Rôhatsu sesshin, 4-8 diciembre 2004, La Morejona (III)
Tercer día, diez y media de la mañana
Zazen sólo existe en la práctica de zazen. Zazen no es la práctica de shiryo. El zazen de Yakusan es la práctica de zazen en sí.
Dogen dice que el verdadero sentido de la enseñanza certificada es que no debemos alimentar el objetivo de llegr a ser Buda puesto que la postura de la práctica en sí misma es Buda.
Es una de las frases que Sensei repetía todo el tiempo: "Zazen en sí mismo es Buda." Estas sencillas palabras han cambiado completamente el conocimiento que se tenía en Europa del zen.
En el Zazenshin Dogen critica la idea que se hacían del zen algunas personas de su época. Es interesante ver que esas críticas son de total actualidad. Los mismos puntos en el siglo XIII que en el siglo XXI.
Añade: "Esto es lo que dicen los equivocados laxistas de nuestros días: la práctica de la meditación sentada tiene como única meta obtener la paz interior, es decir el estado de quietud. Esta opinión no es propia ni siquiera de los sabios del Pequeño Vehículo. Es incluso inferior a los vehículos de los seres humanos y de los dioses. ¿Cómo podría considerarse a esas gentes como valientes que estudian la Vía del Despierto? En la China actual, bajo la dinastía de los Song, son muchos lo que practican así."
Aún en nuestros días se pueden encontrar las mismas burradas. Para mucha gente zazen significa ser "guay", sentirse bien. Esto no tiene nada que ver con la Vía de los Budas y de los Patriarcas.
Dogen critica también otro aspecto. Dice: "Existe también otro clan de valientes que dice que practicar la Vía a través de la meditación sentada es la dinámica esencial para los principiantes y para los jóvenes que practican, Pero no es forzosamente la práctica cotidiana de los despiertos ni de los patriarcas. Andar también es zen, sentarse también es zen, hablemos o estemos callados, descansando o en movimiento, la sustancia se apacigua. Así que no os preocupéis sólo por la postura sentada."
En nuestros días las cosas no han cambiado demasido. Algunos dicen que no vale la pena practicar tanto zazen: andar es zen, recitar sutras es zen.
Por supuesto, todo es zen pero a partir de zazen, a partir de esa larga noche oscura en la que el Buda despertó y sólo a partir de esa oscuridad.
De todas formas, ¿quién es buda? ¿quién es antiguo? En el dojo hay oscuridad y no se puede saber quién es antiguo o quién es nuevo. Todos estamos de espaldas, todos empujamos con firmeza el cielo con la coronilla y el suelo con las rodillas, con el punto medio entre el sexo y el ano apoyado en el zafu, el canto de las manos apoyado en el bajo vientre, los pulgares uno contra otro sin formar ni montaña ni valle.
¿Quién es antiguo, quién es nuevo? Los que emiten este tipo de categorías ni siquiera han soñado con la larga noche en la que el Buda despertó.
Estos últimos años nuestra sangha ha cambiado mucho: las maneras en la ceremonia o el canto de los sutras. Está muy bien, pero es importante no olvidar los cimientos de todo esto, la práctica de la postura sentada. Fuera de esto nada existe, nada muere.
Si lo comprendemos profundamente, no hay altrnativas para cada día de nuestra vida: levantarse por la mañana, sentarse en zazen, llueva o haga bueno, nos hayamos acostado con las gallinas o con los que al alba limpian las calles. Para un monje o una monja, plantearse si se levanta o no, es situarse fuera del Buda en tanto que postura de zazen. Es pensar que hay algo en nosotros que decide, es pensar que yo hago zazen. No es el zazen de los Budas y de los Patriarcas. Uno mismo no crea hishiryo. Dejad zazen a zazen.
Así la postura puede ser al mismo tiempo fuerte y flexible. Si pensamos que uno mismo hace zazen, entonces siempre luchamos, luchamos con la volunad, luchamos contra las tensiones. Dejad zazen a zazen, comprended que zazen es inútil.
Esta mañana una antigua discípula me preguntaba: "¿Cómo hacer para que con el tiempo la postura no se fosilice?" Sensi decía: "Todo tiene por origen el Espíritu." En la Vía el tiempo no da una posición. Al principio de esta sesshin pedí: "Por favor, no habléis." A algunos les cuesta, sobre todo a los antiguos. Los nuevos siguen naturalmente.
En el momento en que uno se apoya en su posición, la postura se fosiliza.
Ya en su época, Sensei hablaba de los discípulos fósiles. Los criticaba. Sin embargo en el dojo todos estamos de espaldas.
Mantener a lo largo de muchos años esa capacidad de frescura es manifestar una delicadeza de espíritu que es difícil de encontrar.
cuatro y media de la tarde
Casi estamos al final del tercer día de la sesshin. Más de la mitad. Para algunos, sin duda, la cosa se pone un poco difícil. Tened paciencia. Cuando se pone difícil, de todas formas, no tenemos elección, no podemos movernos. Volved a los puntos importantes de la postura, a la postura de las manos.
Si estáis muy tensos, colocad la mente en la mano izquierda. Si, por el contrario, tenéis tendencia a dormiros, concentraos en el punto que está entre los ojos. no sistematicéis esto de los puntos de concentración, pero puede ayudar.
Lo que vuestro cuerpo comprende sólo vosotros lo podéis comprender, en secreto, íntimamente.
Mantened los ojos entreabiertos, sin cerrarlos del todo, sin abrirlos del todo. Ni una cosa ni otra, es importante: sin agarrar ni huir.
Un sutra dice: "Vivid la vida en la que no hay nacimiento". Pensamos que la vida nos pertenece, que este cuerpo es propiedad nuestra. Pensamos que nosotros hacemos zazen, que nuestra propia voluntad crea la postura.
En el cristianismo, en el islam se dice, a propósito del nacimiento y de la muerte, que Dios da y que Dios toma. "Vivid la vida en la que no hay nacimiento." Es no continuar veinte, treinta años la práctica 'difícil', es no empezar. Los que no empiezan nunca lo dejan. Incluso si uno hace zazen diez, veinte, treinta años, algunos pensamientos vuelven como una vaca que rumia. Es lo que se llama vivir el propio karma, seguir lo que tiene una causa. Concentrarse en esta postura, abrir los ojos, es hacer el esfuerzo de seguir lo que no está limitado, lo que no tiene causa. No cerrar los ojos, no abrirlos como platos. Así, todo lo que remonta de nuestra mente simplemente se presenta a zazen y pasa, inconscientemente, iluminado por zazeen.
Todos los fenómenos aparecen así. Todos los fenómenos del universo aparecen y quedan iluminados por zazen. Por eso zazen salva a todo el universo.
Esta sesshin, la Rôhatsu sesshin es el homenaje al despertar del Buda. Esta sesshin es algo larga y es dolorosa, como las primeras.
Generalmente en una sesshin se imparte mucha enseñanza, kusen, teisho, mondo. En ésta: sólo volver a zazen y lanzarnos como un niño en brazos de su madre.
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