respirar


Necesitar, necesitar, lo que se dice necesitar, necesito respirar y algunas cositas más que todas salen del respirar.

Respirando puedo hacer de:

Lavandera de mi corazón
Cocinera de boberías hasta conseguir una buena sopa calentita
Jardinera manostijeras de todo lo que me sobra
Costurera de mi vida cuando se descoloca
Directora de mi orquesta cuando me reta desafinando
Hada con varita de acebo soltando estrellas a los cuatro vientos
Tejedora de mantas con lanas de colores para los inviernos fríos
Matamoscas de septiembre (las más pegajosas)
Y atrapasueños en diciembre..........

Por eso me voy al dojo de vez en cuando y me pongo a respirar a gusto y con toda la tripa y de todas esas respiraciones sale un color como de azul y oro y un olor a jabón y un aire como de alegría.


Por el módico esfuerzo de sostener el silencio con el cuerpo por un ratito corto.

Kinhin


 
Cuando comencé a practicar zazen me llamaba la atención lo fácil que me resultaba quedarme quieta en silencio y lo poco que me gustaba el intermedio de kinhin. Me dolían las caderas, se me rebelaba el equilibrio en cada paso y, si por mí hubiera sido, habría caminado un poquito más deprisa de lo que me decían que tenía que hacerlo. Tal vez porque mi mente corre tanto que ni mis manos ni mis pies llegan a poder posarla. Habría preferido que fuera sin prisa pero sin pausa porque lo que me sacaba de quicio era precisamente la pausa, a mi modo de ver eterna, entre paso y paso diminuto.

Kinhin es el patito feo del zen y sin embargo es la piedra de toque, después de todo, en lo que se refiere a nuestra acción en el mundo. Es la parte de zazen que entrena en el ir de la contemplación a la acción cuando el dojo se cierra  a mis espaldas.

Uno piensa que zazen es “nada más” que lo que hemos escuchado mil veces repetido pero es cierto que también es la “reproducción” fiel y exacta de la Creación en su viaje de ida y vuelta y vuelta a comenzar: Nada-acto-nada. Silencio-sonido-silencio. Vacío-forma-vacío. Por descontado que esto que digo no es lo que Es pero no se me ocurre cómo decirlo para que las palabras se ajusten a la realidad y como a buen entendedor pocas palabras le bastan...

Kinhin es como si fuera el acto, sonido y forma entre sentarse y sentarse. Es ahí donde vemos cómo ponemos en pie y en marcha el zazen de todos los días: algunas veces posamos el pie como pidiendo perdón y permiso, otras arrasamos como elefante en una cacharrería, otras más no se sabe si parece que avanzamos o nos queremos quedar, temblando de miedo...

Sea como sea, que para cada cual es de una manera y de cada vez es distinto, la próxima vez que la campanita haga “dinnnngggg” y toque kinhin, mira a ver si corres o caminas, si tus pasos suenan como el cristal o como la tormenta o sólo hacen ruido o ni se notan o empujas al de delante o frenas al de detrás.....



¿Cuál es tu oficio?


En serio...........

La oposición existente entre los antiguos oficios y la industria moderna constituye en definitiva un nuevo caso particular, una especie de aplicación de la oposición de los dos puntos de vista, el cualitativo y el cuantitativo, predominantes respectivamente en aquéllos y en ésta.

Para darse cumplida cuenta de ello, conviene apuntar, en primer lugar, que la distinción entre las artes y los oficios, o bien entre el "artista" y el "artesano", es en sí una aportación específicamente moderna, como si hubiera nacido de la desviación y de la degeneración que han terminado por sustituir por doquier la concepción tradicional por la profana.

Para los antiguos, el artifex es el hombre que ejerce un arte o un oficio indistintamente, pero, en realidad, no es ni el artista ni el artesano en el sentido que estas palabras han cobrado hoy en día (tanto más cuanto que el término contemporáneo); es algo más que uno y otro porque, al menos originariamente, su actividad está unida a unos principios de orden mucho más profundo.

Si los oficios incluían entonces a las artes propiamente dichas que no presentaban ningún rasgo distinto importante respecto a ellos, es porque su naturaleza era verdaderamente cualitativa, ya que nadie se atrevería a negarle al arte una naturaleza que tiene por definición; el problema es que, precisamente debido a ello, los modernos, desde la abreviada concepción que se hacen del arte, lo relegan a una especie de ámbito cerrado que no tiene ya la menor relación con el resto de la actividad humana, es decir, con toda lo que ellos consideran constitutivo de lo "real', en el muy grosero sentido que suelen dar a dicho término; llegan incluso hasta a calificar tal arte, despojándolo de todo alcance práctico, como "actividad de lujo", expresión verdaderamente característica e lo que, sin ninguna exageración, podría llamarse la "estupidez" de nuestra época.



Como lo hemos reiterado, en toda civilización tradicional, cualquier actividad humana, sea ésta cual fuere, se considera como derivada esencialmente de los principios vigentes; esto, que es cierto fundamentalmente para las ciencias, extiende igualmente su validez al ámbito de las artes y de los oficios, dándose por añadidura una estrecha conexión entre éstos y aquéllas, ya que, según la fórmula que los constructores de la Edad Media elevaron a la categoría de axioma fundamental, ars sine scientia nibil, aludiéndose con ello, como es natural, a la ciencia tradicional y no a la profana, cuya aplicación no puede originar más que la industria moderna.

 Este vínculo con los principios provoca una especie de "transformación" en la actividad humana y, en lugar de quedar reducida a lo que es como simple manifestación externa (lo que en definitiva constituye el punto de vista profano), pasa a integrarse en la tradición, constituyendo así, para aquel que la realiza, un medio de participación efectiva en ella, lo que significa que reviste un carácter estrictamente "sagrado" y "ritual". Esta es la razón por la que ha podido afirmarse que, en una civilización como ésta, "cada ocupación es un sacerdocio";



para evitar dar a este último término una extensión tal vez un poco inadecuada, por no decir excesiva, tal vez sería mejor decir que en ella misma se encuentra el carácter que, al establecerse la distinción entre "sagrado" y "profano", inexistente en un principio, sólo ha perdurado en las funciones sacerdotales.

Para apreciar convenientemente este carácter "sagrado" de toda actividad la actividad humana, incluso desde el simple enfoque exterior o exotérico, bastaría con considerar, por ejemplo, una civilización como la islámica o la cristiana durante la Edad Media, en las que incluso los actos más ordinarios de la existencia tenían siempre un algo "religioso". Ello se debe al hecho de que, en estos casos, la religión no es una cosa restringida y considerablemente limitada que ocupa un lugar aparte y que carece de influencia sobre el resto de los órdenes como es en la actualidad para los occidentales (o al menos para aquellos que todavía consienten en admitir una religión); por el contrario, en las referidas civilizaciones, la religión penetraba en toda la existencia del ser humano, o mejor dicho, todo cuanto constituye dicha existencia y particularmente la vida social se encontraba englobado en su ámbito de forma tal que, en realidad, no podía existir nada "profano" salvo para aquellos que, por una razón u otra, permaneciesen apartados de la tradición y cuyo caso no reflejaba entonces más que una situación anómala.

Por otra parte, allí donde la palabra "religión" no puede ya aplicarse estrictamente a la forma de civilización que se considere, existe empero una legislación tradicional y "sagrada" que, a pesar de tener diversas características, cumple exactamente el mismo papel; por tanto, estas consideraciones pueden aplicarse sin excepción a cualquier civilización tradicional.

