Ritual: sentido y cambios según el monje Roland Yuno Rech

 
(Lo hemos hablado tantas veces y nos ha desesperado otras tantas -y muchas más nos ha hecho reír y hacer chistes- eso de los cambios, eso de que 'ahora ya no es así lo que de toda la vida ha sido así y estábamos tan cómodos y por qué tiene que cambiar ahora que ya sabíamos hacerlo como dios manda' que, cuando lo encontré por ahí, "fisgando"  y lo leí despacito, pensé que a lo mejor podía servirle a alguien más que a mí sola)

La razón de ser de este teisho, es una conversación escuchada esta mañana después de la guen mai, por la que me he dado cuenta de que algunos de vosotros estáis molestos por los cambios que se han dado en nuestro ritual. A algunos, esto les va a producir dudas en su mente con respecto al sentido de su práctica y su participación. Lo que me ha parecido lo suficientemente importante como para hablar de ello inmediatamente.

Voy a hablar a varios niveles: por una parte de la importancia o la necesidad de las ceremonias, del recitado e incluso del estudio de los sutras. Y por otra parte -de forma más práctica- por qué desde hace cuatro o cinco años, veis periódicamente cambios en el ritual en la Gendronnière e incluso en las sanghas.

En primer lugar voy a tratar de aclarar la necesidad, si la hay o el sentido, si lo hay. Luego responderé a vuestras preguntas.

De la necesidad de las ceremonias

Para empezar por si las ceremonias son necesarias o si lo es el recitado de los sutras, quisiera decir que mi postura es exactamente la misma que la de Nyojo, contada por Dôgen en el Hokyoki, cuando, interrogado por Dôgen, Nyojo le dice:
“La esencia del zen es la práctica de zazen, cuerpo y mente totalmente despojados, shin jin datsu raku.”

Y Nyojo añade:
“No es necesario ofrecer incienso, rendir homenaje a Buda Shakyamuni, a los patriarcas, etc., o recitar el nembutsu (que estaba de moda en la época de Dôgen y Nyojo: ‘Namu Amida Butsu’ que se repetía como un mantra.) Tampoco es necesario hacer penitencia o arrepentirse, leer los sutras o recitarlos. Sólo sentarse en zazen con un sólo espíritu: shikantaza.

En la continuación del mondo, Dôgen pregunta:
 “Pero, ¿qué quiere decir shin jin datsu raku?”

Entonces Nyojo insiste diciendo: "shin jin datsu raku es zazen: cuando hacéis zazen con un solo espíritu, es decir totalmente concentrados, absorbidos en la práctica de zazen, sois liberados de los cinco deseos y elimináis los cinco obstáculos."

Es decir que estáis verdaderamente despiertos, liberados.>>>>>>>>
Ese es el sentido mismo de la enseñanza de Buda, de la enseñanza transmitida: liberarse de las causas del sufrimiento y así, ser capaz de despertarse a la realidad tal cual es. Esa es la esencia del zen transmitido de Nyojo a Dôgen, de Dôgen a todos los maestros de la transmisión hasta Kodo Sawaki, al maestro Deshimaru y a nosotros mismos. Creo que no tenemos ninguna duda al respecto. En cualquier caso, no yo.

Desde este punto de vista, podemos decir que, al ser zazen la esencia, podríamos contentarnos con hacer sólo zazen: no hay ninguna necesidad de hacer ceremonias, ni de estudiar, cantar o recitar los sutras.

Para continuar en esta dirección, voy a referirme a un célebre mondo entre un monje y el maestro Gensha.

El monje había preguntado a Gensha:
 “¿Los Tres Vehículos [el primero el Vehículo de los oyentes, los shravaka, los que despiertan a través del estudio de las Cuatro Nobles Verdades; el segundo el de los pratyeka bouddha, los despiertos solitarios, que generalmente despiertan por la comprensión de la vacuidad, a través de la comprensión de los Doce Innen, las Doce Causas Interdependientes; el tercer Vehículo el de los bodhisattva cuya práctica fundamental y fuente del despertar es la práctica de las paramita].. estos Tres Vehículos, pregunta el monje, y las Doce Clases de Escrituras, todo eso no es necesario? y, ¿qué pasa con el sentido de la venida de Bodhidharma del oeste?”

Gensha confirma: “Los Tres Vehículos y las Doce Clases de Escrituras no son necesarios.”

