No es lo mismo un maestro que un profesor.
Algunos de nosotros comenzamos la práctica de zazen en el dojo de Santa María, hoy ya cerrado. José era el monje responsable, éste es el término que se utiliza dentro del mundo zen para designar a quien se hace cargo de buscar y mantener un lugar para la práctica, asegurarse de que los horarios se cumplan, de nombrar a su vez responsables de la limpieza del dojo, de la provisión de incienso, del mantenimiento del altar y del resto de cosas necesarias. El responsable. No el maestro pese a que la mayoría de nosotros en aquel tiempo pensáramos que era "nuestro maestro".
De hecho en los dojos, el que dirige la sesión se sienta a la izquierda frente al altar y fuera de los límites del caminito que a él conducen. En la zona de la derecha suele haber un zafu vacío. Es el del maestro físicamente ausente.
José se ordenó monje con Deshimaru y pasó más de un verano en la Gendronnière ayudando en la contrucción de ese enorme lugar. Contaba muchas anécdotas de aquel tiempo.
Un día nos contó que, tras su ordenación como monje, Deshimaru le había habilitado como "profesor" de zen. Y no lo entendí y además me sonó muy mal.
Después de leer el correo sobre el dinero y la espiritualidad, me di cuenta de que Deshimaru tenía razón, no es lo mismo un profesor que un maestro y que, efectivamente, José estaba capacitado para enseñar algunas de las cosas zen: la postura, cómo pedir y recibir el kyosaku, comportamiento dentro del dojo, incluso recomendaciones para la vida diaria.
Y él tenía su propia comprensión de la enseñanza zen recibida. Más o menos profunda, más o menos amplia. Pero su propia comprensión, la suya personal, su punto en el camino. Y no era un maestro justo por eso. El maestro transmite La Enseñanza, no su opinión acerca de las cosas. Un maestro es certificado por otro en la ceremonia del shiho en la que transmite "la médula de los huesos". Lo más profundo. Aquello a lo que llegamos tras quitar una y otra, y otra capa, de la cebolla que somos. Tras haber levantado los siete sellos que guardan y protegen todos los tesoros.
Y después de todo esto: ningún maestro es un Maestro. Todos los maestros siguen siendo discípulos eternamente. La larga cadena de la Tradición está hecha de discípulos. Aunque como señal de respeto se escriba con mayúsculas eso de "Maestro Deshimaru", pues no, y con perdón: maestro Deshimaru.
Todo para decir que la gran mayoría de maestros de cualquier disciplina que por ahí andan, vendiendo o vendiéndose, no son maestros, sino como mucho profesores. Me gusten más o menos o me dé por adorarles o no, me ofrezcan más o menos datos o apoyo.
A lo mejor podríamos empezar a discriminar, con un poco más de precisión, las etiquetas que colocamos a las cosas.
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