Este dojo es el relevo de otro que fue el primero en Valladolid e hijo de Deshimaru porque con él se educó quien lo puso en pie.

Han sido muchos años y han pasado muchas cosas como en el resto de dojos del mundo.

Han pasado por ambos infinidad de gente a la que desilusionamos o que se desilusionó ella sola sin nuestra ayuda. Gente para la que no fuimos suficiente, que esperaba más o que esperaba otra cosa. Infinidad de gente que desapareció sin más nada y qué queréis que os diga, humana que es una, aburre y fastidia.

Que para practicar zazen y entrar en el silencio y contemplar el universo y refrescarnos en la fuente de todo si es que llego y no me quedo en un arroyo, me quedo en casa.

Hace mucho tiempo que tuve la impresión de que este asunto de aupar un dojo, y mantenerlo vivo, era para profesionales; gente que pusiera toda su energía, mucho de su tiempo y toneladas de esfuerzo y sacrificio en mantener algo que, sinceramente, es bastante elitista se mire como se mire. En un sentido zazen es para todos porque no hace falta ser muy listo pero no es para todos porque no hay un dios que aguante un día detrás de otro soltando, soltando sin obtener, sin obtener u obteniendo tan solo para soltar y repartir...

mushotoku

shikantaza

zazen 

Aquí y ahora



El título tiene algo que ver con el contenido. Algo.

Lo que pasa es que las cosas en el cosmos universal van lo que se dice despacio.

Más o menos como las cosas de palacio.

Y los pobres humanos que habitamos tanto el cosmos cósmico como nuestro palacio-cuerpo estamos fabricados con una pasta hecha de impaciencia pura.

Dicho sea en nuestro descargo, el tiempo no es el mismo para el mencionado cosmos que para nosotros los humanos de a pie de tierra. Mientras él cuenta con la eternidad, nosotros solo tenemos el átomo más diminuto de todo ese tiempo.

O eso nos parece porque hay filósofos que avisan del eterno ahora. No sé si es para animar o porque realmente si sólo te quedas en el aquí y ahora nada nunca es tan grave. Pero bueno, eso son las cosas abstractas de los filósofos que siempre andan se diría que en la estratosfera.

Lo malo de todo esto es pensar. Aunque creo yo que, más que pensar, lo malo es preocuparse, todo el mundo sabe eso de que preocuparse, sin el pre, es muy saludable. La pequeña diferencia me parece que está en que si me preocupo lo único que hago es poner a mil revoluciones la cabeza, que además ya sabemos que tiene un gran "repris" (y que me aspen si sé cómo se escribe semejante palabreja). Y en definitiva no hacemos.

En el planeta zen se dice que es mejor hacer. Hacer da resultado y satisface. Claro que hay que saber cómo; las cosas no son tan sencillas...

Una vez un monje me explicó un poquito del secreto: dijo que en cada momento hay que hacer lo que toca, que eso sabemos más o menos todos.

No es una cuestión de elección, sino que todo el mundo sabe que a eso del momento en que a uno se le abren los ojos, pues toca despertarse; y uno se despierta. Y toca remolonear; y uno remolonea y se estira en la cama y en el cuerpo se le pone como un gustito. No es que uno piense: "¿remolonearé? ¿y si se me estira un tendón? ¿y si alguien entra y me ve y piensa que vaya vaga...?..." No, una no piensa nada, es que toca hacer eso y lo hace con todas las ganas. Y después se levanta y se va al cuarto de baño y abre el grifo y pone las manos debajo de él y siente el agua fresquita. Y si una es un poco agradecida se da cuenta de la inmensísima suerte que tiene de tener agua de una forma tan sencilla como hacer un giro de muñeca y, hale, agua va!.

¿Sabes lo que quiero decir?. 

Lo mismo sucede pongamos por caso, con la comida.

Estoy segura de que, por ejemplo, las primeras comidas que hiciste en tu propia casa, no sólo no te importó, sino que disfrutaste porque, si bien lo miras, pensar en qué comida hago es francamente divertido: puede que primero lleguen a la cabeza los tomates, o igual son las cebollas... y después piensas qué puedes hacer con ellas: que si las cueces, que si las fríes, que si las pongo a hacer miguitas con el aceite o con unos ajos para que se hagan novietes...