Dicho de otra forma, el estudio de los sutras y de todas las enseñanzas de Buda no son necesarios.

La última pregunta del monje se explica por el hecho de que, desde hace mucho tiempo, existe la opinión, en la escuela zen y, sobre todo en el zen Rinzai, de que la venida de Bodhidharma a China introdujo una significación del Dharma más profunda que los diferentes aspectos de la enseñanza de Buda representados por los Tres Vehículos y los Doce tipos de Escritura, que incluyen todos los sutras.

Se ha dicho lo mismo, de la transmisión de Buda a Mahakashyapa, fuera de las escrituras, con el célebre mondo silencioso en el que Buda hizo girar una flor entre sus dedos y Mahakashyapa sonrió.

En la transmisión del zen, este hecho es considerado como el origen de lo que llamamos la transmisión i shin den shin, transmisión directa más allá de las palabras, más allá de los sutras, de corazón a corazón, de mente a mente. Y la venida de Bodhidharma a China, alrededor de un milenio después de esa transmisión de Buda a Mahakashyapa, era la renovación de esa transmisión i shin den shin y confirmaba la superioridad de esa transmisión más allá de las escrituras, en silencio. En el caso de Bodhidharma por supuesto, la transmisión se hizo a través de la práctica silenciosa de zazen, cara a la pared, y Eka la recibió sencillamente prosternado en sanpai, como Mahakashyapa que había sonreído sencillamente al ver el gesto de hacer girar la flor.

Ceremonias no necesarias... pero útiles y complementarias
Está pues esa opinión de que si comprendemos el sentido de esa transmisión i shin den shin, todo el resto ya no es necesario. Incluso podríamos plantearnos si el zazen es necesario. Y Dôgen, que aborda esta cuestión, confirma el punto de vista de Gensha diciendo que, efectivamente, cuando la rueda del Dharma gira, es la rotación de lo que no es necesario. Pero, al mismo tiempo, en esa rotación de la rueda del Dharma, encontramos todas las enseñanzas de Buda. Y Dôgen insiste en el hecho de que “no necesario” no quiere decir que no lo podamos utilizar, no quiere decir que por ello debamos rechazarlo. Al contrario, podemos decir que, por no ser necesario, podemos utilizarlo libremente. La esencia misma del Dharma de Buda, es hacer realidad esa dimensión en la que nada es necesario, es decir, la dimensión mushotoku, la dimensión en la que no tenemos necesidad de añadir nada a la realidad tal cual se actualiza de instante en instante, sobre todo en la práctica de zazen.

No es porque no son necesarios por lo que no vamos a hacer rituales. Esta no-necesidad nos da la libertad de hacer sólo zazen y nada más. Pero esto no quiere decir que vayamos a estar haciendo zazen todo el día y nada más; no quiere decir que no sea útil o significativo expresar lo que ha sido realizado en la práctica de zazen, a través de las ceremonias, como a través de todos los gestos de la vida cotidiana, el gyoji, y de encontrar la expresión de lo que ha sido realizado en zazen en los sutras y en todas las enseñanzas de las Doce Escrituras. Dicho de otra forma, las ceremonias, los sutras, son formas de expresión de lo que está contenido, implicado, en la práctica de zazen, en la realización de zazen. Es Dotoku, la expresión de la Vía. Realizar es una cosa, expresar otra. Y las dos son, no diría que necesarias, pero sí complementarias.

Precisamente, en el Dotoku del Shobogenzo, Dôgen dice: “Cuando la Vía es realización, se expresa espontáneamente."

Y puede expresarse evidentemente, no sólo en las ceremonias sino en todas las formas de actuar en la vida cotidiana. En ese caso, ¿qué sentido tienen las ceremonias?

Yo creo que las ceremonias no son necesarias sino útiles, desde el momento en el que hay una comunidad de practicantes de la Vía que se reúne. Ayudan a que se armonice la comunidad: nos juntamos periódicamente para cantar, recitar los sutras. A través de este recitado, aprendemos a cantar no sólo con la boca sino también con los oídos; a escuchar, a armonizarse con los otros. Además, el sentido de todo lo que cantamos está completamente ligado a la práctica de zazen: el Hannya Shingyo, el Sandokai, son la expresión de la esencia misma de la experiencia de zazen. No volveré sobre esto: hay muchos kusen de sesshin que se han hecho para explicarlo.