Hay algo más: si del exoterismo pasamos al esoterismo (empleamos estas palabras simplemente por comodidad a pesar de que no convengan con el mismo rigor en todos los casos), podemos reparar, en líneas generales, en la existencia de una iniciación vinculada con los oficios y que toma a éstos como base o "soporte"; por tanto, es preciso que estos oficios sean una vez más susceptibles de adoptar una significación superior y más profunda para poder proporcionar efectivamente una vía de acceso al ámbito iniciático, siendo obviamente su carácter esencialmente cualitativo el que lo permite.

Tal vez sea la noción conocida en la doctrina hindú con el nombre de swadharma la que mejor nos aclare cuanto antecede; efectivamente, se trata de una noción completamente cualitativa puesto que se refiere a la realización, por parte de cada ser, de una actividad acorde con su esencia o con su naturaleza propia, estrechamente vinculada pues con el "orden" (rita) en la acepción explicada anteriormente; también es esta noción, o mejor dicho su ausencia, la que marca claramente el error en el que caen tanto la concepción profana como la moderna. En efecto, en ésta, un hombre puede adoptar cualquier profesión e incluso puede cambiarla a su capricho, como si esta profesión fuese algo completamente exterior a él, sin un vínculo real con lo que verdaderamente es, con cuanto le hace ser él mismo y no otro.

Por el contrario, en la concepción tradicional, cada uno debe cumplir la función a la que le destina su propia naturaleza, con las aptitudes determinadas que implica esencialmente; no puede desempeñar otra sin que ello suponga un grave desorden que habrá de repercutir sobre toda la organización social a la que pertenece; perturbar el propio medio cósmico, dado que todas las cosas están vinculadas entre sí por una serie de rigurosas correspondencias. Resumiremos pues cuanto acabamos de decir sin insistir más por el momento sobre este último punto que todavía podría aplicarse con mayor amplitud a las condiciones de la época actual: en la concepción tradicional son las cualidades esenciales de los seres las que determinan su actividad, en cambio, la concepción profana prescinde de dichas cualidades por no considerar a los individuos más que como "unidades" intercambiables y puramente numéricas.

Lógicamente, esta última concepción no puede desembocar más que en el ejercicio de una actividad meramente "mecánica" en la que ya no subsiste nada verdaderamente humano y efectivamente esto mismo es lo que podemos observar en la actualidad; es evidente que los oficios "mecánicos" cultivados por los modernos, constitutivos de la industria propiamente dicha y mero producto de la desviación profana, en modo alguno podrían ofrecer alguna posibilidad de orden de orden iniciático y asimismo, que ni siquiera pueden aspirar a ser algo diferente de los meros obstáculos que dificultan el desarrollo de cualquier tipo de espiritualidad; a decir verdad, ni siquiera pueden ser considerados como verdaderos oficios si es que quiere conservarse en la palabra el valor que le confiere su sentido tradicional.

Si el oficio es algo que pertenece al hombre en sí, representando en cierto modo una manifestación o expansión de su propia naturaleza, nos resultará fácil comprender hasta qué punto puede servir de base a una iniciación e incluso el hecho de que, en la mayor parte de los casos, sea lo que mejor se adapta a este fin. En efecto, si la iniciación se propone esencialmente superar las posibilidades del individuo humano, no menos cierto es que no puede parir más que de este individuo tal y como es, aunque, naturalmente, lo considere por, digamos, su lado superior, es decir, apoyándose en l más cualitativo de su naturaleza; de aquí se deducen la diversidad de vías iniciáticas, es decir, es definitiva, la multiplicidad de los medios puestos en funcionamiento en concepto de "soportes", según la diferencia existente entre las diversas naturalezas individuales, si bien esta diferencia habrá de intervenir posteriormente tanto menos cuanto que el ser en cuestión avance más por su camino aproximándose así a una meta idéntica para todos.

Tales medios no pueden ser eficaces más que si verdaderamente corresponden a la propia naturaleza de los seres a los que se aplican y, al tener que progresar de lo más a lo menos accesible, desde el exterior hasta el interior, parece normal adoptarlos en la actividad por la que esta naturaleza se manifiesta hacia afuera. No obstante, es evidente que esta actividad sólo puede desempeñar tal papel en la medida en que efectivamente traduce la naturaleza interior; hay, pues, aquí una verdadera cuestión de "cualificación", en el sentido iniciático de dicho término, cuando en condiciones normales esta "cualificación" debería ser exigida antes del propio ejercicio del oficio. Al mismo tiempo, esta cuestión roza la diferencia fundamental que separa a la enseñanza iniciática, e incluso a toda la enseñanza tradicional, de la enseñanza profana: cuanto se aprende sencillamente del exterior carece aquí de todo valor y ello sea cual fuere la cantidad de nociones que hayan sido acumuladas de esta forma (pues también en esto el carácter cuantitativo aparece con toda claridad en el "saber" profano); se trata de "despertar" las posibilidades latentes que el ser lleva en sí (y esta es en definitiva la auténtica significación de la "reminiscencia" platónica).

Estas últimas consideraciones también nos pueden servir para comprender en qué forma la iniciación, tomando el oficio como "soporte", tendrá simultánea e inversamente una cierta repercusión sobre el ejercicio de dicho oficio. En efecto, sólo después de haber realizado plenamente el ser las posibilidades de las que su actividad sólo constituye una expresión exterior y de poseer así el conocimiento efectivo de lo que constituye el principio mismo de esta actividad, podrá cumplir conscientemente lo que no era antes sino una consecuencia completamente "instintiva" de su naturaleza; así, pues, si el conocimiento iniciático es para él algo nacido de su oficio, éste, a su vez, pasará a ser el campo de aplicación de este conocimiento del que no podrá verse separado. Habrá entonces perfecta correspondencia entre el interior y el exterior de manera que la obra producida podrá ser, no ya solamente la expresión de aquel que la haya concebido y ejecutado en un grado cualquiera u en una forma más o menos superficial, sino su expresión verdaderamente idónea, es decir, la "obra maestra" en el genuino sentido de la palabra.

Así puede apreciarse fácilmente hasta qué punto el verdadero oficio dista de la industria moderna, llegando a constituir, como quien dice, conceptos contrarios, y cuán desgraciadamente cierto es el hecho de que, en el "reino de la cantidad", el oficio haya pasado a ser una "reliquia del pasado", como lo afirman los satisfechos partidarios del "progreso". En el trabajo industrial el obrero no puede poner nada de sí mismo e incluso sería disuadido si tuviese la más pequeña veleidad de hacerlo; mas, por otra parte, es imposible puesto que toda su actividad no consiste más que en accionar una máquina, y además la "formación", o más bien la deformación, profesional que ha recibido le hace completamente incapaz de toda iniciativa; en efecto, tal "formación" constituye hasta cierto punto la antítesis del antiguo aprendizaje pues su objeto es enseñarle a ejecutar ciertos movimientos "mecánicamente" y siempre de la misma forma, sin tener por qué comprender su objeto ni por qué preocuparse del resultado ya que es la máquina y no él la encargada de fabricar el objeto; como servidor de la máquina el propio hombre debe convertirse en máquina, dejando su trabajo de ser verdaderamente humano por no implicar ya la puesta en funcionamiento de ninguna de las cualidades estrictamente constitutivas de la naturaleza humana.

Todo esto desemboca en lo que la jerga al uso llama la fabricación "en serie" y cuyo objeto no es otro que el de producir la mayor cantidad posible de objetos idénticos entre sí y destinados a ser usados por unos hombres que asimismo se suponen idénticos; he aquí de nuevo el triunfo de la cantidad que, como decíamos antes, resulta por ello mismo ser también el triunfo de la uniformidad. A estos hombres reducidos a la calidad de simples "unidades" numéricas se les pretende instalar, no diremos que en casa, pues la palabra sería de todo punto inadecuada, sino en una serie de "colmenas" de apartamentos trazados por un mismo patrón y amueblados con esos objetos anteriormente fabricados "en serie" cuyo objeto aparente es eliminar del medio en el que han de vivir toda la diferencia cualitativa.