Y luego toca ir a comprarlas. Y claro, puede que a una le dé un poco de rabia y pereza vestirse para "bajar" y encontrarse con la verdulera. Pero puestos a seguir el ejemplo de Pollyana, meter las piernas en los pantalones de forma que cada pierna vaya por su sitio y no se te quede el pie a media pernera y entonces casi te caigas poniendo en peligro, puede que no tu vida, pero sí un buen golpe; y luego meter la cabeza en la camiseta y mientras resbala orejas abajo levantar de golpe los brazos justo para que se cuelen por las mangas. Y más luego a continuación poner un pie delante de otro de forma que, ¡vaya maravilla!, tus pies y tu cabeza se ponen de acuerdo para dejarte justo delante de la puerta de la verdulería llena de colores listos para comprar, cocinar y comer...

¿Sabes ahora a qué me refiero?. 

Quiero decir, volviendo a lo de las comidas, que al principio igual porque era nueva, la cosa tenía más gracia. Fue después, que se convirtió en rutina, que las comidas pasaron de ser comiditas (hay que poner tono dulce y cariñoso) a ser "las comiditas" (aquí el tono ha variado ostensiblemente hacia la coña marinera pintada de cierto cansado resentimiento porque "nadie me lo agradece", "y yo qué" o cosas por el estilo). Pero los ajos y las cebollas, la cocina, las recetas..  no han cambiado. Ellas siguen siendo igual, ofreciendo sus colores a quienes los quieran ver, oler y saborear. Eres tú y yo (con el tú de mi canción no te aludo compañero, ese tú soy yo, que diría Machado) quienes hemos cambiado y ya no nos hace ninguna gracia. Y me parece que es porque en vez de seguir viéndolo como una novedad, como una aventura (al estilo de la mente de principiante de Suzuki el joven), nos vence la sensación esa de “¡otra vez!, ¡uf!”. Como que tenemos la  capacidad de hacer que las cosas envejezcan y se llenen de arrugas cansadas que no es lo mismo que arrugas ancianas, (la versión noble y políticamente correcta de "viejas").

En fin que eso: que para estar normal, como decía el monje, a lo mejor no hay que hacer más que lo que toque, con la precisión y el cuidado más exquisito, como si fuera un acto de supervivencia o una obra de arte en un lienzo caro y con escasos tubos de buen óleo. Y disfrutarlo. Y luego que llegue el momento siguiente y entonces igual toca estirar las piernas en un magnífico sillón y abrir el mejor libro del mundo con el café más aromático de la tierra.

Piénsalo a tu manera y ya me contarás si el buen monje tenía un poquito de razón.

El dibujo aclaratorio tomado de No todo es lo que parece

Invisibles





El clan de los invisibles está compuesto de esos que por más que salten y brinquen, levanten el dedo afanosamente para hablar y hasta la voz finalmente desesperados, ni se les ve ni se les oye ni se les tiene en cuenta; de los que, más se esfuerzan en ser simpáticos para que los quieran, menos caso les hacen.


Siempre a la cola de aplausos y parabienes que no llegan nunca y que generalmente creen que necesitan como se necesita el aire para vivir y en tanto vivo, tener un sitio.

Si viviéramos en un entorno culturalmente taoísta el asunto no sería grave sino todo lo contrario porque los taoístas adoran la invisibilidad y la bruma. Pero el nuestro es un tiempo-mundo en el que solo vale lo que más brilla si bien, como la vida se ha encargado de dejarme bien clarito, no siempre es lo mejor aunque a veces incluso coincida.

Conozco a más de uno y de dos así, de esta manera. 

Pero también conozco a otro que de pronto un día debió de ser que se levantó rebelde y levantisco y se dijo: "basta y hasta aquí hemos llegado, que si no me quieren no me merecen. Y no me esfuerzo más", añadió. 

Entonces ése que conozco soltó de su espalda el anhelo de reconocimiento ajeno y se dedicó al propio y todos los días desde entonces fueron una fiesta porque...
  