En ese caso, los rituales pueden ser útiles. Pero pueden ser causa de confusión si ocupan demasiado espacio, toman demasiada importancia en el gyoji; o si llegan a reemplazar prácticamente a zazen como ocurre en ciertos templos japoneses. Se reduce considerablemente la duración de zazen para tener más tiempo para los rituales, o por ejemplo, se hacen ceremonias para los laicos que dan fuse para ello, y se reserva la práctica de zazen para los monjes. Es este tipo de desviaciones lo que puede adulterar a la vez, el sentido de las ceremonias y el sentido de lo esencial del zen.

¿Cuál es pues el sentido de las ceremonias? Y sobre todo de que recitemos muchas cosas durante una ceremonia. Precisamente al frecuentar a los maestros japoneses, al hacer sesshin en Japón o al hacer el ango aquí, comprendemos cada vez mejor el sentido del ritual, que nos lleva a hacer periódicamente pequeños cambios para tratar de ser más precisos en lo que hacemos.

Hay que decir también, para comprender mejor el contexto, que el maestro Deshimaru, cuando vino a Europa en 1967, sólo hacía un año que había sido ordenado monje. Tenía una larga práctica de zazen pero como laico; hacía sesshines con el maestro Kodo Sawaki pero no tenía una gran experiencia de la vida en los templos. Así es que creó… Además, no tenía la intención de introducir un zen ritualizado porque pensaba que no estaba adaptado a la mentalidad europea –yo creo que tenía razón, así es que empezó de forma muy sencilla; al principio recitaba el Hannya Shingyo, después añadió los Cuatro Votos del Bodhisattva, etc. al final, en el momento en el que murió, cantábamos esencialmente tres veces el Hannya Shingyo, seguido de los Cuatro Votos del Bodhisattva, el Eko y el Ji Ho San Shi.


Se introdujo un primer cambio después de su muerte, nos decíamos: "no estamos obligados a cantar todo el tiempo tres veces el Hannya Shingyo; podemos cantar otros sutras, que son significativos en nuestra tradición. Y añadimos el Sandokai, y alternativamente el Hokyozanmai, igual que el Daishin Darani. Después, en lugar de cantar un Eko relativamente abreviado en el que resumimos el linaje, añadimos el cantar todo el linaje de Buda Shakyamuni hasta el maestro Keizan, luego Kodo Sawaki, maestro Deshimaru y, en mi sangha, Niwa Renpo Zenji.

Ese fue el primer cambio, el objetivo no fue alargar las ceremonias sino variar un poco en lugar de cantar siempre lo mismo. Y durante mucho tiempo, en las sesshin, cantábamos además del Hannya Shingyo, unas veces el Sandokai, otras veces el Hokyozanmai, otras el Daishin Darani. Incluso empezamos a cantar el Kannon gyo, siempre alternando. Y alternativamente también, los Patriarcas.

Otro aspecto surge de que cada uno de esos sutra está dedicado a seres particulares. Esa es la ocasión de profundizar un poco más el sentido del ritual.

Los rituales en el zen no están para obtener méritos y no son necesarios. Los hacemos con un espíritu verdaderamente mushotoku, no esperamos obtener nada cuando los hacemos, pero expresamos al menos tres cosas, a veces más. Lo primero que expresamos a través del Hannya Shingyo, es la dimensión profunda del despertar de zazen, la sabiduría. El sutra del Hannya Shingyo es la expresión de la sabiduría y por tanto de la compasión tal cual se manifiesta cuando practicamos profundamente zazen.

En las ceremonias, también expresamos otro sentimiento importante que es la gratitud, el agradecimiento, el reconocimiento a Buda por haber abierto la Vía de la práctica, que seguimos haciendo zazen. En los templos de Japón, en los que a la mañana se cantan una sucesión de sutras, hay un eko después de cada sutra, porque cada sutra está destinado a expresar la gratitud u otro sentimiento ante ciertas personas.

El Hannya Shingyo está destinado a Buda y a los fundadores. Esta mañana nos planteábamos quiénes eran los grandes, los cuatro benefactores. Como muestran los eko abreviados, estos bienhechores son: Buda, Bodhidharma, Dôgen y Keizan. Estos son los cuatro grandes fundadores en los que pensamos, a los que expresamos nuestra gratitud al cantar el Hannya Shingyo.

