Un trabalenguas enlazado con la anterior entrada
Si yo soy yo porque tú eres tú
y tú eres tú porque yo soy yo,
entonces, ni yo soy yo ni tú eres tú.
Pero, si yo soy yo porque yo soy yo
y tú eres tú porque tú eres tú,
entonces, sí: tú eres tú y yo soy yo.
Las parejas seguro que lo entienden.
Aunque en una primera lectura no suene mucho a zen, lo es plenamente.
Y, por cierto, es a partir de la última frase que podemos encontrarnos y restaurar entre los dos un mundo hermoso, sin culpa ni resentimiento.
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