Basta con examinar los proyectos de ciertos arquitectos contemporáneos (que califican ellos mismos a estas viviendas como "máquinas de habitar") para darse cuenta de que no exageramos en absoluto: en todo este proceso, ¿qué ha sido del arte y de la ciencia tradicional de los antiguos constructores y de las reglas rituales que rigen el establecimiento de las ciudades y la construcción de edificios en las civilizaciones normales?

Sería inútil insistir en ello porque haría falta ser ciego para no parar mientes en el abismo que separa a éstas de la civilización moderna y, ciertamente, todo el mundo estará de acuerdo en reconocer la magnitud de la diferencia.

El caso es que la inmensa mayoría de nuestros contemporáneos celebra, como si de un "progreso" se tratase, aquello mismo que para nosotros constituye por el contrario una profunda muestra de decadencia, pues éste no es más que uno de los efectos del continuamente acelerado movimiento de caída que arrastra a la humanidad moderna hacia esos "bajos fondos" donde reina la cantidad pura.


Pensar jugando


El atleta mental sabe que el humor aligera el espíritu y refresca la mente.

Acostúmbrate a representar el papel del bufón.


Primer consejo: Periódicamente, mira las cosas de abajo arriba. Levántate, date la vuelta, dóblate por la cintura y mira entre tus piernas. No sólo obtendrás una perspectiva nueva sobre las cosas, sino que lograrás que afluya una saludable dosis de sangre a tu cerebro.


Segundo consejo: Trata de encontrar ideas raras, inusitadas, chocantes, globales, absurdas, profundas y divertidas. Conserva almacenadas esas ideas en tu mente y acude a ellas cuando las necesites.


Tercer consejo: Si te sientes sometido una presión excesiva, si te estás tomando las cosas con excesiva seriedad o si tu pensamiento ha caído en la rutina, haz una pausa.


"Hay cosas que son tan serias
que no queda más remedio
que reírse de ellas" Neils Bohr, físico.



Y ahora... una serie de buenos ejercicios mentales.

*Resolver un crucigrama o un sudoku
*Preparar un examen
*Aprender de memoria un texto difícil, una poesía, una canción
*Cocinar una receta inventada solo con lo que tengas en casa
*Visualizar la cara de un amigo el día que lo conociste
*Recordar la última vez que tomé un helado
*Cantar el himno nacional al revés
*Continuar la secuencia 2,4,8,16... hasta donde me sea posible
*Aprender un idioma
*Decir una mentira convincente
*Explicar cómo funciona una tostadora de pan
*Dibujar un paisaje realista. El mismo pero en abstracto
*Cambiar un mal humor en un buen humor!
*Recordar una conversación importante sostenida el mes pasado... con todas las palabras que todos    dijeron
*Pintar con los dedos y mezclar colores
*Reorganizar el dormitorio o el cuarto de estar o la entrada de casa
*Defender una opinión sin necesitar que los demás cambien la suya
*Diseñar una nueva forma de...
*Explicar a un niño por qué el cielo es azul y no se nos cae encima... o a un adulto
*Negociar un contrato
*Echarse un farol jugando al mus
*Investigar la verdad sobre la crisis
*Inventar una nueva explicación sobre el funcionamiento del Universo...

...tan solo por jugar

esto ya fue publicado hace mucho tiempo, al principio del musgo. Si ya lo leíste...... repite :)

el Hannya de José Hierro


El día que  el Comando Dharma publicó un hannya shingyo "punky", por aquí estábamos (cosas de las sincronicidades) recuperando y relamiéndonos con esta preciosidad de trabalenguas:

"Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».

Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.

(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada

si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada"

José Hierro la tituló"Vida" y la dedicó a su nieta, dice Unsui en un comentario a una entrada de por aquí.

Total y en definitiva que...

la Forma es Vacío y el Vacío es Forma.


buda doodles


Hoy mi amiga la vida (que a veces hasta sabe portarse bien) me ha regalado un día completamente ocioso para variar y sin que sirva de precedente (me aclara con cara de "no te vayas  acostumbrar").

Mire la agenda por donde la mire: por arriba y por abajo, del derecho y del revés.......

No tengo nada que hacer!

Así que uno de los muchos gustos que me he permitido (aparte de ducharme despacio como un caracol a remojo, leer sobre lo divino y lo humano, hacer puré de restos y sobras que ya se me estaban acumulando y pimientos rellenados con un invento particular, ganchillo, dibujar, limpiar y hermosear mi casa  y dejar para mañana lo que podría hacer hoy pero no me da la real gana) ha sido trastear por la red y ésta es una de las cosas que he encontrado

http://buddhadoodles.tumblr.com/



............ y hay muchísimas más viñetas listas para sentir por dentro algo parecido a:


 

Las lágrimas del Dragón


Mejor sin paraguas y que nos empapen....................


Al musgo le gustan las estrellas y en esto somos hermanos de los astrónomos.

Y al musgo le vienen bien las lluvias de estrellas porque en su contemplación se le queda cara de puro asombro y agradecimiento. Con la boca bien abierta


porque a la gente del musgo le encanta quedarse abobada con este tipo de cosas.

Por ello (y por si no lo dice el telediario) os recordamos que hoy mismo (7 de octubre)  y también mañana (8 de octubre)  va a pasar una cosa maravillosa:

los polvorientos restos del cometa Giacobibi-Zinner desmelenarán, propicios, la cabeza del Dragón llorón.

(Dice el rapto de Psique y anuncia el Calendario de Lluvia de Estrellas)

Lo cual quiere decir que a la voz de "ya!", porque hasta las estrellas están de nuestro lado, dejaremos de comportarnos como llorones y entonces:

sin miedo, pereza ni vergüenza.........................

.............................

Nuestros son los puntos suspensivos.

Rafu, septiembre 2013



"¿Por qué estoy aquí?

Puedo dar muchas razones pero al final, en lo más profundo de mí mismo, no lo sé.

“Proteged el suelo en el que ponéis vuestro cuerpo” dice Dôgen.


Creo que esta frase tiene dos sentidos interdependientes. Cuidad el lugar en el que os sentáis, pero también cuidad vuestro cuerpo, ese cuerpo en tanto que sede del diamante, el cuerpo como cuerpo del buda, como memoria viva de todos los budas y patriarcas de los tiempos pasados.

Los científicos van al Polo Norte para coger en las profundidad del hielo el agua que guarda la memoria de los fenómenos climatológicos, de los fenómenos vivos de los tiempos pasados. De igual manera, al sentarnos en el asiento del díamante, prestad atención a este cuerpo sin dejar que entre el rocío ni la lluvia, ni el viento ni el humo.

En lo más hondo de este cuerpo y de esta mente, manifestad la memoria antigua de los budas y patriarcas."

Por favor _/\_


Rafu (el autor de este texto que me llega por e-mail) será como sea que no tengo ni la menor idea de si es bueno, malo o regular. Que dicen unos y dicen otros y que todo depende del mapa de cada cual como bien dice Humor Zen. Y como para muestra sirve un botón, por ahí rebuscando, encontré en un foro esta opinión:

"... Y ahora, una vez profundizado en estos temas, se me revela de manera
natural y sin puntos oscuros la importancia de mantener una correcta
postura para tener una mente en equilibrio. Ahora podría dar una
conferencia de siete horas consecutivas (tipo Fidel Castro, vamos)
sobre la importancia de la posición de la columna en la práctica de
la meditación.

