Un regalo del Comando Dharma para todos los del musgo
Su Dongpo (Su Shi)
El musgo recomienda
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La Vía Libre
Gracias a la traducción de Roberto Poveda. Click y te lo descargas desde Budisqué. Gracias a ellos también y a todos los que lo han hecho posible.
La rosa que nos regaló Siddharta por Sant Jordi
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La peli de Dôgen
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La senda de la nube
Este vídeo relata la experiencia de un monje de la tradición Son (zen coreano) llevando a cabo su característico período de entrenamiento manhaeng que consiste en un peregrinar donde el monje “baja a la plaza del mercado”, esto es, sale de los muros del templo mezclándose con la vida ordinaria. O sea, lo que hacemos tú y yo cada día, pero más oficial…Gasshô al dojo Nakama.
Pulsa en los patriarcas "verdes"para ver sus cosas. (gasshô a http://www.sotozen.cl/)
Cuando se han caminado muchos senderos se termina apreciando la importancia del linaje.
¿Qué es lo que se cierra de noche y se abre de día?
¿Qué es lo que aparece por sí solo sin buscarlo?
¿Qué es lo que no se puede obtener con mucho esfuerzo?
Chih-men
¿Qué hay siempre en una caja cerrada?
Úrsula K. LeGuin
Para la primera tengo muchas opciones La última me la sé seguro, para algo Úrsula K. LeGuin es una de mis autoras favoritas Las del medio... se me escurre "el justo medio" entre los dedos y también entre las neuronas :(
Que no sé qué le ha dado a todo el mundo con el pensamiento mágico que es como que le tienen alergia.
Aparente. Porque bien que ciñen las muñecas con amuletos de todo tipo, sitúan piedras energéticas de chakra en chakra con los colores adecuados a cada uno, abrazan árboles, se encomiendan a Santa Bárbara cuando truena, anudan a su cintura mandiles (masones) y cordones (franciscanos, aunque últimamente a Rafu se le ve con uno de ellos), cuelgan del cuello cruces, se adornan con cascabeles chamánicos o, si han cambiado de tercio y de occidente han pasado a venerar el oriente...
Como sí soy de las del pensamiento mágico, antiguo y aceptado (encantada), me lo puedo permitir. Incluso me puedo permitir ninguna de esas cosas si se diera el caso. No es que domine del todo los dos pensamientos pero me apaño más o menos y más o menos tengo claro cuándo procede uno y cuándo procede el otro.
Para las cuestiones económicas no valen las señales celestes, en general, pero, pongamos por ejemplo, si he perdido algo importante y lo he buscado con toda mi racionalidad y de todos modos se escabulle... ahí voy con las ayudas sobrehumanas, que ya hemos quedado en que no sobrenaturales, y entonces un padrenuestro a San Antonio que todo lo encuentra, lo dejo trabajar en paz y tranquilo y... ¡bingo! no pasa mucho tiempo sin que aparezca.
Dicen que es un santo tacaño y que exige que se le compense con un donativo. Bueno, yo nunca le he pagado con nada más que con otro padrenuestro, siempre sorprendido y agradecido por la ayuda.
Como lo digo en alto muchas veces por ser fan y grouppie del santo, suelo ser blanco de risas y comentarios de más de una sobremesa. Quieren convencerme aportando datos racionales, explicaciones psicológicas...... vale, que sí, que también. Pero de todos modos.
Y tengo una buena colección de magias cotidianas de lo más espectacular :)
Como solamente me ha sucedido una vez, me considero afortunada y me sé una niña mimada por el universo.
Hasta entonces lo que sucedió no era más que materia sutil de uno de los más grandes de mis fantasmas. Y tomó pétrea consistencia. Estaba sucediendo en esta realidad que es la que habito, la que me da cuerpo y aliento.
En condiciones más favorables había dicho cosas hermosas, había sentenciado, arrogante, sobre la forma correcta de encarar algunos asuntos...... y estaba sucediendo. No, Me estaba sucediendo.
Si por mí hubiera sido habría matado sin dudar y a más de uno. Vale que no habría torturado porque ahí tengo una línea roja que no me salto ni aún yéndome la vida en ello (creo, de momento que por ahí dicen que si Dios acortara los tiempos no quedaría ningún “justo”). Pero matar, sí. Sin compasión aunque, seguro, con serios remordimientos una vez pasado el calentón y el dolor de la ofensa.
No hice nada de eso sino que me comporté obedientemente conforme a las reglas de mi conciencia, la mía particular. Comprobé la auténtica medida de la autenticidad de lo que dije (que alguien me enseñó antes) porque fueron confrontadas con la prueba de realidad y que es lo que cuenta, después de todo.