La gota que moja y suena






de maremoto6 en flickr. Tiene una forma de mirar y ver que deshace el mundo y lo vuelve a construir en un momento repleto de esperanza. Esas son sus credenciales.

Quédate cinco minutos mirándola y verás lo que pasa........ suena y moja.

No fui capaz de comprender que dos gotas de agua nunca son iguales,
mientras unas se cuelgan de lo incierto,
otras buscan su futuro rompiendo el presente.


Texto de Ladrón de Guevara (www.pintoresde.blogspot.com)

Las siete diferencias


Si las hay.......

........¿las hay?

puede que sí, puede que no, puede que sí y que no, puede que no pero que sí o al revés y todo incluido.....

removida, eso sí. Doy mi palabra de honor.






Y a lo mejor es por esto que me remueve y que encuentro mucho más que siete diferencias.



las fotos de https://www.facebook.com/deshimaru.zen 

la magia de soltar


  
Llegó al dojo con su carga del día: una mujer maltratada, un hombre aburrido, tres obsesionados, todos ansiosos, todos deprimidos, dos avariciosos y siete egoístas. 

Mientras vistió su bata blanca de médico los contempló a la manera científica, observando signos y síntomas, analizando y diagnosticando, buscando el mejor tratamiento y aplicándolo. Ellos no eran él. Ellos eran los equivocados. 

Mientras se vestía con el kimono, el kolomo y se cubría con el kesa, el hombre recordó cada uno de sus pacientes y, desalentado, pensó: "dios mío, no soy tan diferente! "

Cuando atravesó el umbral del dojo y se sentó, el médico y el hombre, la maltratada, el aburrido, el obseso, el ansioso, el deprimido, el avaricioso y el egoísta, el padre, el amigo, el marido y el hijo y todos los demás, cobijados bajo el kesa, entregaron sus pensamientos al viento y permitieron, por la inmensa fuerza de la mera decisión de soltarlos, que se deshicieran en el vacío de origen.  

Fue entonces que la maltratada recuperó la dignidad, el aburrido tuvo una idea genial que le lanzó fuera de su silla, el obseso pensó que bah, tampoco es tan importante!, el ansioso pisó el presente, el deprimido agradeció la vida, el avaricioso se puso a repartir cuanto tenía y el egoísta pronunció la palabra mágica que todo lo cura.

Pero el monje nunca lo supo y tampoco hacía falta. La vida se encarga de lo suyo.

Los siete principios estéticos del zen


1.- Fukinsei,  asimetría
Para el zen la idea de perfección representa una barrera que impide el pleno acceso al camino, por lo tanto una de las finalidades de la práctica es eliminar esa barrera.

La perfección es presuntuosa y rígida, la asimetría es libre y respira.

2.- Kanso, austeridad
El espíritu del zen se desarrolla dentro de la austeridad. Los excesos llevan al caos, generando otra barrera que hay que evitar. En la práctica de las vías del zen es necesario eliminar todo aquello que resulta innecesario y superfluo.

Eliminar lo innecesario y superfluo 
para descubrir la simplicidad de la naturaleza.

3.- Kokôdignidad solitaria
Este termino, difícil de traducir en una sola palabra, está directamente relacionado con esos cambios naturales que se dan con el paso del tiempo. Representa las calidades de la edad, esa pátina antigua en que se ha transformado el brillo inicial, dejando ver la belleza y la dignidad que se adquiere a través del uso y de la existencia.

 Es la esencia más pura, que se alcanza solo cuando los accesorios han dejado de ser necesarios.

4.- Shizen, naturalidad
En el zen la naturalidad va unida a la sinceridad. Todo aquello que surge o aparece de forma natural, refleja en su origen una condición auténtica.
La naturalidad no lleva propósito ni intención, surge sin esfuerzo como resultado del no-pensamiento ( mu-shin).

No hay mejor maestra que la naturaleza. En ella las cosas surgen espontáneamente, por eso son auténticas.