Y a pesar de ello, no puedo añadir ni un ápice de valor a la
enseñanza que recibí en mi primera Sesshin, cuando el Godo se levantó
de su zazén para corregirme la postura; me estiró la nuca presionando
mi barbilla hacia atrás, mientras con la otra mano me empujaba en la
zona lumbar. Me crujieron 45 vértebras (y eso que solo hay 24...).

Gracias Raphael Triet, 'Rafu'. No comparto tu método de enseñanza, no
comparto la manera en como se hacen las cosas en la Azi, advierto a
todo el que puedo sobre el peligro de asistir a tus clases, sin
embargo te debo agradecer la mejor enseñanza que he recibido en vivo
y en directo de un Maestro, la enseñanza de la postura."

........que me parece que al final y después de todo, de crítica tiene poco ya que lo que importa es que algún alguien (no importa quién) nos muestre la postura del despertar más allá del resto de asuntos personales. Porque de ella se deriva todo lo demás, tan grande y dulce.

El Filandón



"El filandón es una reunión que se realiza por las noches una vez terminada la cena, en la que se cuentan en voz alta cuentos al tiempo que se trabaja en alguna labor manual (generalmente textil). Tal reunión se solía hacer alrededor del hogar, con los participantes sentados en escaños o bancadas" (me aclara wikipedia)


La cuestión es que me gustan los cuentos, historias y cotilleos. Me gusta escucharlos y me gusta contarlos.

Esas que comienzan por “me acuerdo de una vez...” que pueden ser de dojo y sangha o de tiempos clandestinos;

De montaña y escaladas de esas en las que uno se sabe como una arañita agarrada a la roca que Ella (la montaña) se puede sacudir en cuanto quiera con la pequeña ayuda del viento y la niebla y la nieve.

O del Gran Sol donde faenan algunos locos marinos porque dicen que no es un buen sitio para estar.

Y como todo esto suele suceder por la noche, me encanta que también me cuenten cosas misteriosas y un poco de miedo.

También me gusta que me narren de intuiciones extraordinarias y coincidencias asombrosas; de esas ocasiones en que uno siente, sin lugar para la duda, que realmente hay un ángel atento contratado a tiempo completo para guardar la espalda y la vida que tan alegremente nos jugamos demasiadas veces.

Claro que no hago ascos a esas otras que se inician con una sonrisilla y un “¿ah, que no sabíais que Tal está con Cuál? Pues sí, veréis...” o algo parecido......

Parece que ya no se llevan las noches de invierno al calor de la chimenea. Sólo parece porque apuesto algo (y seguro que no lo pierdo) a que no habría ni uno sólo de los que hasta aquí habéis llegado leyendo que se resistiera a una tertulia de estos estilos.

Pues nada, cualquier día después de un buen zazen de invierno.....

(ésta se la debo a Kosiki por una cosa y a una prima mía que es tonta, tonta, pero tonta del todo, por otra. Y sin embargo...)

Sesshin con Comando Dharma


A lo mejor tenías pensado hacer nada.......

o cuidar tus flores........

o saltar olas.......

o tumbarte al sol.......

o cocinar delicias............ y comértelas.......

o arreglar el mundo con media docena escasa de amigos de los de verdad y en serio ........

o dormir hasta que el mundo despierte y te llame de nuevo a la acción ........

o.......

¿sentarte sin más y a secas?

En cualquier caso..............
 

La lógica de la naturaleza


La naturaleza no entiende de justicia, ni de bondad, ni de merecimiento; sólo entiende la lógica de la causalidad, el equilibrio y la adaptación.


(Adicción al pensamiento. Pedro Jara)


depende


... de según cómo se mire.......

.... todo depende........


así que, y en este caso...



A la Vida se la obedece


Dentro de un dojo uno aprende a obedecer a la Vida y obedece. Será porque se dice que con la Vida no se hace nada, a la Vida se la obedece.

Le dicen que quieto y uno se queda quieto aunque le duela el alma o le tiemblen hasta las pestañas.

Que estirado y, atento al estiramiento, de vez en cuando, enderezará la espalda hasta parecer que quiera desplazar de su sitio al mismísimo cielo.

Que el mentón hacia dentro y uno lo hace aunque con ello aumente una antiestética papada de la que se arrepentirá, seguro que se arrepentirá.

Que respire con la tripa y también lo hace y también le crecerá la barriga de tanto empujarla hacia dentro y hacia fuera.

Que no cruce el altar y aunque no sepa por qué esotérica razón, motivo o circunstancia, no sea reglamentario atravesar ese espacio que es la línea más recta hacia su zafu, se abstendrá de hacerlo.

Que no apague las velas del altar a soplidos y nada, lo hace dando papirotazos al aire con la mano (que hay que ver lo que cuesta apagarlas de esa extravagante manera)... y así con todo.

En el dojo.

Y como resulta que dentro del dojo uno se pone de acuerdo y conforme con la Ley, curiosa y paradójicamente, cuando sale del dojo a la vida de todos los días,


a uno no le queda más remedio que desobedecer las leyes pequeñas para seguir obedeciendo la Ley grande.


Continúa quieto ante lo injusto, manteniendo la justicia.

Erguido ante otro humano erguido, apostando por la igualdad esencial de su naturaleza humana.

Entrado el mentón afirmando su determinación de hacer lo que hay que hacer.

Aireando las tripas donde almacena y esconde los olores que peor huelen. 

Evitando cortar el cordón que une el altar donde simbólicamente consagra sus mejores aspiraciones y su pequeño mundo egoísta. Y que ambos vuelvan a ser uno.

Moviendo el aire, tan sólo el aire, sutil y perfumado, para apagar los fuegos con el gesto preciso y contundente de una sola mano una sola vez. Como son las cosas en realidad.


Reset


Solamente una palabra verdadera. Solamente una y ya voy con seis......

Como soy persona, sueño y el sueño es el último enlace que nos queda a todos con lo sagrado que es la real realidad más allá de lo que las cosas y nosotros aparentamos ser. Eso es lo que me han asegurado y no encuentro ningún motivo para contradecirlo.

Y cuando un sueño deja en el cuerpo el imperativo de parar y recomenzar, yo voy y paro y recomienzo. Me la juego poco con según qué cosas poderosas.

Dice: elige una sola palabra verdadera y llévala hasta el final. No porque nada sino porque sí y porque sea verdad (en este tiempo, en este instante, que diría Silvio Rodríguez), que ya luego el orden de las cosas se encarga del resto, dicen. Y me dan ganas de hacer caso y lo hago.



Podría decir muchas palabras pero casi todas son demasiado largas para ser verdaderas porque las palabras que son de verdad nunca tienen más de cuatro letras y el resto es añadido y el cuatro es el número que le corresponde a la tierra;  eso que pasa cuando al círculo del cielo le añadimos carga en cuatro puntos y lo convertimos así en cuadrado, nada que rueda sino algo que se establece y queda. Probablemente esto no lo entienda nadie que no haya hecho ganchillo y percibido cómo hace para cambiar el círculo inicial en un cuadrado final.

De todos modos y con las palabras, mira a ver, haz la prueba y verás que miento poco, casi nada.


No
Tao
Paz
Dios
Amor
Vale
Vete
Mea
Come
Luna
Sol
Uf
Plas
pon
suma
más
¿qué pasa con quita y menos? habrá que dejarlas en kita y mens, por ejemplo :)
Ver
Hay
Caca
Ten
Dame
Toma
Bobo
Día
Hoy
Soy
Es
Va
Ven
Sol id dar y dad (esta me encanta)
Ya.............
Finalmente elijo ésta: ya
Que tiene sabor de final y no sé por qué también de futuro.