Seguidamente expresamos nuestra gratitud a todo el linaje de los Patriarcas, y cantamos para ello tanto el Hokyozanmai como el Sandokai. Nosotros, generalmente acabamos ahí. ¡Para algunos esto ya es demasiado! Así es que, no vamos a añadir más.

Pero en Japón, tradicionalmente, se canta un tercer sutra que está destinado a los padres, a los familiares y a los ancestros. Expresa una vez más la gratitud a los padres, la familia, los ancestros. Si nuestros ancestros no hubieran vivido y no nos hubieran transmitido la vida, no estaríamos aquí practicando la Vía. Así pues, naturalmente, después de zazen, agradecemos a nuestros padres el habernos permitido, al darnos la vida, practicar la Vía.

Hay también una cuarta categoría de personas a las que se les dedica un sutra, por ejemplo el Dai Shin Dharani, los enfermos, a veces bajo forma de kito, y también a los muertos. En ese caso, ante las enfermedades o las muertes no es la gratitud sino la compasión lo que se expresa.

Así, en la ceremonia, se expresan tres grandes sentimientos o valores espirituales: la actualización de la sabiduría, la compasión y la gratitud.

Pero, ¿por qué cambian las ceremonias? Sencillamente porque comprendemos mejor su significado. Y no, en lo que a mí respecta, porque haya que meter cada vez más y alargarlas. Pero creo que hay que hacerlo de la manera más justa posible y perfeccionar el sentido y la coherencia de lo que hacemos con respecto al sentido que tiene.

Para la gente que se ofusca porque esto cambia a menudo e incluso siempre, quisiera insistir en que la Vía de Buda es la Vía de mujo, la impermanencia. Es la Vía que nos enseña a armonizarnos con la impermanencia, a hacer realidad un espíritu ligero, bondadoso, que no se esclerotiza, que no se cristaliza en adquisiciones o en cosas que creemos dominadas, y en las que queremos apoyarnos definitivamente.

Evidentemente, resulta molesto cuando nos decimos “creía conocer bien como se hace la campanita; pero hay un cambio y hay que volver a aprender de nuevo.” Sé que eso cansa, que incluso altera. No hay tampoco que exagerar en ese sentido. Pero, al menos hay que comprender que aceptar que hay cambios, forma también parte de la práctica y del despertar.

¿Qué hacer en nuestros dojos?
Abordamos ahora las cuestiones más concretas: venís a la Gendronnière y esperáis marchar teniendo claras las bases de lo que vais a practicar en los dojos. Es normal: esto es como el dojo madre, donde venimos a formarnos, a informarnos.

Cada godo, cada sangha tiene su forma de ver las cosas, pero por mi parte, yo creo que la práctica en la Gendronnière, se acerca cada vez más a una práctica de templo. Es el lugar en el que podemos conocer y experimentar la forma en la que se practica el ritual en un templo. Pero en los dojos que están en la ciudad, por la mañana, no tenemos mucho tiempo para el zazen, no podemos permitirnos añadir muchos rituales. No es necesario. Además, la mayor parte de la gente que viene al zen, vienen porque están decepcionados con su religión de origen que, generalmente, encuentran muy ritualista, como por ejemplo el catolicismo. Venimos al zen porque nos parece que es más desnudo, es lo esencial, sólo sentarse, sólo meditar. No venimos aquí para pasar un montón de tiempo haciendo rituales, aunque yo crea que hacer un mínimo está bien.

Si creéis que por la mañana, es más importante hacer un zazen largo, tocar la campana e iros, o hacer un sanpai e iros, es posible. No hay ninguna obligación de hacer un ritual. De igual modo, si tenéis un grupo nuevo, con muchos principiantes que no queréis aburrir con las ceremonias: al final de zazen, un toque de campana y se acabó. Es suficiente, no hay necesidad de más. De manera general, para los dojos bien establecidos, con una sangha donde hay monjes y monjas, podemos cantar, como hacemos en el dojo de Niza o en sesshin el fin de semana, el Sutra del kesa, el Hannya Shingyo, luego alternativamente el Sandokai, el Hokyozanmai, los Patriarcas, seguido del Eko, que corresponde a lo que se ha cantado, y por el Ji Ho San Shi. Si tenemos prisa, podemos hacer como en la época del maestro Deshimaru en el dojo de París donde sólo cantábamos el Hannya Shingyo, los Cuatro Votos, el Shigu Sei, el Eko y el Ji Ho San Shi.