Como ni es mérito propio ni me pertenece puedo sentir el orgullo que siento y en el que me rebozo. Muchos habrían hecho cosas distintas y muchos otros responden como lo hice, que cada uno sabe de lo suyo.
Orgullosa, por lo tanto, de ser humana, estirpe de gente noble que gusta de la nobleza y la sustenta con palabras y actos. De vez en cuando. No siempre con total acierto.
Y ahora, que alguien diga que nunca quiso matar....... y no lo hizo. Grandes que somos por rechazar algunas de las cosas que nos piden, casi exigiendo, los instintos. ¿O será que en mi cultura no está bien visto lo que en otras se supone Ley?
Dicen los judíos que un hombre muere cuando “lo que ha venido a hacer” está hecho o porque ya no hay forma humana de que lo haga. Y tienen la costumbre de añadir a este tipo de afirmaciones que “la Ley siempre se cumple”. El caso es que a lo mejor algo de eso hay. Que uno tiene que hacer lo que tiene que hacer (verdad de Perogrullo, por otro lado) y si no lo hace pues ya va sobrando que para estas cosas la vida es muy expeditiva.
Hace tiempo alguien me dijo con mucha sorna: “Ah! Es que eres una mujer con una misión!” después de contarle (desafortunadamente a la vista del comentario sarcástico) alguno de mis sueños, no recuerdo cuál.
Y me sentó fatal. Primero por elegir mal las orejas. Segundo y más importante -aunque a mí no me lo pareciera en ese momento- porque si la tenía no la estaba realizando. Muchos sueños, muchas ideas y ni un sólo resultado, ni un solo cuajamiento.
Pero, en concreto yo, tengo la enorme suerte de tener por ángel (según dice una página web que consulté como un oráculo buscando consuelo en un momento un tanto desesperado) a Mahasiah, el de la última oportunidad. Lo que entendí, sobre todo porque lo tengo constatado en mil y una circunstancias, es que soy de esas a las que todo se les da en el último momento. Salvada por la campana, vaya, por hablar en roman paladino.
Por si acaso, lo cuento. Porque me parece que nos pasa a más de uno y de dos. Que muchos nos cortamos de hacer lo que nos resulta tan natural hacer tan sólo por miedo, por inseguridad o cosas de esas que no nos conducen más que a estar vivos pero zombis, ocupando espacio sin amarlo intensamente. Un pecado capital y mortal de necesidad como bien saben todos los infartados.
Se tiene que acabar. Porque tener un sueño es una bendición que no viene a cuento de nada rechazar.
Y que a lo mejor mi sueño es tan hermoso como sentarme a contemplar calabazas y encandilar a todo el que tenga cerca con lo mismo. No diría yo que no. Pudiera ser..... y hay más, siempre hay más.
En zazen y en no zazen hacemos cosas como......
Habitar el movimiento
Respirar con la piel
Pensar con la planta de los pies
Andar para llegar a ningún sitio
Hacer sin hacer... haciendo
Aprender los nombres verdaderos del viento y del agua y de la piedra, la hierba..... Y murmurárselos de tú a tú
Desbaratar el mundo con un gesto y ordenarlo al mismo tiempo
Tener la osadía y cumplimiento de afirmar, sin lugar para la duda, que Dios y yo no estamos separados
Re-saber junto a los Antiguos que el universo es una perla brillante
Cabalgar El Tigre (no un tigre cualquiera, no)
Lavarnos las manos tras cada acción y olvidarla y olvidar las consecuencias
Vivir mientras vivimos y al morir estar muertos
Latir con sangre que bate como tambores y risas como piedras despeñándose por un barranco
Hacer amanecer un día con su Sol tan solo porque hemos abierto los ojos
....... y muchas cosas más que nacen de ese sitio donde nunca pasa nada tan importante aunque todo tenga una tremenda importancia. Y algunas sólo las puedes nombrar tú.
Todo ha sido dicho antes pero cuando lo redescubrimos damos a luz de nuevo al mundo
Ningún neurocientífico ha logrado señalar el lugar del cerebro donde asienta la memoria. Dicen que está repartida por todas las células y puede que tengan razón.
Como no soy neurocientífica, aunque bien que me gustaría, no puedo afirmar nada como verdad contrastada y reproducible pero a mí me parece, y algunos elementos sí tengo para afirmarlo, que al menos una parte de la memoria no la tengo “residente” como se dice en el lenguaje de los ordenadores. Está fuera. Podría poner por caso la memoria de google pero no me refiero a ésa.
Me refiero a la que me informa de tantas situaciones en las que nunca estuve en persona, la que me informa de que ése a quien acabo de conocer es tibia carne conocida y aquella otra es una traidora hechicera que la va a preparar y zas!, dándole el tiempo necesario, lo hace con todo su poderío.