Ya.

sobre el éxito


Por la costumbre que tengo de leer autores que están lejos de mis posiciones ideológicas (aunque solamente sea por entablar un buen debate silencioso y unilateral), de vez en cuando me encuentro con reflexiones que puedo suscribir en muy buena medida o incluso totalmente. Ésta es una de esas veces.

Personalmente el éxito me cae bien y resulta muy agradable pero me parece que está sobrevalorado. Como tantas otras cosas pero eso lo dejo para otro día. Esta entrada ya es lo suficientemente larga para un blog.

Tal vez porque alcancé el éxito (o lo que el mundo entiende por éxito) siendo muy joven, he tenido ocasión de reflexionar mucho sobre su naturaleza. La vanidad nos hace creer que el éxito -cuando es propio- es consecuencia natural (y justísima) de nuestros merecimientos; y el resentimiento nos hace creer que el éxito ajeno es consecuencia de la fortuna (y, por lo tanto, injusto o siquiera arbitrario). Ambas consideraciones son erróneas, y en el fondo hijas de la misma insidiosa malignidad. El éxito, en puridad, no es más que la recompensa que el mundo nos concede cuando se siente halagado por nuestros actos; y nuestra envidia del éxito ajeno no es sino deseo de participar de ese halago. Con esto no quiero decir que quien disfruta (o más bien padece) el éxito no lo merezca, o que para alcanzarlo se haya resignado a halagar al mundo; por el contrario, creo que hay personas exitosas que poseen prendas admirables, del mismo modo que creo que no todas las personas exitosas han querido halagar al mundo a sabiendas. Pero esto es lo de menos; pues lo que caracteriza el éxito no es lo que nosotros somos, sino lo que desde fuera se percibe de nosotros. El éxito es siempre mendaz, porque no depende de nuestros merecimientos; quienes lo alcanzan, como quienes lo persiguen sin llegar nunca a alcanzarlo, son víctimas del mismo espejismo.

Esta falacia del éxito es algo de lo que cuesta mucho darse cuenta. Quien alcanza el éxito tiende a emborracharse con él, pensando que todos los honores y reconocimientos que recibe son pocos; y quien pugna en vano por alcanzarlo percibe el fracaso como una amputación o un despojo inicuo, más lacerante todavía cuando contempla que otros han alcanzado el éxito sin apenas esfuerzo (o, en todo caso, con un esfuerzo no mayor que el suyo). Aquí reside la malignidad del éxito, y la razón por la que resulta a la larga tan destructivo, tanto para quienes lo disfrutan (o padecen) como para quienes lo anhelan. Aceptar que el éxito es mendaz, que el aplauso del mundo no es consecuencia de nuestra genialidad sino del provecho que el mundo saca de nosotros, es una durísima prueba a la que pocos están dispuestos a enfrentarse.

Casi todas las personas que han alcanzado el éxito llegan a desarrollar la creencia absurda de que es una gratificación debida; por eso, cuando su éxito decae o palidece, se dan de coscorrones contra las paredes, incapaces de entender su desgracia. Hay también una minoría de personas exitosas más conscientes que llegan a captar que el éxito alcanzado es la consecuencia directa de haber halagado al mundo; pero suelen tornarse cínicas, y siguen dando al mundo lo que al mundo le halaga, pues el éxito ha generado en ellas adicción. Lo mismo ocurre entre las personas 'fracasadas': la mayor parte concluyen que su fracaso es hijo de la ingratitud de un mundo que se niega a recompensar su talento; y los pocos conscientes de que su fracaso es la expresión del rechazo del mundo se esfuerzan desesperadamente por halagarlo, mendigando esa recompensa que se les escamotea.

Yo alcancé el éxito a una edad temprana; e, ingenuamente, pensé al principio que lo había alcanzado por merecimientos propios. Con el paso del tiempo, llegué a descubrir que mis merecimientos (reales o ficticios) nada tenían que ver con mi éxito; y que, si deseaba retenerlo, tendría que esforzarme en halagar al mundo. Esto solo se puede lograr de dos maneras: mediante la asimilación del espíritu del mundo o mediante el fingimiento constante.


La primera es algo semejante a practicarse una lobotomía indolora: se trata de darle al mundo lo que el mundo te demanda, vaciándote de ti mismo y llenando el hueco resultante con la borra que hace las delicias del mundo; al principio puede parecer algo indigno, pero es una indignidad de la que uno se olvida muy fácilmente. La segunda manera es más aflictiva, porque la conciencia del fingimiento te hace sentir como un pelele; pero esta aflicción tiene su lenitivo, que es el propio éxito, un éxito cínicamente logrado a costa de tu conversión en un pelele.

Y, luego, en fin, está el repudio del éxito, el rechazo del éxito como algo despreciable y envilecedor. La senda que conduce al repudio del éxito ha sido transitada por muy pocos hombres: es incómoda y áspera, porque exige abajamiento y en el hombre hay una tendencia natural a ascender; es cruel y oprobiosa, porque a quienes por ella se internan solo les aguarda el vituperio del mundo. Todos los días le pido a Dios su asistencia para adentrarme en ella.


Juan Manuel de Prada para XL Semanal

zazen + o -


 

...... y sin esperar que caiga o que no caiga o que haga lo que mejor le dé la gana.......

.............y, juntos, nos cuidamos de las tinieblas dentro de las tinieblas.........


..........................claro que, después de todo, no sabemos nada del todo y sin dudas...


..............porque...............


...............y comenzamos de nuevo sin desanimarnos :)



todo de Siri Liniers

Hexagrama 29. k´an: lo abismal, el agua




Cuando el miedo aparece..... 

(la imagen está tomada de Cuadernos de pintor)

El peligro en el I Ching se refiere a las emociones que nos llevan a la idea de dejar o abandonar el camino lento y estable de la paciente perseverancia. El peligro generalmente proviene del descontento perturbador que lleva a la ambición y la pérdida del equilibrio interior. Al ser muy ambiciosos, esperamos que nuestro esfuerzo genere algún progreso visible. Sólo un desprendimiento firme y perseverante y la independencia interior que nos permite mantenernos fieles a nuestra naturaleza más auténtica, terminan en un triunfo final.

Si estamos atrapados en el abismo emocional de la desesperación o en una situación abismal, este hexagrama nos aconseja “mantener la quietud” porque cualquiera que sea el esfuerzo que hagamos por cambiar la situación, sólo contribuirá a empeorarla. Por el momento no vale la pena preguntarnos por qué estamos en esta situación o cómo salir de ella. Toda la energía debe ponerse en intentar relacionarnos correctamente y en silenciar el conflicto interno hasta que dejemos de pensar en abandonar la situación y hasta que la solución correcta aparezca por sí misma.

Este hexagrama nos confirma que a pesar de las apariencias, existe un camino que nos saca de la dificultad pero no podremos encontrarlo si continuamos en un estado mental emotivo. Cuando reinan las emociones se dice que nuestro poder de razonamiento está encerrado en la oscuridad; cuando el alma está “encerrada en el cuerpo” no somos libres interiormente.

El peligro se origina en el miedo y en la ambición por obtener nuestro objetivo, en lugar de estar orientados perseverantemente hacia el camino. Estamos deseosos de encontrar una solución particular o las comodidades de otra época o simplemente buscamos alivio, luchamos con desasosiego para terminar con esta situación desagradable; abandonamos el trabajo lento, paso a paso, que crea los cambios que perduran.

