Algo tenemos que ver con los samurai

Los samurai fueron la clase dominante durante 1400 y 1500. En 1600 era el tiempo de la unificación, las luchas en Japón habían cesado. Entonces, avanzado el final de la era Tokugawa, en los últimos años de 1700, Japón comenzó a moverse hacia una vida más modernizada, más "occidental".

Los samurai y su modo de vida fueron oficialmente abolidos en los primeros años de 1870.

No había necesidad de guerreros, no había necesidad de samurai.
Pero no fueron olvidados del todo. Tampoco su código de honor.

Aunque esa es otra historia...

Introducción
Bushido, literalmente traducido como "El Camino del Guerrero", se desarrolló en Japón entre las eras Heian y Tokugawa (S.IX-XII). Era un modo de vida y un código para el samurai, una clase de guerreros similar a los caballeros medievales de Europa.

Estaba influenciado por el Zen y el Confucionismo, dos diferentes escuelas de pensamiento de esos periodos. El Bushido pone el énfasis en "la lealtad, auto-sacrificio, justicia, sentido de la vergüenza, modales refinados, pureza, modestia, frugalidad, espíritu marcial, honor y afecto"

El Código de Bushido
Estos son los siete principios que rigen el código de Bushido, la guía moral de la mayoría de samurai de Rokugan. "Sed fieles a él y vuestro honor crecerá. Rompedlo, y vuestro nombre será denostado por las generaciones venideras."

1. GI - Honradez y Justicia
Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la Justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia.

Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia.

Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

2. YU - Valor Heroico
Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir.

Un samurai debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte.

Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

3. JIN - Compasión
Mediante el entrenamiento intenso el samurai se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos.

Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

4. REI - Cortesía
Los samurai no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurai es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales.

Un samurai recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurai se vuelve evidente en tiempos de apuros.

5. MEYO - Honor
El auténtico samurai solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad.

No puedes ocultarte de ti mismo.

6. MAKOTO - Sinceridad Absoluta
Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará.

No ha de "dar su palabra." No ha de "prometer." El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer.

Hablar y Hacer son la misma acción.

7. CHUGO - Deber y Lealtad
Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan.

Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel.

Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya.

Cuidado con el camino que sigues.

Algunos comentarios de Mirumoto Jinto, Rikugunshokan del Clan del Dragón, sobre el código de Bushido:
Sobre el valor:
El camino del valiente no sigue los pasos de la estupidez.

Sobre la lealtad:
Un perro sin amo vagabundea libre. El halcón de un Daimyo (Señor Feudal) vuela más alto.

Solo hay una lealtad superior a la del samurai hacia su Daimyo: la del Daimyo hacia sus súbditos.

Sobre el Respeto:
Un alma sin respeto es una morada en ruinas. Debe ser demolida para construir una nueva.

Sobre la Excelencia:
La perfección es una montaña inescalable que debe ser escalada a diario.

Sobre la Venganza:
La ofensa es como un buen haiku (breve poema japonés de tres versos): puede ignorarse, desconocerse, perdonarse o borrarse, pero nunca puede ser olvidada.

Sobre la Espada:
Mi hoja es mi alma. Mi alma pertenece a mi Daimyo. Ultrajar mi hoja es afrentar a mi Daimyo.

Sobre el Honor:
La muerte no es eterna; el deshonor, sí.

Sobre la Muerte:
El samurai nace para morir. La muerte, pues, no es una maldición a evitar, sino el fin natural de toda vida.

El Credo del Samurai
No tengo parientes, yo hago que la Tierra y el Cielo lo sean.
No tengo hogar, yo hago que el Tan T'ien lo sea.
No tengo poder divino, yo hago de la honestidad mi poder divino.
No tengo medios, yo hago mis medios de la docilidad.
No tengo poder mágico, yo hago de mi personalidad mi poder mágico.
No tengo cuerpo, yo hago del estoicismo mi cuerpo.
No tengo ojos, yo hago del relámpago mis ojos.
No tengo oídos, yo hago de mi sensibilidad mis oídos.
No tengo extremidades, yo hago de la rapidez mis extremidades.
No tengo estrategia, yo hago de lo correcto para matar y de lo correcto para restituir la vida mi estrategia.
No tengo ideas, yo hago de tomar la oportunidad de antemano mis ideas.
No tengo milagros, yo hago de las leyes correctas los milagros.
No tengo principios, yo hago de la adaptabilidad a todas las circunstancias mis principios.
No tengo tácticas, yo hago del vacío y la plenitud mis tácticas.
No tengo talento, yo hago que mi astucia sea mi talento.
No tengo amigos, yo hago de mi mente mi amiga.
No tengo enemigos, yo hago del descuido mi enemigo.
No tengo armadura, yo hago de la benevolencia mi armadura.
No tengo castillo, yo hago de mi mente inamovible mi castillo.
No tengo espada, yo hago de mi no-mente mi espada.

Origen e influencias
El Bushido procede del Budismo, Zen, Confucionismo, y Sintoísmo. La combinación de esas 3 escuelas de pensamiento y religiones ha formado el código de los guerreros conocido como Bushido.

Del Budismo el Bushido toma la relación con el peligro y la muerte. El samurai no teme a la muerte ya que creen, tal como enseña el Budismo, que, tras la muerte, reencarnaran y volverán a vivir otra vida en la tierra. Los samurai son guerreros desde el instante en que se transforman en samurai hasta el momento de su muerte, ellos no tienen miedo al peligro.

A través del Zen, una escuela del budismo, uno puede alcanzar el definitivo "absoluto".

