Txalaparta





Pertenezco por sangre y elección a un pueblo rudo y un tanto bronco. Con un idioma pobre en sutilezas que nombra tan solo lo que de verdad importa y es vital. Que asegura que euskaldun es aquel que habla y comprende el euskera, da igual quien sea o dónde haya nacido puesto que se sabe que podemos nacer, si queremos, en cualquier lugar. Y tenemos fama de resolver las cosas cuerpo a cuerpo. Sellamos los pactos de la palabra dada, compartiendo comida, risa y canciones a coro de voces hermanadas. Y cuando dos hombres y cuatro manos hacen sonar la txalaparta como si fueran millones, enmudecemos.

Igual que cuando, al término de una sesshin el espíritu se ha puesto de acuerdo con el Espíritu. Hablando el mismo idioma íntimo y básico.

La txalaparta y yo: una relación apasionada. Y un homenaje a mi padre de quien aprendí tantas cosas hermosas que no tienen palabras. Más bien sonido de cascadas de agua. (Como los hijos de Kopetz)

6 pensamientos +:

Luis Cano Ruiz dijo...

Perteneces a un pueblo noble, "corto de razones, largo de espada" como decía Reverte. Un pueblo que no ha perdido la esencia, aunque en ocasiones haya maquillado esta con cosas que nada tienen de propias.

Un pueblo de palabras amables y mesa llena. De corazones inmensos y parco en palabras. Un pueblo que, cuando estás allí, te hace sentir como en casa.

La sangre de tu pueblo es poderosa, pues veo en tí cosas que veo en tu hija pequeña. Cosas que, pese a la distancia de aquellos montes que los romanos no pudiero conquistar, no se pierden, ni se pueden camuflar.

Cuídate.

Anónimo dijo...

Me salió el kraken que algunos dicen que llevo dentro.

Y tú eres de raza de bardos ¿no? Se te dan bien los sentimientos y sus palabras, Ladrón, un talento sin precio.

Cuídate tú también.

ane

ESTRELLA FAVORABLE dijo...

Mi padre que era castellano viejo no tenía el don de la palabra ni era suave de formas, era el que era y mi vida no sería igual si él no hubiera estado ahí.

Siddharta dijo...

Hay un cierto momento en la vida que uno tiene que matar al padre y a la madre. Pero que bendición cuando todo vuelve a su sitio, y el padre y la madre vuelven a ser el padre y la madre, lo más íntimo de nosotros mismos. ¡Cosa grande!

mikaela dijo...

Mi madre castellana vieja, ESTRELLA. Mi padre vizcaíno. Decía Machado algo parecido a: "¡Ay estos castellanos que parecen vascos!". Qué cierto.

1bs

mikaela dijo...

Muy grande esto que dices, Siddharta: recuperar al padre y a la madre después de tantos "negocios" con ellos, volver a tenerlos tan cerca como al principio, cuando ni sabíamos quiénes eran ellos ni quiénes éramos nosotros...

bss

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