Cuando dudamos de que al trabajar con lo Creativo y con el tiempo obtendremos lo que buscamos, es debido al deseo de crear un progreso repentino. Nuestros inferiores (los impulsos más primitivos) se resienten al tener que seguir lo que ellos ven como tedioso, como formas poco claras de corregir los asuntos. La culpa también la tiene la envidia, como ocurre cuando prestamos atención al resentimiento de nuestros inferiores cuando tienen que ser correctos mientras los demás hacen lo impropio sin castigo.

Sentimos el deseo y la envidia porque en algún momento, en el pasado, aprendimos a dudar del poder sanador de la verdad; también aprendemos a ser impacientes cuando rechazamos el camino de lo Creativo para reformar las cosas por medio del vehículo del tiempo. Tales pensamientos son creados por nuestros inferiores infantiles que sólo piensan en sus temores y en sus deseos. Insinúan secretamente estos miedos porque están convencidos de que sin forzar las cosas, la vida les robará la felicidad. Cuando escuchamos estas ideas nos olvidamos de lo obvio: que la felicidad verdadera y duradera sólo puede obtenerse al establecer las condiciones que la crean.

Debido a que la felicidad depende, en cierta medida, del desarrollo espiritual de los demás, debemos darles el espacio necesario para que puedan equivocarse, el espacio para que puedan ganar la visión que lleva al desarrollo. Mientras deseemos la comodidad personal y la ambición para conseguir un progreso rápido, no sólo no despertamos el bien en los demás sino que la duda, el miedo y la ambición alimentarán su desconfianza en nosotros y obstruirán la ayuda de lo Creativo.

Empujar hacia delante es un error que despierta nuestro orgullo. El orgullo a su vez, hace más difícil volver al camino de la humildad y la paciente perseverancia. Es importante rechazar el orgullo herido, dejar de pensar en la situación y eliminar los sentimientos de inquietud, de desilusión o de desesperanza que se reproducen con el tanto pensar en el mismo asunto.

El peligro también se refiere a la presión interior por querer hacer algo, simplemente para terminar con la ambigüedad de la situación. Debemos perseverar en la no-acción hasta que la presión se disipe y volvamos a la neutralidad y a la claridad mental.

La imagen del agua cayendo por el abismo, llenando los lugares bajos para continuar luego con su rumbo, simboliza la doctrina china del wu wei, que significa fluir con los acontecimientos y dejar que actúe el tiempo en lugar de resistirse. Podemos confiar en la acción sanadora de la naturaleza para que resuelva nuestros problemas, apoyándonos en la no-resistencia y en la aceptación.

El agua activa, simbolizada por k´an, representa el esfuerzo más sincero y puro que podamos hacer para obtener lo correcto. Necesitamos darnos cuenta de que cuando un esfuerzo sincero no produce resultados tangibles, nuestro ego, que mide nuestro esfuerzo y siempre está buscando recompensas, empieza a pedir que abandonemos el esfuerzo infructuoso. Esta forma de pensar hace peligrar la perseverancia porque desde el punto de vista del ego, siempre que intentamos hacer lo correcto y fallamos, caemos en el peligro y la desconfianza. Si podemos perseverar durante esos momentos, llenaremos estos agujeros en nuestro carácter.

La actitud de I Ching en cuanto al peligro es la de ser sincero al intentar entender la situación desde el punto de vista cósmico. Cuando alcanzamos el punto de vista cósmico, corregimos nuestra actitud interior. Según el punto de vista cósmico, debemos retirarnos cuando la fuerza oscura entra y debemos avanzar cuando la fuerza de la luz vuelve. Manteniéndonos desapegados evitamos echarnos a perder o despertar nuestro orgullo; así nos mantenemos libres para responder al flujo y al reflujo de la situación, adhiriéndonos a lo que es relevante y esencial sin predeterminar lo que haremos. No debemos dejarnos desviar por los pactos que dicta nuestro ego: las promesas de “abandonarlo todo si no funciona” o de hacer esto o lo otro en cada caso. Al contrario, mantenemos una mente abierta y nos dejamos guiar por los requerimientos de la verdad interior, con la que nos mantenemos asiduamente conscientes.

Otro peligro es el de la expectativa y el de asumir posiciones en lugar de mantener una mente abierta.

Tenemos una mente abierta cuando recordamos que todos tenemos el potencial para desarrollar y lograr la naturaleza superior. Es una pretensión arrogante decidir qué nos depara el futuro, si la gente podrá desarrollarse y si lo hará (incluido uno mismo). La perseverancia es necesaria si estamos dispuestos a mantener una mente abierta a pesar de un comportamiento inferior (propio o ajeno).

Si, por otro lado, esperamos o asumimos que el potencial para el bien de otra persona saldrá a corregir las cosas, vamos demasiado lejos. Sólo podemos adherirnos a la idea de que los demás también tienen potencial para sobreponerse. El que desarrollen su proyecto cósmico depende enteramente de cada uno; cada persona debe probarse a sí misma.

Tener una mente abierta quiere decir no asumir nada de una forma u otra. Una cosa es adherirse a la idea de que de alguna manera una persona tendrá éxito y otra asumirlo. Tal asunción da la impresión equivocada de que no tiene que desarrollarse a sí mismo ni tiene que corregir sus errores.

Una persona turbulenta, difícil, irracional o injusta, se traicionará a sí misma frente a otra que permanezca
alerta y en una actitud neutral, independientemente de cómo intente la primera disfrazar sus actitudes o halagar para lograr la aceptación. La persona alerta debe mantener la decisión de no ser manipulada.

Estar alerta quiere decir que no asumimos automáticamente nada bueno ni malo, sino que escuchamos. Al hacerlo sentimos la inocencia o la falta de ella. Debemos insistir interiormente en que sean dignos de confianza. Si con anterioridad se han equivocado al tratar con nosotros, debemos estar dispuestos a confiar en ellos pero sólo cuando nos sintamos seguros de que están firmemente comprometidos a hacer lo correcto. Seguiremos las pautas con cautela y limitándonos  los problemas que nos conciernen directamente, sin interferir en los problemas de los demás. Ésta es la forma en que nos trata el cosmos; ésta es la forma en que debemos tratar a los demás. Sea lo que sea que hayamos hecho, el universo acoge nuestra decisión de volver al buen camino pero no vacila en exigir una virtud firme y digna de confianza.

Así como debemos evitar las expectativas sobre la gente, también debemos evitar las expectativas en el sentido de contar con que lo Creativo nos beneficie. La ventura es el resultado, también, de una actitud humilde y libre de juicios previos para con lo desconocido. Permite que el universo te sorprenda mientras colaboras con él.

Alegría


Para la alegría hay que tener paciencia;

que aparezca el mago que la convoca;

mirar a un lado y a otro......... esperar........

.........caminar despacito como sobre un musgo;

plegarse y ceñirse;

saberse muchos con los primeros acordes y guardar un Gran Silencio antes de nada para que brote.

hacerse cielo y aire en el aire y voltearlo como el pez voltea el agua y añadir arte y gesto con las manos.

Volar.

Balancearse.

Sonreír, intercambiarse.

Volar.

Provocar.

Jugar con fuego y hacerlo nuestro y suyo y de ellos y de todos

Dominar las esferas, que nos acaricien.

Señores de los Espacios y servidores del Aire.

Arriesgando en seguro porque sabemos sin dudas que ese Algo nos va a sujetar, que ese Algo va a estar justo a tiempo para recogernos en la caída.

Sobre una mano: Alegría.

Como un payaso que grita: Alegría.

Confianza: Alegría.