La meditación Zen enseña como concentrarse y alcanzar un nivel de pensamiento que no puede ser explicado con palabras. El Zen enseña como "conocerse a si mismo" y no limitarse. El samurai utiliza esto como una herramienta para desembarazarse del miedo, la inseguridad y finalmente los errores. Estas cosas podrían matarle.

El Sintoísmo, otra doctrina japonesa, da al Bushido su lealtad y patriotismo. El Sintoísmo incluye la veneración a los ancestros, lo cual hace a la Familia imperial la fuente de la nación. Esto da al Emperador una reverencia casi divina. El es la representación del Cielo en la Tierra. Con semejante lealtad, el samurai se compromete con el Emperador y a su Daimyo o señor feudal, samurai de mayor rango.

El Sintoísmo también proporciona la columna vertebral del patriotismo hacia su país, Japón. Ellos creen que la Tierra no está para satisfacer sus necesidades, "es la residencia sagrada de los dioses, los espíritus de sus antecesores..." (Nitobe 14)

La Tierra es cuidada, protegida y alimentada por un intenso afecto.

El Confucionismo proporciona sus creencias en las relaciones con el mundo humano, su entorno y su familia. El Confucionismo da importancia a las 5 relaciones morales entre Maestro y Siervo, Padre e Hijo, Marido y Esposa, Hermanos mayor y menor, y Amigo y Amigo. Esto es lo que sigue el Samurai. Sin embargo el Samurai no está de acuerdo con muchos de los escritos de Confucio. Ellos creen que el hombre no debe sentarse y pasarse todo el día leyendo libros, ni debería estar escribiendo poesías todo el día, un intelectual especialista era considerado como una maquina. En vez de eso el Bushido cree que el hombre y el universo fueron hechos para ser semejantes tanto en espíritu como ética.

Junto con esas virtudes, el Bushido también sigue con sumo respeto la Justicia, Benevolencia, Amor, Sinceridad, Honestidad, y autocontrol.

La Justicia es uno de los principales factores en el código del Samurai. Caminos torcidos y acciones injustas son consideradas denigrantes e inhumanas.

Amor y Benevolencia eran virtudes supremas y actos dignos de un príncipe.

Los Samurai seguían un ceremonial especifico cada día de su vida, así como en la guerra.

Sinceridad y Honestidad eran tan valoradas como sus vidas. Bushi no ichi-gon o "La palabra de un samurai" trasciende un pacto de confianza y completa fe. Con dichos pactos no había necesidad de ponerlo por escrito.

El Samurai también necesitaba un completo autocontrol y estoicismo para ser totalmente honorable. No muestra signos de dolor o alegría. Soporta todo interiormente, nada de gemidos y lloros. Siempre mostraba un comportamiento calmado y una compostura mental que hacían que ninguna pasión de ningún tipo se interpusieran. Él era un verdadero y completo guerrero.

Los factores que hicieron el Bushido son pocos y simples. Muy simple, el Bushido creó un modo de vida para mantener a una nación a través de sus tiempos mas problemáticos, a través de guerras civiles, desesperación e incertidumbre.

"El conjunto de las naturalezas poco sofisticadas de nuestros ancestros guerreros derivaron en un extendido alimento para sus espíritus desde una madeja de enseñanzas fragmentadas y vulgares, recogidas como si fueran caminos desviados de antiguos conocimientos, y, estimulados por las demandas de una era que formo a partir de todos esos esquejes un nuevo y único modo de vida" (Nitobe 20)

El Samurai y su uso del Bushido
En Japón la clase guerrera era conocida como Samurai, también llamada Bushi. Formaron una clase durante los siglos IX y XII. Emergieron de las provincias de Japón para transformarse en la clase gobernante, hasta su declive y total abolición en 1876, durante la era Meiji.

Los samurai eran luchadores, expertos en las artes marciales. Tenían notable habilidad con el arco y la espada. También eran grandes jinetes.

Eran hombres que vivían siguiendo el Bushido; era su modo de vida. La lealtad total del samurai era para su Emperador y para su Daimyo. Eran honestos y de total confianza. Vivían vidas frugales, sin intereses en la riqueza y cosas materiales, pero con gran interés en el orgullo y honor. Eran hombres de valor verdadero. Los samurai no temían a la muerte. Entablarían batalla sin importar cuales fueran las dificultades. Morir en la guerra reportaría honor a su familia y a su señor.

Los samurai preferían luchar solos, uno contra otro. En batalla un samurai "invocaría" el nombre de su familia, rango y hazañas. Entonces buscaría un oponente de similar rango y batallarían. Cuando el samurai acaba con su oponente le decapita, para así, tras la batalla, retornar con las cabezas de los oponentes vencidos que acreditan así su victoria. Las cabezas de los generales y aquellos con alto rango eran transportadas de vuelta a la capital y mostradas en las celebraciones y similares.

La única salida para un samurai derrotado era la muerte o el suicidio ritual: seppuku.

Seppuku, desentrañamiento también conocido como Hara-Kiri, es cuando un samurai literalmente se saca las entrañas. Tras ese acto, otro samurai, usualmente un amigo o pariente, le corta la cabeza.

Esta forma de suicido era realizada bajo diferentes circunstancias "Para evitar la captura en batalla, captura que el samurai no consideraba deshonrosa y degradante, pero de mala política; para expiar un acto indigno o fechoría; y quizás mas interesantemente, para advertir a su Señor"(Varley 32)

Un samurai preferiría matarse a si mismo antes que traer deshonor y desgracia al nombre de su familia y a su Señor. Esto era considerado un acto de verdadero honor.

Y puede que sí, que realmente estemos hablando de otro tiempo. Sin embargo, algunas cosas, habría que rescatarlas y no permitir que la memoria olvidara.

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