryo ni ozezu ima tonzen ari shushu o rissuru ni yotte shushu wakaru sunawachi kore kiku nari shu tsuji shu iwamaru mo shinjo ruchu hoka jaku ni uchiugoku wa tsunageru koma fukuseru nezumi sensho kore o kanashinde ho no dando to naru sono tendo nishitagatte shi o motte so to nasu tendo sometsu sureba koshin mizukara yurusu kotetsu ni kanawan to yoseba kozenko o kanzeyo butsudo o jozuru ni nannan to shite jokkoju o kanzu

Tora no kaketaru ga gotoku uma no yome no gotoshi geretsu aru o motte hoki chingyo kyoi aru o motte rinu byakko

Gei wa gyoriki o motte ite hyappo ni atsu senpo ai au gyoriki nanzo azukaran bokujin masani utai sekijo tatte mau joshiki no itaru ni arazu mushiro shiryo o iren ya shin wa kimi ni bushiko wa chichi ni junzu junze zareba ko ni arazu buse zareba ho ni arazu. Senko mitsuyo wa gu no gotoku ro no gotoshi

◆Tada yoku sozoku suru o
◆Shuchu no shu to nazuku.


Así es el Dharma que Buda y los Patriarcas han transmitido íntimamente.
Ahora que lo tenéis, preservadlo. Como un cuenco colmado de nieve, como una garza disimulada en el claro de luna, son semejantes pero no idénticos, de cerca vemos sus diferencias.

El sentido no reside en las palabras, sino que lo hace surgir el momento decisivo. Si las seguís, caéis en la trampa; si las descuidáis, caéis en la duda.

Rechazar las palabras y apegarse a ellas es equivocado, porque son como un gran fuego: útil pero peligroso. Describirlo de manera literaria es mancillarlo.
En la oscuridad de la noche está perfectamente claro; a la luz del día, oculto.

Es la ley que lo gobierna todo.

Usadla para desarraigar todo sufrimiento.

Aunque no sea fabricado, no está más allá de las palabras.

Es como estar ante el espejo precioso: forma y reflejo se observan; tú no eres el reflejo, pero el reflejo es tú.

Es como un recién nacido, está provisto de los cinco órganos de los sentidos.
No va ni viene, no aparece ni permanece.

¿Acaso “baba uaua” quiere decir algo? Al final, no quiere decir nada, ya que esas palabras aún no son correctas.

Duplicando el trigrama del fuego, las líneas interiores y exteriores interactúan. Apiladas, se convierten en tres; permutadas, se transforman en cinco. Como el gusto de la planta de los cinco sabores, o como las cinco ramas del cetro vajra.

Armoniosamente reunidos en el centro, el tambor y el canto llegan juntos.

Adentrarse en la fuente e ir por la vía, abarcar el paisaje y apreciar el camino.

Respetad esto y no lo descuidéis.

Natural y sutil, no es ni ignorancia ni despertar.

En medio de las causas y de las condiciones, del tiempo y de las estaciones, ilumina sereno. Es tan puro que penetra allí donde no hay espacio; es tan vasto que está más allá de toda dimensión.
Si os apartáis de él siquiera un cabello de distancia, ya no estás en armonía.
Ahora, están lo súbito y lo gradual en los que aparecen las enseñanzas y enfoques. Cuando se diferencian, cada cual posee sus normas.
Pero se dominen o no estas enseñanzas y enfoques, la realidad fluye constantemente.
Fuera, la calma; dentro, la agitación. Es como el caballo con trabas o como la rata escondida.
Los sabios de antaño tuvieron piedad de ellos y les ofrecieron el Dharma. Llevados por sus equivocaciones, tomaron blanco por negro. Cuando cesan estos puntos de vista equivocados, realizan el espíritu que se armoniza naturalmente.
Si queréis seguir la antigua vía os lo ruego, observad a los sabios de antaño. Quien está a punto de realizar la vía de Buda ha contemplado el árbol durante diez kalpas. Es como la herida del tigre o la cojera del caballo.
Hay quienes buscan, por tener una carencia, el asiento precioso y la indumentaria decorada.
Hay otros que, por tener una amplia visión, se percatan de que son como el buey negro y el buey blanco.
Gracias a su gran habilidad, Hiei dio en el blanco a cien metros. Pero cuando las flechas se tocan en pleno vuelo, ¿cómo podría tratarse de una cuestión de habilidad? El hombre de madera canta, la mujer de piedra se levanta y baila. Esto no se alcanza mediante las sensaciones ni la consciencia, ¿cómo podría incumbir a las discriminaciones?
Los ministros sirven al señor, los niños obedecen a sus padres. No obedecer es contrario al deber filial; sin servir no se es un verdadero ministro. Ocultad vuestra práctica, actuad discretamente, semejantes a un loco o a un idiota.
Justamente seguir así se llama ser maestro entre maestros.


a través de Crisantemo de Amor