Y nadie se lo puede creer: Alegría.

Asombro: alegría

Aplausos: alegría




mucho más y todo........ Alegría

Alegría
Como la luz de la vida
Alegría
Como un payaso que grita
Alegría
Del magnífico grito,
De la tristeza loca,
serena.
Como la rabia de amar
Alegría
Como un asalto de felicidad...... Alegría

A Wonderful World


Esto también existe :)

Más abajo la letra de la canción. En inglés para hacer coro con tu propia voz porque resulta hermoso cantar. En castellano por si es tu lengua materna y así traducida, te sale más fácilmente el agradecimiento infinito y el asombro ante tanta Belleza que surge de esta mirada al mundo.

Para empezar cada día (y/o terminarlo) no está mal, no.




I see trees of green, red roses too
i see them bloom for me and you
and i think to myself what a wonderful world.

I see skies of blue and clouds of white
the bright blessed day, the dark sacred night
and i think to myself what a wonderful world.

The colors of the rainbow so pretty in the sky
are also on the faces of people going by
i see friends shaking hands saying how do you do
they're really saying i love you.

I hear babies crying, i watch them grow
they'll learn much more than i'll never know
and i think to myself what a wonderful world

yes i think to myself what a wonderful world.


Veo árboles verdes , rosas rojas también
los veo florecer , para mi y para ti.
Y pienso que es un maravilloso mundo.

Veo cielos de azul y nubes de blanco
El día glorioso y brillante, la oscura noche sagrada.
Y pienso que es un maravilloso mundo.

Los colores del arcoiris son tan hermosos en el cielo!
son también las caras de las personas que van por ahí.
Veo amigos estrechándose las manos diciendo "¿cómo estas?"
cuando en realidad quieren decir "te quiero".

Oigo bebés llorando, los veo crecer.
Ellos aprenderán mucho más de lo creen.
Y pienso que es un maravilloso mundo.

Sí, pienso que éste es un maravilloso mundo.




La Gran Carcajada


Dicen que el Dharma dibuja sonrisas.

No.

El Dharma produce otra cosa que ni pasa todo el tiempo ni para siempre.

Pero pasa y cuando pasa......


Intimidad con la muerte


"Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía un instante miremos juntos las riberas familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver. . . 

Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos. . ."

(Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar)

La próxima vez que pongas tu pie izquierdo sobre el suelo del dojo, hazlo como si de verdad entraras en la muerte. Antes de unir las manos en gasshô mira por encima de tu hombro lo que sea que te parece que son tus riberas familiares: la ropa que te disfrazó del mundo antes de llegar al dojo, los amigos que te acompañaron hasta el umbral, los libros que fueron llevándote implacables hasta allí, los hijos que dejas menos felices de lo que habrías querido..........


...... adelanta el pie izquierdo y entra. Es improbable que físicamente la muerte tenga mandado alcanzarte en el poco tiempo de un zazen pero si por casualidad o suerte fuera, allí la muerte te puede encontrar con los ojos abiertos.

Dicen que entonces se vive para siempre y que los mundos, todos, se vuelven lugares para pasear y volver y volver a marcharse. Dicen, pero yo no lo sé porque no me doy cuenta de que me haya pasado. Y no me importa vivir eternamente. Lo que sí me importa y mucho es que toda la vida que viva incluido el justo momento entre dos nadas, cuando "hay que entregar la cuchara", sea en paz, con honor y sin cuentas pendientes.

De eso tengo que ocuparme aquí y ahora. Por si acaso :)

A pie de página: Como nunca he muerto físicamente esta entrada es cualquier cosa menos producto de una experiencia personal. Y si la he tenido tan cerca como para tener miedo, no me he enterado gracias a la enorme cantidad de tonta temeridad e inconsciencia con que me ha obsequiado el universo. Todo es fruto de cosas que escuché sin querer o porque alguien quiso decírmelas.

"Entregar la cuchara" lo pronunció un monje a quien quiero especialmente porque sí y porque hundió más aún  sus pies en las cosas bellas de la tierra como la bondad o el combate por y con todos los seres que tiene cerca desde el día que le dijeron que no estaba bien del todo. Y eso le honra.

"No dejar cuentas pendientes" es cosa de Rafu que me lo enseñó sin saber que lo hacía porque como fue en un kusen habló de corazón a corazón y es de todos conocido que los corazones saben poco de nombres, apellidos y rostros-personajes.

Lo de morir en un templo le pertenece a un amigo masón que me explicó lo fácil que le hubiera resultado dejarse querer por la muerte en una ceremonia por los hermamos que habían pasado al Oriente Eterno (en idioma masón, difuntos). A él tengo que agradecerle muchas explicaciones sobre asuntos de los que el zen no habla.

Morir con honor... bueno, he visto morir así y en rebeldía. Y no es lo mismo una cosa que otra. Quienes lo hicieron con honor mantuvieron los ojos abiertos mientras estaban vivos y cuando murieron los cerraron.

Arrogancia


Y una vez que uno se aventura en el amplísimo plano de lo espiritual (por otra parte hermano y simultáneo con todos los demás incluido el material), casi de forma inmediata cree (sin darse cuenta de que lo está creyendo) ser más evolucionado que la gran mayoría de los que conoce.

Es cierto que deprisa y corriendo aprende a manifestarse humilde (y no he dicho a serlo) pero no deja de ser cierto también que en el fondo de sus fondos está convencido de que posee una parte de verdad que a los otros, por alguna razón inexplicable, les está vedado. (Ah, que no te ha pasado nunca?! A mí sí)


Cuando uno se adentra por esos mundos tiende a olvidar que por muy espiritual que se manifieste y hasta lo sea en serio, los mecanismos psicológicos propios del obvio hecho de ser humano continúan actuando.

Que si se comportaba de forma avariciosa, será avaricioso como una urraca con las cosas del espíritu; que si era perezoso, así será en cuanto a las cosas del espíritu y si arrogante, pues arrogante en cualquiera de los planos por donde camine.

Algunas veces pienso que para acceder a un dojo, sinagoga, mezquita o lo que sea, deberían hacernos pasar por un psicotécnico


Y la mayor parte de las veces lo normal es que nos rechazaran amablemente:

- No, usted viene para sentirse mejor, que no es que esté mal, es solo que es poco y escaso.
- No, usted viene por obligación devota y amorosa, siguiendo a su novi@ y no es esa la idea.
- No, usted viene por curiosidad y aquí no tenemos nada para saciarla. Busque en los libros.
- No, usted viene huyendo de su vida y, lo siento, pero se va a encontrar de manos a bruces de nuevo con ella y hasta con su propia muerte...

.... claro que si no fuera por ninguna de esas cuestiones que nos empujan y obligan, del mismo modo que respiramos, comemos, reímos, leemos, fabricamos y todo lo demás, al iniciar el día igual que al caer la noche, nos sentaríamos durante un delicioso trocito de tiempo y probablemente no lo llamaríamos de ninguna forma. Tal vez es que no haga falta nombrarlo para encarnarlo.

Muéstrate (be happy1)



Si sabes cómo limpiar el moho negro de los azulejos de la ducha; la mejor forma de sacarle jugo al ajo; tender la ropa para que casi no necesite ni plancha o que los pimientos de padrón no piquen, ni uno ni dos.