5.- Yuugen profundidad
Este principio hace referencia a la verdadera esencia que se encuentra más allá de la superficie que miramos. Sí deseamos captar la totalidad de lo que observamos para apreciarlo y llegar a sentirlo íntegramente, tenemos que hacer un esfuerzo para no quedarnos en su aspecto superficial.

Es la esencia verdadera de las cosas, que transciende su mera materialidad, su aspecto superficial.

6.- Datsuzoku desapego
Aunque parezca contradictorio, la disciplina indicada para las prácticas del zen no significa apego ni sumisión. La práctica se realiza dentro de una libertad e independencia , ya que no se busca controlar el espíritu sino liberarlo, y el aprendizaje del método es el camino para llegar a esa liberación.

7.- Seiyaku,  quietud y serenidad interior
El último de estos siete principios es la tranquilidad necesaria para que puedan surgir los otros seis. Está relacionado con la paz interior que permite el equilibrio y el estado meditativo que buscamos desde el inicio de toda práctica. Antes de comenzar cualquiera de las artes zen es imprescindible tomarnos un tiempo para entrar en ese estado de paz, dejando a un lado cualquier situación o pensamiento que suponga inquietud. Sólo con una mente despejada donde los pensamientos no intervienen, podemos encontrar la paz necesaria para sentir la liviandad del alma.

Con la mente como un estanque quieto, la piedra lanzada producirá ondas perfectas.

Cada uno merece una atenta contemplación. Y ponerlo en marcha, actualizarlo, transmitirlo y perpetuarlo.

compartido desde akikazeakizuki, que supongo que lo habrá encontrado en algún sitio que lo encontró en otro sitio. O no. De todos modos es bello ser eslabón en la cadena de transmisión...


Fan de Quino


Verás..............


para ir a su fb aquí........ merece la pena :)

y gasshô a ESTRELLA FAVORABLE que nos lo descubrió.

Que se note



Un día, en una sesshin, alguien comentó que desde hacía años se sentaba en el trabajo al lado de otro alguien que también practicaba zazen (supongo que con otra sangha u otro maestro...) y que no se habían dado cuenta hasta que, por circunstancias de esas que por lo que sea dices algo y el otro indaga y pregunta, y ¡anda! si estamos en lo mismo.

Pero no se había notado nada de nada, ni un poco durante tantos años, en la práctica real del día día.

Eso es malo, muy malo.

Digo yo que se nos tiene que notar, que actuamos con más coherencia, que nuestra palabra de honor tiene el valor que tiene una palabra de honor; que nos comportamos como lo que decimos ser aunque cueste, que cuesta y mucho. Que de nosotrxs se desprende un cierto aroma hecho de ausencia de ego o de presencia de sagrado (que viene a ser lo mismo aunque no sea igual).

Pero puede ser que esté equivocada y que, después de todo, solamente pueda oler a humana, eso sí, empeñada en hacer de nuestro mundo y nuestro tiempo un lugar que no tengamos prisa en abandonar.

Alan Turing

  

El padre de la computación como bien saben los informáticos y matemáticos.

Entre él, Tesla y Einstein (dicen) construyeron el siglo XX. 

Solamente Eisntein consiguió renombre y recuerdo. Tesla y Turing sufrieron la tragedia del juicio romo de la gente de su tiempo que, por lo que voy viendo, no fue muy distinto del que hoy se les haría.

Ésta es una pequeña parte de la historia de su vida, contada por XL Semanal con motivo del centenario de su nacimiento. Faltan muchos detalles importantes porque una vida no se puede contar entera, tan sólo se puede vivir, pero os podéis hacer una idea y seguir buscando si os interesa algo de todo lo que viene a continuación. 

Personalmente me caen bien los genios; hacen que reflexione, asombrada, cómo "los normales" censuramos duramente lo que con el tiempo alabaremos con entusiasmo. Sobre el inapreciable valor de las vanguardias empeñadas en el conocimiento más y más, más allá y más allá, en cualquier ámbito. Aunque el precio, individualmente pagado, sea alto.

