Corazón de principiantes

 
El Talmud son sesenta tomos de no sé cuántas páginas cada uno pero seguro que muchísimas teniendo en cuenta como son los judíos para estas cosas de explicar y desmenuzar. En él se registra "toda" la sabiduría de su pueblo.

Cada una de las páginas del Talmud está nominada, es decir, lleva una letra que la identifica porque en hebreo los números se reemplazan por letras de modo que Alef es 1, Bet es 2 y así... bueno, cosas suyas.

El caso es que la primera página del Talmud tiene, según la tradición, la letra Bet (la que antes hemos dicho que corresponde a nuestro 2).

Y no es un error, es un símbolo. En el último capítulo del último tomo, uno de los rabinos deja escrito:

"Y no te ufanes de haber leído hasta aquí, ni de haberlo comprendido todo porque te sigue faltando entender la página uno del primer tomo"



En estos caminos donde todo es pura y espléndida paradoja, al llegar al final estamos en el principio igual que el boyero que partió en busca del buey y volvió a la plaza del mercado -el corazón del samsara- con las manos gloriosamente vacías




Y vuelta a empezar.

A lo mejor es que hay una página que no se puede nombrar ni numerar ni describir ni nada. O sea, Eso.

1 pensamientos +:

Luis Cano Ruiz dijo...

Es triste, pero los hombres siempre intentamos leer hasta los márgenes con tal de que nos llamen eruditos.

Lástima que cuanto más nos obcequemos en cerrar la última página del libro, más nos alejamos de llegar a ser maestros.

¿Y la primera página? Bueno, desde hoy me propongo dejar de buscarla.

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