Si eres maestro en el arte de los gestos que deshacen pasados y conjuran futuros

O se te da bien cazar sombras y darles muerte o darles otra vida

Tal vez lo tuyo sea alimentar estómagos

Y puede que todo lo que mejor que sabes hacer sea difundir

Quizás el arte de la inmovilidad no te sea extraño

Puede que sepas leer huellas en la tierra y en el viento o arreglar tanto rotos como descosidos

No me extrañaría que despertaras príncipes por cada sapo que besas o princesas con una palabra destilada sólo para ella

O tengas el maravilloso don de sacar leche de un botijo cualquiera

No sería raro que poseyeras el secreto de la inocencia, la gratitud y el asombro

Y seguro que sabes la forma correcta de vivir cualquier vida que no sea la tuya

Sea como sea y lo que sea, ponlo en tus manos y ofrece (muéstrate) para que si alguien necesita lo que tienes, vaya y coja.

Y tenemos mucho cada uno para regalar.

Y si no te lo crees piensa el bien que te hizo aquella vez en la antesala del quirófano cuando te tocaron el  brazo y te desearon suerte.
O quien te indicó la forma de llegar a no sé qué sitio en una ciudad extraña y ajena.
O el amigo que te dejó un dinero que no tenías y necesitabas tanto.
O el día que alguien reconoció que te esforzabas, sí, que te esfuerzas y en presente.......

Porque nunca sabes a quién le puede valer qué........ muéstrate!

Humanamente posible


Resulta que sí, que ser feliz es humanamente posible...........

 

A callar





punto y final.

Interdependencia



Una de las cosas que me resulta engorrosa de practicar zazen es que las personas de mi alrededor lo sepan porque desde el mismo momento en que se lo digo, comienzan a dar por sentado que soy coherente, madura, inalterable, impecable, comprensiva y pacífica. O borde, seca, seria y tajante. Empiezan a esperar respuestas sorprendentes e incomprensibles, profundísimas de puro simples... por poner sólo unas pocas de las características que se nos suponen.

Y resulta que sí, que soy todo eso y todo lo contrario y que todo depende. O sea, como todos los demás excepto por la sutil diferencia de que yo en concreto, me dedico al noble arte de asumir que no soy nada de todo eso definitivamente, con todo el mundo y en todas las situaciones. Al noble arte de comprender profundamente que DEPENDE, podría decir mejor que DEPENDO o más precisamente todavía, que DEPENDEMOS.

Y así pensado (de pronto) en vez de invadirme la amargura esperada, me encuentro con una marea de alivio. Anda!, resulta que no soy culpable de la felicidad o el malestar de nadie, sino co-culpable, co-responsable, co-dependiente (más bien interdependiente)... qué bien que al menos seamos dos para repartirnos la carga del mundo entero. Pero sé que somos muchos más que dos, que somos todos juntos, de todos los tiempos, de todos los lugares.

Ahora ya sólo me falta que mis “sé”, mis “creo” y mis “pienso” pasen a ser células funcionales y funcionantes. Eso. Un pasito de nada.



Elefante o mariposa



Lo cierto es que un elefante es una pésima mariposa.

Cuando alguien se empeña en ser efímero, brillante y repleto de color cuando resulta que es contundente, pesado y aplasta cuanto matojo y arbusto sale a su paso..... no es una buena idea.




o un tigre que se obliga a ser gusano.


Y al revés.


Queda raro.


Si soy mala y dañina se puede decir que, de todos modos, cumplo la necesaria función social de ser el enemigo a batir y que, así por la bobada,  hago buenos a todos los demás. Aunque no me lo van a reconocer de ninguna manera.

Tampoco me van a dar las gracias por ser una sosa y la verdad es que los sosos somos adorables porque un poco de silencio nos vale para la felicidad y eso requiere poco esfuerzo

Nadie me aplaudirá si soy torpe aunque deberían, las cosas como son, porque al compararse conmigo cualquiera puede sentir la gloria de ser un genio y ésa me la deben.

Y hay mil ejemplos más y tú verás cuál es el tuyo. Sea cual sea, lo que eres siempre es de utilidad.

Relájate y disfruta. Si bien lo miras, las cosas simplemente sucedemos, las cosas simplemente somos. Y la Vida nos usa como la parece bien. Ella sabrá.


Respira.......


  
Respira como si tuvieras los pulmones en el vientre y.........





estarás en las manos de la vieja madre Tierra 
















y Ella te convertirá en una ofrenda 















y seréis la misma oración. Vieja y nueva. 

Eterna.

la magia de reír



He comprobado que una de las cosas que más nos gusta a las estrellas del musgo es jugar; tanto que incluso sabemos hacerlo muy en serio y con cara circunspecta hasta que la risa nos toma por asalto y es entonces que no podemos por menos que reconocer que todavía más que jugar, nos gusta reír.

Y como a los descreídos siempre hay que enseñarles como muestra un botón:

1- Piensa en alguna de tus creencias limitantes y reconoce cómo afectan tu vida.
Siéntelo en el cuerpo y date cuenta de cómo tu futuro está condicionado por ella.
Siéntelo profundamente en todo tu ser.

2- Tras un par de minutos, sintiéndolo (bien sentido del todo; no te dejes trozos sueltos) en tu cuerpo, puedes pasar a preguntarte:
¿Es realmente verdad esto que me creo? y ¿lo opuesto también podría ser verdad?... a lo mejor también...

Ejemplo: "No puedo confiar en nadie, me las tengo que arreglar solo" (creencia que te limita)
"Hay varias personas en las que puedo confiar, ya que me dan su apoyo" (creencia opuesta)
Pero esto es solamente un ejemplo, valen también esos de "no valgo para nada", "no tengo amigos de verdad" "nadie me entiende" "nunca me sale nada bien" "qué fe@ soy"...
3- Repite la creencia opuesta y altérnala con la creencia vieja.

Haz esto varias veces, repite la creencia que te limita y altérnala con la creencia opuesta.

4- Luego de un par de minutos haciéndolo, pon la grabación que está debajo y déjala hasta el final mientras mantienes bien presente en tu mente esa creencia que te impide, anula, obstruye, angustia, aburre, aterra...





..............¡He dicho hasta el final!........ 

............. anda, repite!

  
  

Todo el camino hasta el Cielo...


... es Cielo........... decían los Antiguos.............



Pudiera ser que pensaras que el cielo te es esquivo y ajeno y que nada importa de verdad excepto la tierra con sus llantos y miedos........
Pero pudiera ser que, si te buscas, también (y no sólo) estés en el cielo.

¿Te has visto?

Aprenderás


Alguien lo escribió así. Dicen que Borges, dicen que Shakespeare, dicen y seguramente nadie sabe quién lo dijo... sea como sea es un puñado de verdades que afirmo y confirmo que se van aprendiendo al paso del frío, el sol y la lluvia que nos hacen dulces, blandos y aptos para ser consumidos y alimentar, que a lo mejor es nuestro mejor destino.

Es un texto que circula por la red y los papeles desde hace tiempo. La primera vez que lo leí me conmovió y me movió de sitio de la misma forma que lo hizo y hace If de Rudyard Kipling.


Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.

Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas.

Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.

Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado…

Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas…

Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma…

Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida, y que los buenos amigos son los que nos permitimos elegir.

Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.

Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía.

Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la última vez que las veamos.

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.

Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.

Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.

Aprenderás que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve…

Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: Siempre existen dos lados.

Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias… aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.

Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.

Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.

Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.

Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.

Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel.

Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben cómo demostrarlo…

No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.

Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.

Aprenderás que no importa en cuántos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.

Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.

.Aprenderás que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve, añade Comoalargartupena con mucho acierto y bien bonito :)

Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de vivirla (en el original, de enfrentarla)

Simultáneamente y por cosas de las coincidencias, encuentro un artículo de no quiero decir quién que seguro que os cae mal. No comparto muchas de sus cosas pero ésta, que se titula "Recitando poemas", pues sí. Ésta sí.