Más todavía, si tenemos verdaderamente prisa, ¡podemos no hacer nada! No hay problema. Es la base. Si comprendéis que no hay ninguna necesidad, podréis practicar libremente y considerar las ceremonias como un medio, entre otros de expresar la realización de zazen, es decir la gratitud, la compasión, la sabiduría, la capacidad de estar atento y de armonizarse con los otros. Todo esto se expresa sobre todo en el samu, en los actos de la vida cotidiana, la comida juntos, el respeto que debemos a los otros en la vida cotidiana, en los lugares públicos, los lavabos, el bar, las habitaciones, etc. De hecho, el universo entero es un lugar en el que podemos expresar la realización de la Vía: no está limitado a un pequeño ritual en un dojo, un espacio restringido y separado del resto del mundo.

Ocurre lo mismo con los sutras. Hemos hablado de Las Doce Clases de Escrituras: los sutras no se limitan a las escrituras y las palabras de Buda. De hecho, todos los fenómenos son sutras. Las hierbas, los árboles, el lago, el sol, la luna, las estrellas, los fenómenos de la vida cotidiana, la comida, el trabajo: todo eso son sutras. Son la actualización de la última verdad. Y, si a través de la práctica de zazen, nos abrimos a la intuición de esta realidad, la encontramos en todo lugar. Y “en todo lugar” se hace sutra y la ocasión de expresar el despertar de zazen, más allá de los rituales formalizados que se llevan a cabo en un dojo. Esto es lo que quería deciros.

PREGUNTAS
Como es un aspecto algo « sensible », si hay una, dos o tres preguntas, quiero contestar, si es rápido…

P1: Lo que me incomoda en las ceremonias, es la cuestión de la lengua.
R: Efectivamente, se nos reprocha frecuentemente el cantar en chino, en japonés. Es comprensible. Pero hay dos razones por las que mantenemos los cantos en chino o en japonés.

La primera es que nuestra sangha es internacional. Aquí hay ingleses, alemanes, italianos, flamencos, españoles… si cantáramos en francés, habría personas que no podrían cantar con nosotros, no conocen la lengua. Podemos decir que el chino antiguo es un poco nuestro latín, la lengua universal, pero no excluyo en absoluto que en los dojos, tratéis de recitar los sutras en vuestra lengua. El problema es encontrar la musicalidad, el ritmo. Hay gente que trabaja en esto, no es tan evidente, pero puede hacerse. Hay una idea interesante que yo he aplicado ya: en lugar de cantar dos sutras no cantar más que uno pero leer su traducción antes de cantar. Os recuerdo que las traducciones de todo lo que cantamos están disponibles.

Además, en el momento en el que cantamos no tenemos tiempo de reflexionar, no es hora de reflexionar sino de expresar. En ese momento es más importante estar en armonía con los otros, cantar con el hara, estar en la espiración, y para ello, las sílabas, los monosílabos de los sutras, kan/ ji/ zai… por ejemplo en el Hannya Shingyo se prestan bien a acompasar y a cantar con el hara, mucho mejor que la lengua francesa o la inglesa.

Estas son las razones por las que continuamos cantando en chino.

P2 : Hace un momento has dicho que el maestro Deshimaru no quería introducir las ceremonias, muchas ceremonias, porque tenía miedo que hubiera un zen de dualidad.
R: Sí, en todo caso un zen en el que nos apeguemos a las ceremonias hasta tal punto que les demos tanta importancia, sino más, que a zazen. Ese es el zen ritualizado.
- ¿Por qué ahora no hay ese miedo, ese miedo de apegarse a las formas?
- Ese miedo es útil: el miedo no es una emoción negativa, el miedo es una emoción que nos puede prevenir el peligro. Está bien tener miedo, tener miedo de equivocarse, tener miedo de caer en formas de perversión, eso nos mantiene la mente alerta.

Teisho de Yuno Rech en la Gendronière, el miércoles 27 de agosto de 2008

(extraído de http://www.abzen.eu/es)
 

2 pensamientos +:

Muiso dijo...

Muy, muy esclarecedor y práctico.

Gracias.

Jurozu dijo...

...Vida intensa la de Dokuso Villalba, Ejemplo de Buscador en la más sencilla y sincera definición, el desarrollo de la observancia y el encuentro interior.

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