"Encadenaba su taza de café al radiador por miedo a que se la robaran. Y en los malos momentos buscaba consuelo en un osito de peluche. Le gustaba llevar el pijama debajo del abrigo y no dudaba en caminar bajo el sol de la primavera con una máscara antigás para combatir su alergia al polen. Solitario y gran corredor de fondo, afirmaba que su película favorita era «Blancanieves y los siete enanitos». Nunca leyó un periódico, se confeccionaba sus propios guantes y muy pronto eligió confiar antes en las máquinas que en las personas. «Las máquinas me sorprenden con mucha frecuencia», decía. También: «Una computadora puede ser llamada "inteligente" si logra engañar a una persona haciéndole creer que es un humano»

Este perfil solo da locos o genios. Alan Turing perteneció a los segundos.

El primer día de clase se recorrió más de 60 millas en bicicleta para ir a la escuela.

Fue concebido en Chatrapur, la India, pero nació en Londres el 23 de junio de 1912: su padre era un funcionario inglés destinado en el gigante asiático. Allí, Turing pasó los primeros años de su vida y destacó por su inteligencia: aprendió a leer por sí solo en tres semanas y mostró desde muy pequeño un gran interés por los números y los puzles.

Desde los seis años deslumbró a todos sus maestros y en 1926, a los 14, ya definitivamente en Gran Bretaña, ingresó, feliz, en el internado de Sherborne, en Dorset. El primer día de clase había huelga general, pero sus ganas de asistir a clase le hicieron recorrer más de 60 millas en bicicleta hasta la escuela, en Southampton, pasando incluso una noche en una posada.

La prensa local publicó la hazaña del joven. Con 16 años, Turing ya comprendía los planteamientos de Einstein y, sin estudios de cálculo elemental, resolvía problemas muy complejos para su edad. Pese a ello, sus profesores de Sherborne, más afectos a los clásicos que a los científicos contemporáneos, no mostraban demasiado interés por él. Poco le importó. Su vocación era clara.

Muere su primer novio.
En febrero de 1930, a los 17 años, la vida lo golpea por primera vez: su compañero de estudios y primer amor, Christopher Morcom, muere de tuberculosis bovina tras beber leche de una vaca infectada. Turing, destrozado, se hace ateo y empieza a creer que todos los fenómenos, incluyendo el funcionamiento de nuestro cerebro, son enteramente materialistas.

Cuatro años después de estar Cambridge ya era profesor.

A pesar de su talento y de que ansiaba seguir sus estudios en el Trinity College de Londres, debió conformarse con cursarlos en el King`s College, en Cambridge, su segunda opción. Su falta de interés en el estudio de los clásicos lo había hecho suspender los exámenes finales. Eso sí: una vez en Cambridge, en cuatro años ya era profesor.

Y entonces llegó la gloria: un año después, en 1936, con solo 24 años publica su revolucionario estudio sobre los números computables y sienta las bases teóricas de un cerebro electrónico capaz de ejecutar todas las operaciones matemáticas resolubles: acababa de inventar la idea de un ordenador y, con su Máquina de Turing, de crear el concepto de algoritmo, que es la base del funcionamiento de todos los ordenadores actuales y, aún hoy, tantas décadas después, el objeto central de estudio en la teoría de la computación.
Espía británico.

Con 27 años, los servicios de Inteligencia británicos lo reclutan para integrar el equipo de matemáticos que debían descifrar los códigos secretos de los nazis. Trabajó en Bletchley Park, la célebre instalación militar. Casi en solitario, Turing logró descubrir los misterios de la mítica máquina encriptadora de Hitler, llamada Enigma. Y diseñó la suya propia, denominada Bombe, capaz de romper los códigos de Enigma y permitir a los aliados anticipar los ataques y movimientos militares nazis.

La Bombe de Turing fue clave en el espionaje contra Hitler.

La Bombe de Turing, clave en el espionaje contra el Führer, fue la herramienta principal de los criptógrafos aliados. Estos trabajos de ruptura de códigos de Turing han sido secretos hasta los años 70. Ni sus más íntimos amigos los conocían.

La vida parecía sonreírle. Y, convertido en discreto héroe de guerra, pasó a trabajar en el Laboratorio Nacional de Física hasta ser nombrado director de computación de la universidad de Mánchester, donde desarrolló el software de uno de los primeros ordenadores reales: el Manchester Mark I.

