59.- Huan (La dispersión. Disolviendo el egoísmo)

 
El que ha salido. 

59.- Huan La dispersión
(Disolviendo el egoísmo)
Un egoísta es aquel que se empeña en hablarte de sí mismo cuando tú te estás muriendo de ganas de hablarle de ti (Jean Cocteau)

La dispersión se refiere a la disolución de los sentimientos y los pensamientos que nos llevan a adoptar un punto de vista rígido en cualquier aspecto de nuestra vida y respecto a cualquier asunto. Tales pensamientos hacen que condenemos a las personas como imposibles y como incapaces de cambiar.

Es muy fácil que se produzcan este tipo de pensamientos cuando, al abrirnos a los demás, encontramos que no son tan receptivos como habíamos anticipado. Es importante disolver la la duda, los sentimientos heridos o la ira, para volver a una actitud inocente e independiente, no condicionada. Una vez que nuestra independencia interior ha sido reestablecida, los demás se relacionarán con nosotros de mejor manera.

La dispersión, como imagen, describe una técnica para liberarnos de las garras de las emociones. Esta técnica supone deshacerse de los sentimientos como si los entregáramos al viento (sun) o como si los lavara el agua (k´an), el agua activa y persistente que está asociada con el esfuerzo. [Este hexagrama contiene estos dos trigramas: sun y k´an] A través del esfuerzo de la voluntad acumulamos la fortaleza necesaria para abandonar todos los sentimientos y pensamientos negativos.

Sun también está asociada con la suavidad, como si fuera una delicada brisa. Es así como recomienda dispersar el egoísmo: a través de la suavidad y no de forma brusca. Debemos ser suaves con nosotros mismos a pesar de nuestros errores y debemos ser suaves con quienes sufren las presiones del orgullo, el enajenamiento y los sentimientos de inferioridad. Hay que tener en cuenta que cuanto más culpables nos sentimos, más rígido y sensible se vuelve nuestro orgullo. La suave perseverancia disuelve la durezas y la rigidez defensiva.

También tenemos que dispersar los sentimientos de desesperanza que nos conducen a romper nuestros lazos con los demás. Es importante dispersar lo inferior, ya sea la duda, el miedo de continuar nuestro camino, la ira, la tentación de volvernos indiferentes a los sufrimientos o aquellos conflictos interiores que susurran insistentemente: "¿Por qué tienen que ser las cosas así?" Esto incluye todas las reacciones emocionales y las frustraciones relacionadas con nuestras propias deficiencias y las de los demás que con tanta desgana solemos aceptar.

Se refiere también a las ideas fijas acerca de "tener que hacer algo". Sentir que estamos bajo presión nos indica que estamos excesivamente involucrados, excesivamente atrapados por alguna emoción. Necesitamos dar un paso atrás, desapegarnos y dejar que una nueva percepción se abra camino.

Al darnos cuenta de que hemos cometido tales errores, en lugar de caer en la desesperación, debemos adherirnos firmemente a lo correcto y esperar. Con esta actitud el daño se corregirá y la tensión se aliviará sin dejar efectos posteriores.

La dispersión también se refiere a dispersar nuestro apego a ciertos puntos de discusión y a nuestra resistencia terca e infantil al funcionamiento de las cosas. Resistimos de esa manera cuando malentendemos las situaciones, las personas, etc. o las entendemos tan sólo parcialmente. Al abandonar nuestra resistencia hacemos posible que emerja un entendimiento completo, una mejor y mayor percepción del problema con el que estemos tratando; hasta entonces, nos ayuda confiar en que el universo sabe cómo hacer que las cosas funcionen, tanto lo imposible como lo improbable. Una vez que aceptamos esta posibilidad puede suceder tanto lo imposible como lo improbable.

Tercera línea mutante: Él disuelve su yo. No hay arrepentimiento.... su voluntad se orienta hacia fuera.
 …indica que es tiempo de dispersar los pensamientos centrados en uno mismo. Ahora no hay que dedicarse a la lamentación, pues a veces, la tarea se torna penosa. Hay que dejarse a uno mismo de lado, dispersando aquello que el ego quisiera acumular como barrera, con fines de separación.
Disuelve su yo
 Su voluntad se orienta hacia fuera
 Esta línea nos aconseja renunciar a los sentimientos acumulados que comprometen la percepción que tenemos de nosotros mismos. La mayoría de estos sentimientos son defensivos. Es como si siempre estuviéramos en guardia; nos subimos a una pequeña colina mirando hacia abajo a los otros, presumiendo de que somos los únicos que sabemos lo que es correcto. Al defendernos, podemos haber condenado como imposibles a aquellos que se supone que debemos rescatar.

Necesitamos disolver estas barreras y los sentimientos negativos que las soportan tales como la mala voluntad, el resentimiento y la enajenación.

También necesitamos disolver las ideas sobre cómo queremos que sucedan las cosas y permitir que el universo haga la obra a su manera. Tenemos que darnos cuenta de que los demás pueden conseguir la ayuda del universo y que son capaces de encontrar su propia verdad dentro de ellos mismos sin nuestra intervención.

Solamente cuando hayamos renunciado al ego, conseguiremos "ir al encuentro" (hexagrama 44) de los otros.
…o lo que es lo mismo, teniendo la meta fuera de sí mismo, puesta en una gran causa, con un gran renunciamiento, ahora, podrá alcanzar esa actitud con la que conquistará la fuerza necesaria para lograr luego grandes realizaciones.

Otro comentario al hexagrama puntualiza:
El ideograma Huan equivale al término diseminar nubes o multitudes o dispersar lo que está bloqueando la luz o lo que obstruye la conciencia. Por eso, después de la disolución, la tarea es lograr una nueva reunificación. Sea cual sea el aspecto de la energía que se haya acumulado, su camino es dispersarse de nuevo en un eterno ir y venir.

Cuando el texto afirma que "el rey se acerca a tu templo", templo se refiere al lugar donde se está apartado de los males del mundo. Así, se debería emplear lo espiritual para protegerse del peligro que pueda amenazar. Porque lo espiritual es necesario y conveniente en estos momentos como medio de encauzar nuestro corazón.

El hexagrama dice que es venturoso "Cruzar el Gran Río, atravesar las Grandes Aguas". Esto simboliza que se obtienen resultados concretos. Firmeza y rectitud al atravesar el Gran Río consiguen el beneficio deseado al dispersar los efectos del egoísmo separador y enseña cómo hacer para conducir a la reunión superando los efectos del “ego”. Para ello es necesario recurrir a las fuerzas espirituales.

Sólo cuando nos liberamos de los efectos del “ego”, y nos arraigamos en la justicia y la constancia, seremos capaces de lograr la reunificación disolviendo los efectos de la dureza del egoísmo al mismo tiempo.

2 pensamientos +:

Luis Cano Ruiz dijo...

Cuan difícil es a veces abandonarse a uno mismo para atender al otro, aunque ese abandono sea tan ínfimo como un abrazo fugaz.

Nunca dejo de aprender.

Nunca dejes de enseñar.

mikaela dijo...

Si quieres te enseño lo que me sé de la postura de zazen. El resto es territorio comanche, que diría "tu Reverte".
Un beso, Ladrón y gracias por dejar algo escrito cuando pasas por aquí, como también eres bloggero sabes lo agradable que es sentirse acompañado.

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