Algunas muchas veces conozco sin haber conocido, sé de guerras en las que no estuve y si estuve no recuerdo que dicen los rosacruces. De rituales viejos como cuando el mundo ya era viejo. Sé de siembras y recogidas. De honor y traición a partes iguales.
Sé. Sé más de lo que tenía que saber si nos atenemos a lo que he podido almacenar en el tiempo que he vivido. Sé sin datos objetivos. Y me pregunto si no será que contengo en este cuerpo pequeño la historia entera de la humanidad, vida a vida vivida.
Porque después de todo a alguien le escuché una vez decir una cosa que me suena a verdad:
No hay nada sobrenatural pero sí mucho sobrehumano.
Porque no es lo mismo, no señor, una cosa que otra. Que puestos a tener que elegir (naturaleza obliga) no es lo mismo conformarse o pelear ni es lo mismo arte que hartar.... es distinto.
Piénsalo. Que ya sé que todo es Unidad pero... de todos modos y en este plano y mundo en que vivimos no vale cualquier cosa. Me parece.
Que a lo mejor es porque me llego en párvulos pero de momento, de momento y hasta que me llegue a otro punto, elijo apoyar a quien no puede, a quien no le llega, a quien no sabe cómo hacer, a los que tienen menos de lo que es de ley tener... ¿sabéis lo que quiero decir?
Sí ¿no?
Eres tanta gente, que dime
¿con quién hablo ahora?,
¿no ves que no sois iguales?
eres la de: "quédate conmigo,
prometo darte tormento, darte malos ratos..."
yo te prometo, si me escuchas niña, darte arte
que no es lo mismo que:
quédate y ya veremos
quédate y ya veremos
no es lo mismo ser que estar
no es lo mismo estar que quedarse, ¡que va!
tampoco quedarse es igual que parar
no es lo mismo
será que ni somos, ni estamos
ni nos pensamos quedar
pero es distinto conformarse o pelear
no es lo mismo... es distinto
no es lo mismo arte que hartar
no es lo mismo ser justo que ¡qué justo te va!... (verás)
no es lo mismo tú que otra, entérate
no es lo mismo
que sepas que hay gente que trata de confundirnos
pero tenemos corazón que no es igual,
lo sentimos... es distinto
vale... que a lo mejor me lo merezco
bueno... pero mi voz no te la vendo
puerta... y lo que opinen de nosotros...
léeme lo labios, yo no estoy en venta
vale... que a lo mejor lo merecemos
bueno... pero mi voz no la vendemos
puerta... y lo que opinen de nosotros...
léeme lo labios, a mí me vale madre
puerta y aire que me asfixio,
que no se trata del lado que quieras estar
que estar de un lado o echarte a un lado... (verás)
Lo que no tengo ni medio claro es que un monje zen por su
sitio sea alguien cómodo para convivir.
Con esa manía de llamar a las cosas por su nombre o, en su
defecto, quedarse mudo-callado porque no puede decir (ni él ni nadie) una sola
palabra verdadera, que es que si nos vamos a poner así no abrimos la boca
porque todo habla por sí mismo.
Con ese salirse por los cerros de úbeda que parecen (vale que tal vez no lo sean, habrá que otorgarles como a cualquiera, el beneficio de la duda) más bien
ganas de hacerse los originales.
Con ese dejar colgado el universo entero y así lluevan
chuzos de punta cuando es la hora de ir al dojo o a una sesshin. (Recuerdo un(@)
maestr@ relatando, orgullos@ de sí mism@, cómo había dejado al cuidado de otro a
su hija con varicela por ir a una sesshin. No lo comparto, tan clarito como eso)
Me recuerda a uno de los diálogos de la peli Samsara que dio
lugar a múltiples discusiones entre la gente del dojo, realmente fructíferas aún
sin haberse resuelto en ninguna dirección de momento (habrá que darle tiempo):
Pema(llorando después de encontrarse a su marido huyendo
para volver al monasterio):
- Yashodhara, ¿conoces ese nombre?. Príncipe Gautama, Sakyamuni, Buda... todos
conocen esos nombres, pero... ¿Yashodara?.
Yashodara estaba casada con Siddharta. Ella lo amaba tiernamente.
Una noche Siddharta la dejó junto a su hijo Rahul, mientras dormían, en busca
de la iluminación. Para volverse Buddha. No le dijo una sola palabra al
marcharse.
Yashodhara mostró compasión por los enfermos mucho antes que Siddharta lo hiciese,
mucho antes que Siddharta tuviese consciencia del sufrimiento.