Test de Turing.
De esa época también son sus planteamientos de una inteligencia artificial, expuestos en su célebre artículo Máquinas de computación e inteligencia, de 1950. En él, Turing propuso incluso un experimento que hoy se conoce como el Test de Turing y que aún hoy es la gran baza de los defensores de la inteligencia artificial, que tanto alimenta el fascinante desarrollo actual de la robótica. El test postula que, si una máquina se comporta en todos los aspectos como inteligente, es inteligente e incluso «sensible» y «sintiente».

El test de Turing dice una máquina pueder ser inteligente e incluso «sensible» y «sintiente».

El Test de Turing consiste en situar a un juez en una habitación y a un ser humano y a una máquina en otra. El juez hace preguntas y, ante las dos respuestas escritas, debe descubrir cuál es del humano y cuál de la máquina. Persona y ordenador pueden mentir al contestar.

Turing defendía que, si ambos jugadores eran hábiles, el juez no podría distinguir quién era quién. Pese a que ninguna máquina ha podido pasar todavía este examen, lo cierto es que el test tiene hoy muchas aplicaciones; entre ellas, detectar el spam -el correo basura-, que, por lo general, es enviado automáticamente por una máquina.

Condenado por su homosexualidad.

A pesar de sus numerosos hallazgos conocidos, la falta de material sobre su vida privada supone un quebradero de cabeza para los historiadores. Turing vagaba de un lado a otro como un poseso y rara vez aguardaba a la aplicación práctica de sus ideas. Producía novedades sin parar, pero de su vida personal solo quedan un puñado de fotos, donde aparece un muchacho de aire juvenil, mirada tímida y peinado con raya.

En 1952, Turing es procesado por su homosexualidad.

Pero lo bueno acabó mal. En 1952, Turing es procesado por su homosexualidad. Su amante Arnold Murray facilitó a un colega el acceso a su casa para robarle y el matemático denunció el caso. Durante la investigación policial, Turing se vio obligado a reconocer su homosexualidad, entonces un delito, y se lo imputó por «indecencia grave y perversión sexual», los mismos por los que habían condenado a Oscar Wilde más de medio siglo atrás. (Dicen que la propia policía encargada del caso, le recomendó guardar silencio, dejarlo pasar. Pero él no veía nada malo en la homosexualidad y pasó lo que pasó)

Compañeros de Historia




Compañeros de historia,

tomando en cuenta lo implacable
que debe ser la verdad, quisiera preguntar, me urge tanto,

¿qué debiera decir, qué fronteras debo respetar?

Si alguien roba comida
y después da la vida, ¿qué hacer?

¿Hasta dónde debemos practicar las verdades?

¿Hasta dónde sabemos?


El día de todos los santos


  
Esto es samhain, la noche de todos los santos y la sesshin de Egino porque, después de todo, da igual cómo lo nombremos, éste es uno de los momentos en que las fronteras entre los mundos se vuelven delgaditas y permeables. Y los hermanos se encuentran. Por eso...

... fueron llegando desde todos los puntos del tiempo. Del pasado, del presente y del futuro. Desde todos los puntos de la tierra: el norte, el sur, el este, el oeste y sus intermedios. Acudieron habitantes de los innumerables mundos, cada uno con su luz pequeña y una sola voluntad.

Llegaron hasta los que no llegaron porque no quisieron o no pudieron.

Confluyeron para construir, aunque ni lo supieran, el Templo en el centro del mundo. Así sumándose, pudieron deshacer el tiempo y sus actos pequeños hasta transformarlo en la eternidad que es desde el principio.  

Y lo sostuvo la Fuerza y lo coronó la  Belleza porque lo inspiró la Sabiduría.

El universo tiene paciencia para recibir a quienes rinden su tiempo y su vida. Los rescata del olvido susurrándoles  sus nombres verdaderos, recordándoles su promesa, que no puede ser incumplida, de volver a casa.

Tiene que esperar, y espera, la única respuesta posible. Secreta y sellada.