18.- Ku (El trabajo en lo echado a perder)

  
18, Ku. (El trabajo en lo echado a perder)

Formado por el trigrama de la Montaña, el Aquietamiento (arriba) y el Viento, lo Suave (abajo).
Trata acerca de corregir hábitos mentales decadentes y trabajar sobre lo que se ha echado a perder.

El hombre que ha cometido un error y no lo corrige, comete un error aún mayor (Confucio)

"El trabajo en lo echado a perder tiene elevado éxito", dice el I Ching. La imagen presentada en este hexagrama es la de una escudilla en la que proliferan los gusanos: tres días y la decadencia humana son la causa de la corrupción.

Una escudilla en la que proliferan los gusanos es una analogía que señala las ideas falsas que nosotros u otros podemos tener acerca de cómo funcionan las cosas. Las ideas falsas se forman por percepciones incompletas. Recibir este hexagrama nos dice que algunas ideas que damos por supuestas son incorrectas. También nos dice que encontremos las formas decadentes con las que podemos estar relacionándonos con el Tao, el destino, otras personas o nuestra situación en general. Esta búsqueda debe incluir la forma en que reaccionamos al trato incorrecto de los demás. Antes de que podamos seguir avanzando es necesario reconocer y corregir nuestras ideas y actitudes falsas.

Tres días simboliza los tres pasos para la corrección de uno mismo:

- la sinceridad necesaria para encontrar nuestros defectos
- la diligencia necesaria para decidirnos resueltamente contra ellos
- la decisión necesaria para resguardarnos contra su reaparición
El I Ching tiende a ocuparse de las perspectivas falsas y las difamaciones de la verdad. Por ejemplo, una persona se alía consigo misma, con su ego, al sospechar que la Vida no es buena y significa sufrimiento, que el destino es hostil, que la naturaleza humana es mala o que los demás no pueden encontrar el camino correcto sin nuestra intervención. Muchas veces aceptamos tales actitudes porque son comúnmente sostenidas. El mantenerlas da lugar a una indiferencia al sufrimiento (propio o ajeno) y a la Belleza de la Vida. Al tolerarlas dentro de nosotros, influimos de alguna forma en que otros las adopten y mantengan.

Otras actitudes erróneas incluyen el relajarnos tomando una actitud vengativa o dura, disfrutando algo a costa de un principio; asignándole atributos del hombre inferior a lo Absoluto (al Tao, Dios...); asumiendo que esos atributos son naturales dentro de nosotros; abandonándonos a nosotros mismos o a otros y hablando o pensando descuidadamente y asumiendo que lo que hacemos o decimos no tiene gran importancia.

Cuando nuestras atesoradas ideas o creencias nos vienen a la mente en el transcurso de una consulta con el I Ching, es mejor preguntar si son correctas. Frecuentemente la idea o creencia que se nos presenta es exactamente lo que el I Ching nos dice que examinemos detenidamente y con sinceridad.

Este hexagrama también nos muestra la forma correcta de responder a los demás cuando nos parecen insensibles, indiferentes o injustos. Para responder correctamente necesitamos obtener una perspectiva “impersonal y cósmica”. Esto exige que eliminemos o dispersemos la ira y que rechacemos las consideraciones personales como el deseo o la envidia. También es importante evitar ignorar o rechazar el problema por no saber cómo tratarlo. Es esencial reconocer las actitudes despectivas como tales pero en un contexto justo y moderado. Tan pronto como nuestro punto de vista es correcto, el poder de la verdad interior se activa para corregir el problema.

Si nos centramos en tener una relación cómoda o pasamos por alto el mal, debido al deseo de que todo vaya bien o de que sea cómodo, “toleramos lo que se ha echado a perder” y somos incapaces de tratar el problema de manera constructiva; el mal llega a nuestras vidas principalmente porque le damos espacio al no ser estrictos (que no rígidos) con nosotros mismos.

Es posible corregir las relaciones deterioradas corrigiendo nuestras actitudes indulgentes. Estas actitudes indulgentes crean problemas que se acumulan hasta que todo se echa a perder. Al corregir la actitud, las resistencias que se han concentrado con el paso del tiempo, ceden. La sospecha y la desconfianza disminuyen y el exceso que hemos fortalecido no encuentra bases para continuar. La situación vuelve al equilibrio y la armonía, gradualmente. Mientras esperamos que la situación vuelva a la normalidad, no debemos forzar ni presionar. Si se va a resolver realmente, debemos conceder el espacio y el tiempo necesarios para que noten que la sincera corrección de uno mismo es el único camino a seguir. Si somos consecuentes al mantenernos neutrales y desapegados, al adherirnos a lo que es correcto en nuestro interior, los demás percibirán lo que es correcto al relacionarse con nosotros. Nuestra actitud señala que la envidia y la insensibilidad no son aceptables. Aunque alguien que se haya estado relacionando con nosotros incorrectamente empiece a dirigirse a nosotros de forma amigable, debemos mantener la reserva y la cautela mientras existan contradicciones en su comportamiento. No debemos asumir que nuestro objetivo ha sido alcanzado simplemente porque esperamos y deseamos que así sea.

Finalmente, el trabajo en lo echado a perder se refiere al comportamiento social en general. Los funcionarios (es una figura simbólica. Puede ser un profesor, un empresario, un terapeuta...) conocen la opinión de la gente a la que sirven. Si la actitud de la gente es negligente, si están dispuestos a sacrificar los beneficios a largo plazo por ganancias a corto plazo, los funcionarios gobernarán en consecuencia. Si en su actitud interna la gente es firme en lo que es correcto, los funcionarios sabrán cómo representarla; independientemente de la clase de gobierno, el mal encuentra sus bases en la debilidad de la gente. Cuando la gente es fuerte en su dirección interna y firme en su actitud, el mal en el gobierno y en la sociedad no hallará lugar donde crecer.

La tercera línea que ha salido mutante nos invita a preguntarnos si cuando nos damos cuenta de que hemos cometido un error preferimos excedernos en el esfuerzo de comprenderlo y solucionarlo o por el contrario preferimos no hacer nada o quedarnos cortos. Sentimos remordimientos al ver las consecuencias de nuestro comportamiento y por ello el I Ching nos asegura que “no hay gran culpa”. Añade: “es mejor ser muy enérgico al corregir los errores que no serlo lo suficiente” (durante este mes al menos o cuando en una consulta nos regale este hexagrama)

Lo de siempre, hago una tirada solicitando el trabajo que mejor convenga a todos los que por aquí pasamos y el I Ching dice lo que le viene en gana. ¡Cosas del Universo! :)
  

0 pensamientos +:

Publicar un comentario