¿Quién puede decir si él le debió su iluminación a ella? Quizás Yashodhara
quería dejar a Siddharta y a Rahul. ¿Cómo podremos saber si Yashodara cayó
víctima de la cólera, la soledad o la amargura después de que Siddharta la
dejara? ¿Quién pensó en ella? ¿Qué habrá dicho, cuando su hijo Rahul hizo esa
pregunta eterna: ¿dónde está mi padre? ¿Qué le habría dicho ella? ¿Cómo podría
una madre dejar a su propio hijo en mitad de la noche? Eso sólo puede hacerlo
un hombre, Tashi, sólo un hombre.
Después de eso, Yashodara no tuvo elección. Tuvo que llevar
una vida de renuncia. Se cortó su cabello y vivió como una asceta.
¡Oh Tashi!, si tus pensamientos hacia el Dharma fueran de la
misma intensidad que el amor y la pasión que me has mostrado a mí, te habrías
convertido en Buddha en este mismo cuerpo, en esta misma vida.
Tashi(en el suelo, roto): Pema, perdóname. Volveré contigo, de regreso a dónde pertenezco.
Escena final
Tashi se encuentra una piedra que tiene una inscripción en tibetano que dice: “¿Cómo
prevenir que una gota de agua se evapore?”
Por la parte de atrás obtiene la respuesta:
“Lanzándola al mar”
Que no digo ni que sí ni que no.... Koanes que nos presenta la vida..........
Desde hacía varios meses no caía una gota de lluvia y la situación se hizo catastrófica. Los católicos hicieron procesiones, los protestantes elevaron sus plegarias, y los chinos quemaron incienso y dispararon sus fusiles para espantar a los demonios de la sequía.
Vista la inutilidad de todo cuanto se esforzaron por hacer, finalmente los chinos se dijeron: “No queda más remedio que buscar al hacedor de lluvia”. Tras buscarlo y buscarlo porque tampoco es que queden tantos, lograron encontrarlo por ahí perdido en cualquier cueva negra como la noche de alguna montaña alta y escarpada de acceso casi imposible. Como debe ser, según las reglas de las leyendas. El sabio era un hombre anciano y magro (también como es debido para estos menesteres) que se limitó a explicar que la única cosa que necesitaba era que pusiesen a su disposición una pequeña casa tranquila en la que se encerró durante tres días.
Al cuarto día las nubes se amontonaron y se produjo una fuerte nevada en una época del año donde no era previsible, y si bien se mira ni probable ni decente que sucediera, y en una cantidad no habitual y sí necesaria.
Hubo sorpresa, claro, además de alivio y agradecimiento.
Y, una vez que las cosas habían salido lo que se dice “bien” y la catástrofe hubo sido alejada, sucedió lo que suele suceder en tiempos de bonanza: resurgió la curiosidad y alguien no pudo por menos que preguntarle: - ¿se puede saber cómo lo ha hecho? El pequeño chino respondió: - ¿Se refiere a la nieve? Yo no la hice. No, no soy responsable de ello. - Ya, bueno, pero algo habrá hecho usted estos tres días que pidió que respetáramos ¿no? - Oh, eso sí puedo explicárselo, es simple. Vengo de un país donde las cosas son lo que deben ser. Aquí las cosas no están en orden, no son como deberían ser según el orden celeste, por eso todo el país está fuera de Tao. Lo único que hice fue dejar estar las cosas en el orden natural de las cosas y para ello esperé tres días hasta que me volví a encontrar en Tao, y entonces, naturalmente, Tao hizo la nieve.
Como soy mujer de palabra (cuestión latosa de naturaleza heredada y por lo tanto no elegida porque de verdad que si pudiera elegir preferiría ser astuta y mentir con todas las bendiciones de mi conciencia que me parece mucho más adaptativo y eficaz. Cosa, la eficacia, que me encanta).......
............bueno, que como soy mujer de palabra, decía, y ayer escribí que iba a pedirle al I Ching una cosa bonita para junio, pues a ello me puse de buena mañana pero no había ni forma ni manera de encontrarme en ese estado un puntito especial en el que dices: “ahora es el momento de tirar las ramas de la milenrama” porque al I Ching no se puede ir de cualquier manera ni por curiosear ni para no hacer caso...
Total que me veía yo en la tesitura de no poder respaldar los dichos con hechos y me puse a dar vueltas por la red a lo tonto y a lo bobo. Este cuento lo he buscado durante no menos de cuatro años sin ninguna fortuna. Hasta ahora (significativo este ahora para mí y a lo mejor para algunos otros. Nunca se sabe)
Y algo me dijo por dentro que mejor el cuento que un hexagrama.
Y como soy muy obediente, sobre todo conmigo misma y mi olfato, pues me hago caso y eso hago.
Vale que lo he arreglado a mi gusto pero me parece que la esencia es la que es y que vamos a entender todos de la misma o parecida forma. Lo de "parecida forma" es lo mejor y lo que da más frutos.